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—Shawn.—Hablo en voz alta al escuchar la puerta principal cerrarse con cuidado. Mi chico ha llegado a casa en el mejor momento, no estoy en la mejor posición para salir a comprar medicinas.—Cielo, ¿Puedes venir?
—¿Te sientes bien?
—Puedes ir a la farmacia. Me duele un poco el estómago.
—¿Que necesitas, bebita?
—Buscapinas.
—¿Tu periodo esta por llegar, linda? ¿No necesitas algo más?.
—Mi período... Demonios.—Me levanto de la cama en seco y corro hacia mi armario en busca de aquel conjunto de hojas que marcan mis días de periodo y fertilidad. Cinco días de retraso. No puede ser.—Estoy atrasada.
—¿Para que?
—Tengo un retraso, Shawn. Mi periodo no ha llegado.
—¿Crees que estemos esperando bebé?.—Me mira algo preocupado pero aún así su voz es muy suave y una ligera sonrisa aparece en su rostro. Me aterra la idea de estar embarazada y me aterra aun mas que Shawn esté entusiasmado con esa idea. Tenemos veintitrés, tenemos planes para dos, aun no estoy lista para agregar un tercero en la familia.
—¿Puedes traerme una prueba de embarazo? De todas maneras tomaré cita con mi doctora esta semana.
—Si, linda. No tardaré mucho.
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Una línea rosa, una línea tenue. Según las indicaciones de aquella prueba eso puede significar una cosa. Estoy embarazada.
—¿Y entonces?.—Me pregunta ansioso mientras mira con curiosidad la prueba que acabo de realizarme.
—Creo que estamos esperando bebé, Shawn.
—Oh, bebita.—Solo puedo llorar en silencio mientras me abrazaba a su cuerpo. Sus cálidas manos me recorren la espalda y sus labios besan mi cabello con ternura tratando de calmar mi llanto.
—¿Que vamos a hacer?
—¿Que vamos a hacer? Seremos muy felices, cielo. Creo que ya era hora de ser tres. Estaremos bien, no tengas miedo.
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—Quiero que se llame Thea si es una pequeña, y si es un niño lo llamaremos Sean. En un par de semanas tendremos que volver a Toronto, podemos decírselo a mis padres en ese momento.—Su entusiasmo es muy evidente.
—Aun no sabemos si estoy embarazada, Shawn.
—No tengo una prueba concreta pero tampoco tengo dudas. ¿Acaso no te emociona esta nueva etapa?.
—Me da miedo. No sé si estoy lista para esto... No lo quiero. Si llego a estar embarazada quiero abortar.
Ese día tuvimos una de las peores discusiones de nuestra relación. Él no entendió mis sentimientos y solo decidió encerrarse en el argumento que yo era una egoísta al matar a su hijo. Ha salido de casa sin siquiera decirme a donde se dirige y me temo que esta noche no llegará a dormir. Por la mañana puedo notar su ausencia, no ha llegado a dormir y sinceramente ya lo presentía. Durante los siguientes días no recibí noticias sobre él. El día de mi cita con el doctor pensé que estaría presente pero creo que ya no quiere saber nada al respecto.
—¿Tu novio no estará presente el día de hoy?
—No se si a estas alturas siga siendo mi novio.
—Siempre he pensado que una cena y una botella de vino solucionan los problemas, podrias intentarlo pero sin consumir alcohol. Bien, dices que estás embarazada. ¿Cuantas semanas tienes?
—No lo sé. Solo me he realizado una prueba casera y ha salido positiva.
—Entonces veamos al pequeño. Levanta tu blusa y desabrocha tus pantalones, voy a realizarte un ultrasonido.
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—Cariño.—Estoy encerrada en nuestro baño cuando le escucho hablar al otro lado de la puerta. Solo me acerco a la puerta sin hacer nada mas. No quiero lidiar con él ahora.—Lamento herir tus sentimientos. No debí gritarte sin escuchar tu punto de vista y tu opinión. Me llena el corazón la idea de ser el padre de tus hijos pero esto debe ser tarea de dos, si tu no estas lista lo entenderé. Tomaré junto a ti todas y cada una de las decisiones que debamos tomar y cuando estemos completamente listos tendremos a un pequeño corriendo por ahí. He entendido que debe ser a su tiempo. Estoy dispuesto a esperarte diez años o más, no importa. Solo sé que quiero estar contigo por el resto de mis días.
Abro la puerta y me refugio en sus brazos por un buen tiempo escuchando sus bonitas palabras de amor hacia mi. Sus labios besan mi cabello y después busca mis labios para besarme. Me mira directamente a los ojos esperando por una respuesta así que me armo de valor y finalmente hablo.
—No hay bebé.
—¿Has ido a...
—No, nunca hubo bebé. Nunca estuve embarazada, Shawn. No maté a nadie.—Recalco aquellas últimas palabras recordando nuestra discusión.
—Tendremos más cuidado la próxima vez.—Dice aliviado.—Voy a apoyar todas tus decisiones, lo prometo.
No volvimos a tener un susto como ese durante un buen tiempo hasta dos años después, juzto después de unir nuestras vidas por siempre, cuando aquel positivo resultó no ser falso y ahora nos encontramos en espera de añadir a un tercer miembro a nuestra pequeña familia.
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