8 (Primera Temporada)

863 59 5
                                    

Algunos años habían pasado, nuestra rutina no cambió mucho. Excepto que crecimos y cada uno hacía las cosas que le gustaba.
Yo estaba en el último año del colegio, Flor y Bian también seguían estudiando en el colegio. Mientras que Bruno ya terminó el colegio hace algunos meses.
Para ser sincera, si Bruno pudo obtener el diploma de la secundaria fue por mérito de nuestra mamá. Ella lo incentivó en cada año. Quiero decir, tal vez incentivar no sea la palabra correcta, prácticamente lo obligó a ir a la escuela: empujándolo cada mañana afuera de la puerta y controlando de cerca su rendimiento escolar.

En el día de su graduación, papá decía que el diploma era más para mamá que para Bruno. No es que él fuese "vago", él estaba muy lejos de serlo, siempre fue un chico sensible e inteligente, pero con certeza su futuro no estaba en el mundo académico. Él me dejó muy en claro que su estrella lo guiaba a otra dirección. Era un excelente músico, tocaba piano y violín y tenía un estilo de vida medio bohemio. Profesionalmente, había elegido la carrera de actor. Él había ingresado en un grupo de teatro y ya había hecho algunos comerciales en televisión.

Su cuerpo estaba más desarrollado. Sus brazos y piernas lucían más fuertes y esculpidas por la práctica de deporte. Pero para mí, su rostro continuaba siendo lo que más me llamaba la atención. Su cara era interesante de mirar, diferente y curioso que luego te hacía pensar: parece ser un chico interesante, necesito conocerlo.
Eso sin hablar de sus ojos, que continuaban siendo las ventanas de su alma, limpios y transparentes. Yo continuaba siendo, silenciosamente, su admiradora.
Mi relación con Bruno seguía siendo la misma: fraternal, por lo menos para el exterior. Porque por dentro me moría por él...

— ¡Micaela! — Bruno entró a mi habitación gritando como un loco. Fingí que seguía durmiendo. — Mica, ¡despertate!— Dijo sacudiendome, pero yo seguía inmóvil. — Bueno...¡preparate!-— Dijo subiendo arriba mío para luego comenzar a hacerme cosquillas por todo el cuerpo.
Él sabía que ese era mi punto débil, yo no me resistía a las cosquillas. Comencé a reír descontroladamente, él sujetó mis manos por encima de mi cabeza y aproximó su cara hacia la mía. — ¿Te rendis? — Preguntó con una sonrisa traviesa.

Al abrir mis ojos, respiré profundo y encontré su cara tan cerca de la mía que mi corazón dió un salto en mi pecho. A pesar de todos estos años, él todavía tenía aquel efecto en mí. Miré para abajo y verifiqué que él estaba sin remera, solo estaba usando un pantalón de color negro. Al mirar su pecho, mi voluntad era extender mis manos por su tórax. Pero para mi suerte, él las estaba sujetando.

— ¿Te despertaste? — Insitió

— ¿Qué es lo que pensas? — Pregunté irónica. — ¿Ahora me podes
soltar? — Él me miró por un instante más y soltó mis manos. — ¿Puedo saber el motivo de este encuentro matutino?

— Estoy acá para contarte algo muy importante. — Respondió con una sonrisa gloriosa. —¡Mica, gané el papel! ¡Voy a hacer mi primera película!

— ¿Qué?, ¿En serio?, ¿Cuándo?—Pregunte aturdida.

— Me llamaron recién. ¡Lo logré!

— ¡Ah! — Grité de alegría, saliendo de la cama y quedamos frente a frente, gritando como dos nenes.

Hacía mucho tiempo que Bruno buscaba una oportunidad para poder entrar en el mundo del cine, pero ese era un medio muy competitivo. Cada día, más y más actores intentaban ingresar a ese mundo, y la mayoría solamente conseguía pequeños papeles o fracasaban en el intento. Pero él era muy joven, decidido y talentoso. Cuando su representante agendó una audición más, él fue medio desanimado porque se trataba de una gran película basada en una obra literaria muy importante, pero él estudió el texto con cuidado y fue a hacer lo mejor.
Bruno había regresado a casa indeciso porque no tenía idea de cómo había sido el resultado y sospechaba que había perdido. Pero ahora con esa noticia todo cambió. Yo estaba muy feliz porque él sería la estrella en una película tan esperada.

Dejándome llevar por la alegría del momento, salté en su cuello y me abrazó fuerte.

— ¡Esto es muy bueno!

— ¡Ni me lo digas! Todavía no lo puedo creer, parece un sueño.—Él estaba tan feliz y esa felicidad era muy contagiante.

— ¡Tenemos que festejar!

— Si. Voy a organizar un encuentro con todos, ¿te sumas?

Sé que no debía, pero mis sentimientos eran más fuertes que yo. A pesar de saber que era un sueño imposible, ya me había imaginado una cena en algún lugar romántico alrededor de las velas. Pero volví a la realidad, después de que él sugirió un programa con toda la familia. Mantuve la sonrisa en mi cara, a pesar de mi decepción y respondí lo obvio.

— Claro que si

— Voy a empezar a llamar a todo el mundo ahora mismo. — Dijo dándome un beso rápido en la mejilla y saliendo en seguida.
Me senté en mi cama, cerré los ojos y di un suspiro profundo.

— ¿Cuándo vas a aprender,
Micaela? — Hablé conmigo
misma. — ¡Controlate y mantene el foco!

A veces era muy difícil recordar que él era solamente mi hermano, principalmente cuando había algún acercamiento físico, ya que hacía que todos mis sentimientos afloren...

ACLARACIÓN: Bruno y Micaela tienen la misma edad. Pero Micaela es unos meses un poco más chica que él. Hice como que nacio en Julio y que por eso todavía está en la escuela, porque al cumplir después de Julio pierde un año en la escuela.

Más Que Hermanos [Adaptada]Where stories live. Discover now