one shorts de ZoroxRobin.

#62

-¿Crees que vaya a ser alguien fuerte?- preguntó Zoro recargando su cabeza en la pierna de Robin, ella se encogió de hombros bebiendo de su chocolate caliente.

-Creo que va a ser alguien único.- Susurro mirando a los mugiwara, todos rodeándola y siendo la gran familia que eran.

En este momento estaban justo frente a una chimenea improvisada, Robin estaba sentada sobre un sofá con Zoro sentado en el suelo frente a ella recargando la cabeza en sus piernas, Nami estaba a un costado de ella y Chopper en el otro, Luffy estaba sentado del otro lado de Zoro y reía de algo que parecía solamente escuchar él.

Brook se encontraba sentado en el suelo tocando una suave melodía en violin y Ussop contaba increíbles historias que eran tan poco creíbles que eran divertidas.

Franky estaba en el suelo, en una posición bastante sexy para él y Sanji justo venia entrando con varios aperitivos.

En ese momento, enmedio del mar y en un calor familiar todo se sentía bien y correcto, incluso las manos sobre el vientre de Robin, mismo que albergaba a alguien, a una pequeña persona que nadie conocía aún pero ya se había ganado el amor de todos en la tripulación.

-Oigan, ¿Y que vamos a hacer cuando nazca? ¿Podemos hacer una fiesta?- Preguntó Franky mirando hacia Robin, ella se encogió de hombros nuevamente queriendo quedarse en ese momento para siempre.

-Podemos.- Susurro Robin mirando a todos.- Aunque claro, las suposiciones sobre mi muriendo siguen a pesar de los meses.

Debido al embarazo y el peligro que corría Robin si la marina o los cazadores de recompensas se enteraban de la situación, así que fingieron todo y armaron un escenario en donde su muerte lleno los períodicos por un bien tiempo, así durante los meses notorios del embarazo los viviría en calma, viviendo dentro del barco y no bajando a las islas para evitar ser vista.

Y era todo lo que estaba bien en el mundo, por que la paz que se respiraba justo en ese momento era magica, sobretodo por que cada miembro se había proclamado como tío de esa pequeña criatura, misma que aún era desconocida para todos, no sabían su sexo ni como sería, pero eso era lo de menos.

Lo importante era que esa pequeña persona seria muy amada por todos, tanto que se habían organizado mil veces para comprar cosas en total discreción y construir cosas para su llegada.

Y ahora, a pocas semanas de su llegada todos estaban ansiosos, solían reunirse todas las noches en el mismo lugar a convivir e imaginar situaciones que en el futuro podrían suceder.

-Creo que ya es hora de dormir.- Dijo Zoro mirando de reojo a Robin, ella asintió con los ojos cerrados y se acomodo mejor en el asiento, las manos de Nami se mantenían firme contra su vientre y daba suaves caricias.

-Por favor llega pronto, todos estamos anhelando conocerte.- Murmuró paseando sus dedos cerca del ombligo de la morena.

-Dile que se apure.- Susurro Luffy mirando a Zoro ponerse de pie.- Por qué estamos todos impacientes, ¡sobretodo zoro!- señaló al peliverde y el rodo los ojos.

-Déjame en paz.- Susurro extendiendo la mano hacia Robin y ayudándola a ponerse de pie.- En cualquier momento puede llegar y es mejor que todos estén descansados.

-Te hiciste muy gruñón desde que eres papá.- Susurro Luffy poniendo ambas manos sobre el vientre de Robin e intentando colgarse de ella.

-Aún no soy padre, y no te cuelgues de ella.- Dijo tomándolo de la camisa y sujetándolo para alejarlo.

Robin se despidió de todos y recibió una fila de despedidas con abrazo incluido, Sanji la termino arropando con una manta y le recordó que si tenía algún antojo durante la noche podía acudir a él con confianza.