-Ni creas que son para ti, ya me debes mucho dinero.- Frunci el ceño, maldita bruja.- Es para que compres un regalo para Chopper de mi parte, ustedes dos lo conocen muy bien.

-Ah, y por favor compra esencia de algodón de azúcar, le haré un delicioso pastel.- Asentí hacia el rubio y sentí los dedos de Robin encajarse contra la piel de mi brazo.

-Claro, pero si nos disculpan, el día es corto y tenemos que conseguir el regalo perfecto.- Susurro Robin sonriendo mientras nos alejabamos.- Y ustedes saben que Zoro no es amante de ir a tiendas, así que debo aprovechar.

Bajamos del barco muy rápido y una vez dentro del pueblo, Robin se recargo contra la pared de una casa, cerró los ojos y me miró de reojo luego.

-No creo aguantar mucho más, estoy casi segura de que...- Se detuvo de golpe cuando el líquido manchó su pantalón y escurrió por sus piernas.- Ahora si estamos jodidos.

Miré el líquido y maldije tomando la mochila del hombro de Robin, aún no habíamos encontrado un lugar para escondernos mientras llegaba al mundo, pero el viejo letrero de un motel nos estaba llamando.

-Espérame aquí unos segundos, voy a conseguir una habitación ahí.- Señale el motel y ella asintió rápidamente.

Entre a la recepción, un hombre joven atendía, así que llegue rápidamente a él.

-Disculpa, ¿Tienes habitaciones disponibles?

-Si, tengo solamente la más sencilla, una cama, un baño y microondas, incluye aire acondicionado, ¿esa está bien? Se renta por tres, seis, nueve y doce horas, el costo depende de las horas.

-Por doce horas.

Él asintió y tras pagar y otras cosas más termino dándome las llaves, así que corrí hacia Robin, ella seguía en el mismo lugar pero ahora una mano se paseaba distraídamente por su vientre.

-Vamos, ya tenemos lugar.

Sonrió por lo bajo y la ayude a caminar hasta la pequeña habitación, abrí la puerta y entramos en silencio, era un lugar demasiado sencillo y pequeño, la cama era para dos personas, había una pila de revistas viejas sobre la mesita de noche y había una pequeña puerta que supongo nos dirigiría al baño.

Robin se dejó caer en la cama y yo de inmediato cerré con llave, me acerque a ella y quite los zapatos de sus pies inflamados.

Entre al baño y sonreí aliviado mirando una bañera.

-He encontrado el lugar perfecto.- Susurré.- ¡Robin! Hay una bañera, ¿no crees que aquí sería perfecto?

-Creo que si, y tiene que ser ya.

Me acerque a ella y la mire con los ojos cerrados y una mano sosteniendo su vientre, bese su frente y me encargue de quitarle el pantalón mojado, luego le quite la blusa para que no fuese a mancharse y ahora, viendola en ropa interior, fui consiente de su belleza y de como su cuerpo había cambiado de una manera tan magnífica.

En estos momentos pude admirar sin miedo su cuerpo, el vientre que habíamos visto pequeño y muy escondido parecía haberse botado en estos momentos y podíamos ver un gran viente con ombligo saltado, las manos de Robin subían y bajaban con lentitud por toda la curva de su vientre con ojos cerrados, sabía que murmuraba algunas cosas, pero también sabía que eran cosas de ella y el bebé, así que no me metí, me dedique a masajear sus pies y quitar los calcetines.

-Cuando te sientas lista, me dices.- Susurré y ella asintió.

-Creo que nunca me sentiré lista.- Su voz sono temblorosa y muy dudosa, si tan solo supiera que yo de lo único que me sentía listo, era para cuidar de los dos siempre.- Pero vamos.

one shorts de ZoroxRobin.Where stories live. Discover now