-Claro que si.- Le dije dándole a Luffy el pequeño guante para que se lo pudiera poner al bebé.- Dígame, ¿Qué es lo que necesita?

-Tu chico nos comentó que sabes leer inscripciones antiguas, que eres muy buena para leer y descifrar cosas.- Me giré hacia Zoro sorprendida y encantada, ¿les había hablado de mi? ¿Se había estado acordando de mi en todo momento? Su enorme gesto de vergüenza me encantaba.- Y como sabes, hemos vivido años sin poder controlar las transformaciones, algunos pueden pasar meses siendo lobos marinos y hay quienes se transforman cada anochecer o amanecer, sé que es reciente el nacimiento del niño, pero, ¿podrías ayudarnos a leer?

-Claro que si, sería para mi un honor ayudarles, han sido ustedes quienes se encargaron de mantener con vida al bebé, y a ayudarme a recuperarme físicamente también.- Con mucho cuidado levanté al bebé y lo coloqué contra mi pecho.- Iremos de una vez, andando.

Luffy sonrió poniéndose de pie y dándome el apoyo necesario para bajar de la cama, aún era doloroso moverme, pero soportable.

- ¿Cuánto tiempo va a ser pequeño? ¿Crees que vaya a querer jugar con todos en el barco?- Me preguntó Luffy caminando a mi lado, me coloqué encima una bata que había estado usando estos días y me reí.

-Va a ser pequeño por un tiempo, pero  cuando crezca pueden jugar.- Susurré sin creerme del todo que estaba sosteniendo sobre mi a alguien que había salido de mi, que había crecido de una forma discreta y había salido apresuradamente.

No sabia que quería uno de esos hasta que tuve pánico de verlo sin moverse y sin fuerzas, vi a Zoro tener miedo a mi par cuando hizo maniobras por hacerlo reaccionar, pero no pude sentirme más en paz cuando pude tocarlo por primera vez.

Caminé de forma tranquila por el lugar junto a Luffy que iba encantado a mi lado y  Zoro que caminaba detrás de una forma bastante cautelosa, me miraba, sentía la presión de su mirada en mi nuca y su cautela en cada uno de mis pasos.

Salimos a la interperie y sentí escalofríos, fui consiente de que no había llevado ninguna cobija o algo para cubrir al bebé, así que pensé en regresar, pero cuando me giré, vi a Zoro sostener una cobija sobre su hombro, no me dijo nada, últimamente no decía mucho, simplemente la echó sobre mi.

Le di una sonrisa como agradecimiento y volví a caminar tras el hombre que iba en silencio, cruzamos un buen tramo del lugar hasta llegar a donde estaba lo que parecía ser una iglesia o templo, las figuras de lobos marinos me causaban un poco de curiosidad, estaba todo rodeado de maleza, así que acomode mejor la cobija y di un paso hacia enfrente, en dirección a las escaleras.

Pero la madera debajo de mi crujio de una manera extraña y sentí que iba a caer, pero no me había movido mucho cuando ya me estaban sosteniendo fuera de las escaleras.

Me giré sorprendida hacia Zoro, quien  estaba algo tenso, me miró como si estuviera molesto y me ayudó en silencio a entrar al lugar.

Miré curiosa las inscripciones en el lugar, pero no podía descifrarlo del todo, algunos simbolos eran extraños incluso para mi, me acerque hacia una parte que era más fácil de leer, y me sorprendí al escuchar el suave murmullo de la voz de Zoro contra mi cabello.

Me giré sorprendida a verlo, estaba con el ceño muy fruncido mientras leía rápidamente lo que decía, moviendo sus labios y hablando en voz muy baja.

-¿Ojos?- preguntó acercándose un poco y entrecerrando los ojos, me acerqué hacia donde veía y me reí por lo bajo al retirar unas telarañas.

-Lobos.- susurre comprendiendo un poco mejor la situación.- ¿Este simbolo qué significa?- Le pregunté mirando una figura redonda con algunas lineas curvas.

one shorts de ZoroxRobin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora