#55

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La magia de las palabras era algo que Robin conocía muy bien, amaba perderse entre libros y letras constantemente por lo que la simple idea de que alguien pudiera cautivarla con algo como las palabras era divertido para ella.

Excepto por que los últimos meses había estado encontrando misteriosas cartas dirigidas hacia ella durante la estadía en distintas islas, casualmente las notas eran deslizadas debajo de su puerta cada vez que tocaban puerto, a veces se encontraban siendo entregadas por personas desconocidas o niños pequeños que corrían hacia ella, era algo extraño pero que no la hacía sentirse tan alerta, el mero hecho de que alguien pudiera hacerla sentir algo con simplemente palabras escritas en papel era algo que hacía a su corazón latir con fuerza.

A veces las misteriosas cartas eran acompañadas de diversos y pequeños ramos de flores que olían a maravillas, incluso algunos contenían pequeñas bolsas de semillas de la misma flor que venía en el arreglo, el hecho de que alguien se tomase el tiempo de planear cada detalle para una simple carta era sorprendente y la hacía sentir la gran necesidad de conocer a quien le enviaba las cartas.

Mientras pensaba en cómo sería la forma de recibir la carta en la isla a la que acababan de llegar choco con una espalda, miró a Zoro verla de reojo y luego gruñir antes de alejarse rápidamente.

Robin sonrió hacia chopper, quien se unió a ella seguido de Nami para bajar los tres a la isla y aventurarse entre las pequeñas casas y tiendas del lugar, isla que era pequeña y no muy transitada, por lo que el recorrido sería corto y estarían regresando al mar ese mismo día en la noche.

*
Robin llegó a su habitación con algo de sueño, por fin iba a descansar un poco tras un largo día de compras junto a Nami y a Chopper, pero al abrir la puerta sonrió mirando el lindo ramo de violetas descansando en su cama junto a un sobre, sin poder resistirse se lanzó a la cama, olió las flores y leyó con calma cada palabra que se encontraba escrita a mano en ese papel finamente doblado.

Tras terminar de leer sonrió un poco y luego coloco las flores en agua, esperaría a que secaran para guardarlas junto a todas las otras flores secas que tenia en un recipiente de vidrio que se miraba hermoso con todas las diferentes flores secas, en una pequeña caja tenía todas las cartas guardadas, mismas que se encargaba de releer constantemente, principalmente en las noches cuando no podía dormir.

Robin se acostó a dormir con una sonrisa plasmada en el rostro y el pecho lleno de felicidad.

A la mañana siguiente la despertaron los pasos apresurados en cubierta y las suaves manos de Sanji moviendola un poco.

-Hemos llegado a una isla.- le sonrió con pesar.- No ha sido previsto, pero parece que necesitaremos ayudar a alguien.

Robin asintió poniéndose de pie y notando la cajita de notas deslizarse por las suaves sábanas y cayendo al suelo, elevo la ceja un poco curiosa y la dejo en la mesita de noche, luego se cambio de ropa rápidamente y salió a cubierta en donde se encontraban todos, se acercó justo al lado de Nami y chopper corrió hacia ella para abrazarla.

Un hombre contaba la historia de su pueblo y sobre cómo habían sido sometidos, él había decidido entrar al mar y navegar por ayuda en algúna de las islas cercanas pero aún no llegaba a ninguna y su pueblo corría peligro de desaparecer gracias a los continuos asesinatos, por lo que ahora ellos estaban en la isla para ayudarlo.

-Robin.- habló chopper por lo bajo.- ¿Crees que podría estar contigo? Tengo un poco de miedo y no encuentro a Zoro.- Robin asintió acariciando la cabeza del pequeño reno.

Ahora las cosas se planteaban de manera sencilla, todo se basaba en pelear y ganar la batalla, cosa que no era muy difícil para ellos, así que se sentaron a organizar un plan en el que los principales serían Nami para distraer a los hombres y robar las llaves del gran edificio principal.

one shorts de ZoroxRobin.Where stories live. Discover now