#119

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Universo alternativo.

Robin era sin duda una belleza, una joven de piel clara con un par de diamantes por ojos, una mirada que bien podría congelar a quien quisiera si esa fuese su intención, pero ella era más de derretir a quien quisiera verla, aunque lo hacía sin ser su intención.

Era una chica trabajadora, que siempre buscaba intentar mejorar en lo que pudiera para salir adelante aun cuando sus oportunidades eran limitadas, por eso mismo llevaba la preparatoria a la par de un trabajo que consumía sus tardes posteriores a las clases, en donde debía hacer malabares para realizar las tareas pendientes sin descuidar sus responsabilidades laborales.

Su vida era completa, no tenia nada ni nadie, su padre era un total desconocido mientras que su madre había fallecido en circunstancias sospechosas qué aun tras un año de su fallecimiento seguían en investigación, pero nada parecía detenerla.

-¡Hey, Robin!- La voz de su compañero de turno la saco de sus pensamientos, miró con una suave sonrisa hacia el joven de cabello color chocolate y ojos avellana qué la miraban con un brillo inocente totalmente perfecto para sus quince años.- ¿Crees que podrías ayudarme a resolver esto?- Señaló su libro de geografía.- No entiendo mucho esto.

Robin encantada dejó de lado sus pensamientos para comenzar a ayudar a Chopper, quien estaba encantado con su compañía por que era como esa hermana mayor que siempre había anhelado.

Pero no fue mucha la paz, por que seguía siendo un trabajo y los clientes entraban constantemente a pedir sus bebidas, y esa no fue la excepción, pues sonó la campanita que anunciaba que alguien había entrado.

Robin levantó la vista con su habitual sonrisa y se encontró con una fría mirada de ojos grises qué casi parecían ser negros, claro que conocía esa mirada, ese par de ojos que para ella eran sumamente agradables, el rostro firme de un chico serio y de pocas palabras.

Su cabellera verde era llamativa para el público, y si anexabas los pendientes que colgaban de su oreja izquierda podrías incluso decir que era un total rebelde, pero no era más que un buen chico con una forma de vestir y actuar ruda.

-Hola Zoro, ¿Qué tal?- su habitual sonrisa se plasmó de una forma distinta ante el chico, quien le dio un suave asentimiento de cabeza a modo de saludo discreto, peeo sin poder ocultar lo sonrojado de sus mejillas al tenerla de frente.- ¿Lo mismo de siempre?

-Lo mismo de siempre.- Asintió dejando el dinero sobre el mostrador.-  Hola Chopper, ¿haciendo deberes?- Se dirigió hacia el joven mesero, quien asintió levantando su libro.

-Henry Dunant va a estar orgulloso de mi en el futuro.- Le dio una enorme sonrisa.- Cuando sea un Paramedico preparado, ¡O un doctor!

Robin encantada con la conversación se dedicó a sacar la orden del chico, quien tomó asiento en la barra justo frente a ella para ayudar a Chopper con sus deberes.

-¿Iras a la fiesta del equipo de Fútbol?- La fingida inocencia del peliverde no tomó desprevenida a Robin, quien claramente ya esperaba esa pregunta lamentándose por que claramente no iba a poder ir.

-Estaré trabajando, los fines de semana doblo turno para poder recuperar las horas que llego tarde entre semana.

Zoro se estiró sobre la silla y miró se forma disimulada el reloj, eran casi las ocho de la noche y debía ir a entrenar.

-¿Qué te parece si ese día paso por ti?- Robin sonrió hacia Zoro entregándole su café frio.- ¿O paso por ti en la mañana? Tu auto en cualquier momento dejara de funcionar.

-Espero que mi auto no decida dejar de funcionar pronto, aún me queda bastante para poder comprar otro.

Zoro asintió bebiendo de su café, él realmente odiaba el café, no le caía muy bien pero ir a comprar a ese lugar le aseguraba que iba a poder verla unos minutos, y si el tiempo iba bien, a tener una conversación con ella.

one shorts de ZoroxRobin.Where stories live. Discover now