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—Feliz cumpleaños, muñeco.—He traído conmigo un par de botes de helado, su pastel favorito y una botella de vino para festejar su cumpleaños. Dejo todo sobre la mesada de su cocina y le doy un fuerte abrazo para después besar sus labios.—He apagado mi teléfono así que soy toda tuya hasta mañana a las siete.
—Perfecto.
—Sabes, he traído tus velas de cumpleaños. Es hora de pedir un deseo.—Me ve moverme con sutileza, desempaco el pastel de su respectiva caja y prendo dos velas con los número 2-1. Utilizando su encendedor favorito provoca fuego sobre aquellas figuras de cera y canto con voz muy bajita el feliz cumpleaños para él.—Apaga las velas.
Después de verle pedir aquel dichoso deseo y soplar el fuego de las velas, me abrazo al cuello de mi chico y le beso por un par de minutos tratando de perderme en el momento. Él es increíble.
—¿Que quieres hacer hoy?
—Ordenaremos la cena y veremos un par de películas. No quiero hacer muchas cosas solo quiero acurrucarme contigo.
—Podemos ponernos un poco románticos.—Sugiero mientras siento como abraza mi cuerpo por detrás y muerde el lóbulo de mi oreja juguetón.
—Ya lo veremos.—Me doy la vuelta y beso sus labios antes de separarme y tomar mi teléfono dispuesta a pedir la cena.
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Comemos sushi y bebemos aquel frío vino mientras charlamos acerca de nuestros últimos días de trabajo. Después de un rato nos disponemos a degustar una rebanada de pastel mientras vemos su película favorita.
Mientras me tiene abrazada por los hombros acerca su rostro al mío y me besa con sutileza. Me siento sobre su regazo y me permito acariciar el cabello de su nuca mientras aquel indefenso beso para a ser algo más intenso.
—Que te parece si... Armamos nuestra propia fiesta de cumpleaños aquí mismo. Tengo una vela extra que tienes que encender para mí.
—Creo que ya lo he hecho.
Mis manos descienden hasta la parte más baja de mi blusa y comienzo a desabotonarla con lentitud haciendo que mi chico, en un momento de desespero, tire de esta haciendo que un par de botones salgan volando de su sitio. Baja las copas de mi sostén dejando al descubierto mis senos y se inclina hacia ellos para llevarse uno a la boca.
—Oh, cielo.
—Disfrutalo, bebita. Lo mereces.
Llevo mis manos a mi espalda y desabrocho mi sostén haciendo que Shawn tenga la oportunidad de retirarlo de mi cuerpo dejándome desnuda de la cintura hacia arriba. Deja besos húmedos por todo mi pecho y me recuesta sobre mi sofá completamente dispuesto a terminar de desnudarme.
Desabrocha mis pantalones y le permito retirarles. Aun en bragas me monto en su regazo y reparto besos húmedos en su cuello mientras desato su corbata y desabotono su camisa.
Me arrodillo frente a él y desato su cinturón seguido de sus pantalones. Levanta un poco sus caderas para permitirme arrastrar el inicio de sus pantalones y sus calzoncillos en el proceso dejando su virilidad al aire.
Le tomo sin ningún tipo de pudor, soplo un poco en aquella rosada punta y delineo con la punta de mi lengua la ancha vena azulada que corre por toda su erección arrancando un pequeño suspiro desde lo más profundo de su pecho. Siguiendo con aquella táctica le miro directamente a los ojos viendo como en el proceso echa su cabeza hacia atrás y gime sin pena alguna disfrutando del momento.
Sus manos se enreda en mi cabello tratando de tomarlo en una coleta y mueve mi cabeza con un poco más de fuerza hacia su miembro incitandome a llegar más profundo teniendo un par de arcadas en el proceso. Acaricio aquellas protuberancias debajo de su miembro con cuidado de no rasguñarle con mis uñas y eso simplemente lo llevo a la locura.
—Demonios, ven aquí.
Me toma por debajo de los brazos y camina hacía su habitación mientras me acomoda sobre sus caderas. Me tira sobre su cama y se amolda entre mis piernas, hace a un lado la delgada línea de mi ropa interior y hunde su lengua en mí sin ningún tipo de advertencia. Estoy a punto de tener el orgasmo de mi vida hasta que el decide detenerse. Creo que está listo para seguir.
—Ya no tengo preservativos.—Me hace saber con una mueca algo triste. En nuestros tres años juntos nunca lo hicimos sin un preservativo de por medio pero ¿Será prudente experimentar algo nuevo el día de hoy?
—Mañana tomaré la pastilla, cielo. Solo por esta ocasión.
—Me encantas.—Retira la última prenda de mi cuerpo y sin pensarle mucho se hunde en mi con la suficiente suavidad como para sacarme un gran suspiro.
Sus movimientos son muy lentos, como si tratase de disfrutar el momento y poco a poco comienza a acelerar sus movimientos con algo de rudeza. El roce piel a piel es magnífico, algo tan íntimo, tan nuestro. Los sentimientos son tantos que solo puedo aferrarme a su cuerpo y besarle tanto como puedo.
Mi vientre se tensa deliciosamente y me aferro a las sábanas al sentir aquel remolino de sensaciones. Shawn se tensa un poco antes de detenerse casi por completo y desplomarse a mi lado completamente satisfecho.
—Que buena fiesta de cumpleaños.—Dice algo burlón.—¿Sabes que quiero como regalo?
—¿Esto no fue un regalo para ti, tonto?
—No.—Dice riendo.—Quiero que nos olvidemos de esos malditos preservativos para siempre.
—Tomaré anticonceptivas.—Le aseguro antes de permitirle seguir besándome y no tardar en retomar lo nuestro por el resto de la noche.
Sé que ha disfrutado de su cumpleaños al máximo.
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¡¡¡¡Ya tiene 21!!!!
Namames yo llegué a él cuando era un bebé de 17, ¿ En que momento paso tanto tiempo?
Llegué a él gracias a la canción Believe, ni siquiera llegué a él por Stitches. Ese mismo día solo pensé, ese men esta bonito, ví un bonito tutorial sobre cómo tocar Stitches en la guitarra y así nació el amor.
Ya está en viejito. (Dijo la niña que solo le lleva meses).
Fak los años pasan rapidísimo.