#70

1.3K 63 12
                                    

Las feroces batallas habian terminado hacia varios años ya, la tranquilidad reinaba en la vida de todos y se encontraban disueltos viviendo de una forma que jamás habían imaginado.

Las cosas habían cambiado para todos, vivían en la misma isla pero en partes distintas, se frecuentaban casi semanalmente, sin embargo algunos no eran constantes con las reuniones o con las visitas.

Un ejemplo de eso era el espadachín, quien tenía varios meses sin asistir a las reuniones ni responder a las llamadas de sus preocupados compañeros.

Y había alguien en especial que se encontraba realmente preocupada.

Robin suspiro nuevamente al no recibir respuesta a su llamada, mordió su labio y miró a Nami, la navegante de la banda, quien sostenía entre sus brazos a una pequeña niña que luchaba contra el sueño y acariciaba de manera distraída el cabello de su madre.

-¿En donde crees que se habrá metido?- preguntó ella y Robin se encogió de hombros.

-Realmente no lo sé, pero es extraño que se vaya tanto tiempo sin avisar... Aunque realmente no me debe explicaciones de nada.- La morena suspiro pasando una mano por su cabello y luego miró a la navegante.

-Pero, ¿Por qué no? Todos notamos ese algo especial sucediendo entre los dos y lo sabes.- Robin extendió los brazos hacia la niña, quien se lanzó a ellos y se acurrucó.- Ustedes dos no son solamente amigos.

-Yo sé, pero no hemos ido más allá de solamente miradas y platicas en donde hemos confesado todo.

Nami suspiro intentando llamar al peliverde una vez más pero sin obtener respuestas, ambas se encontraban en casa de la peñinaranja, pues se habían reunido algunos para buscar a Zoro ya que era sumamente extraño que no apareciera.

Nami recibió una llamada y salió a responder mientras Robin se encargaba de dormir a Belle, la pequeña niña de dos años, quien se mantenía fuertemente abrazada a ella.

Cuando regresó miró a Robin con cautela y la morena la miró buscando respuestas.

-Fueron a su casa y la encontraron vacía, incluso con comida en la mesa echada a perder, lo buscaron... Y encontraron algo.

-¿Está bien? ¿Lo encontraron?- Preguntó Robin y Nami suspiro.

-Parece que lo tenían atado y muriéndose de hambre bajo el sol, Luffy dijo que exactamente como lo conoció, sólo, viviendo atado a un poste y sufriendo sed, hambre, frío y calores, creo que querían sacarle información de nosotros y él se negó a darla.- Robin llevó una mano a sus labios sorprendida.

-¿Lo tienen? ¿Lo traerán para acá?- Nami asintió.

-Vienen en camino, Chopper se unió a ellos así que viene tratando las heridas, parece que lo encontraron consiente pero que solo les dijo una cosa y cayó desmayado, ¿sabes que fue lo que dijo?

-¿Que fue?

-Preguntó por ti.- Robin sonrió conteniendo lagrimas, él estaba bien y pronto lo vería.- Se desvaneció, pero lo están hidratado, Sanji dijo que llegaría directo a nutrirlo, así que esta bien, Luffy pregunto si Boa no ha venido, pero le dije que no.

La sorpresa inundó a todos cuando Luffy terminó unido a Boa Hancok, de alguna manera u otra esos dos habían terminado juntos, aunque claro, las intenciones románticas del capitán eran nulas, él lo veía como una relación amistosa y ella como todo lo contrario, sin embargo Luffy parecía contento con la vida que llevaban y se preocupaba por ella.

Nami había hecho su vida, lo curioso de la vida fue que terminó caminando de la mano del cocinero de la banda, Sanji, quien amaba locamente la vida que llevaban, tenían una hija de dos años llamada Belle, quien era sumamente inteligente y hermosa.

one shorts de ZoroxRobin.Where stories live. Discover now