one shorts de ZoroxRobin.

#23

Niños corriendo por todos lados, madres apuradas buscando arreglar cabellos revueltos evitando chocar con autobuses que llegaban llenos de ruido, y un policía malhumorado justo en el frente de la escuela, deteniendo a los conductores imprudentes y ayudando a los niños pasar.

-¿Tendré que quedarme mucho tiempo aquí?- pregunto por la radio el policía con unos lentes cubriendo sus ojos, se escuchaban risas del otro lado, los malditos se comunicaban solo para reírse.

-Lo siento, Zoro, pero tienes que quedarte unas dos semanas ahí.- se escucho una voz, el chico rodó los ojos molesto y dejo que pasara un grupo de niños.

Detras del grupo de niños, Zoro miró una figura diferente, observó a una morena ser rodeada por un grupo de pequeños niños que la abrazaban y sonreían al verla.

Zoro no era fan de observar mujeres, salvo que estuviera en un caso y ellas fuesen las culpables, pero esa mujer era muy linda de ver.

Era una morena de cabello muy negro  y ojos azules, llevaba el cabello atado en una coleta y varios libros bajo el brazo, esperaba pacientemente a que zoro les cediera el paso.

pasaron un par de autos y los dejo pasar, la morena cuidaba a todos los niños, fijandose que caminaran en fila, cuando llego al lado de Zoro, le dio una gran sonrisa.

-Buenos días oficial.- lo saludo, Zoro asintió hacia ella.

-Buenos días.- murmuró intentando mantener seriedad y no verla demasiado.

La chica le dio una pequeña sonrisa y se alejó rodeada de todos los niños.

Poco a poco los alumnos fueron terminando de llegar, casi al punto de tocar el timbre de inicio de clases logró ver a un pequeño correr rápidamente hacia la escuela, se quedó de pie esperando que lo dejara pasar, Zoro elevo la ceja y lo incitó a pasar, el pequeño paso corriendo, pero Zoro lo detuvo de golpe al ver a un carro pasar a su lado a toda velocidad, ignorando los topes y haciendo que el auto diera un par de saltos.

-¿Estas bien?- Preguntó al niño, él asintió rápidamente.

-¡Si! ¡Voy tarde! ¡Muchas gracias!- Grito dando saltitos y zoro asintió dejándolo ir, por lo que se fue corriendo justo cuando se escuchaba el timbre de inicio de clases.

Zoro suspiró y se quito la molesta gorra de la cabeza, revelando su cabello verde y dejando caer tres pendientes dorados en su oreja.

-¿Si tengo que esperar más de dos semanas en esta escuela?- Preguntó a la radio, ya tenía un par de días en ese lugar y estaba cansado de los niños, de los gritos y la fragilidad de los pequeños mocosos.

Pero le gustaba por que siempre le regalaban caramelos y dulces, aunque, lo que más odiaba eran las miradas codiciosa de las madres de los mocosos.

-Si, recuerda que tienes heridas frescas y no podemos arriesgarnos a que se te abran las costuras.- Se escuchaba una voz del otro lado del radio, el peliverde maldijo en voz muy  baja poniendo una mano en su pecho, miró hacia su camisa azul.

Sabía que su última misión lo había dejado físicamente agotado, le habían disparado y torturado un poco, tenía heridas frescas, realmente él no era un policía que debería estar presentándose en escuelas, su lugar era en el escuadrón especial de investigación y respuesta inmediata ante situaciones de crisis, o conocidos como EEI y RISC, pero lo habían mandado a descansar esas heridas.

Y en contra de todos los superiores, decidió mínimo tomar ese espacio en la policía cubriendo horarios aleatorios mientras las heridas sanaban.

****
Había pasado un poco más de una semana, Zoro se habia acostumbrado a los niños gritando, a los mocosos que se asombraban de verlo, a las madres que le coqueteaban y sobre todo, a recibir los buenos días de la chica morena que cambiaba a diario a la escuela, siempre vestida con elegancia y caminando con una gran sonrisa en el rostro.