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2026.
—Shawn.—Taissa luce algo nerviosa. Puedo notarlo en sus movimientos, juguetea un poco con el perchero y finalmente deja su bata clínica en este al igual que su bolso.
—¿Sí?.—Solo puede acercarse a mi y se sienta a mi lado mirándome con nerviosismo. Ella nunca se pone de esa manera a menos que sea algo importante o muy grave.
—Estoy embarazada.—Solo puedo llorar. Es lo único que hago desde hace tres meses, más exactamente desde mi boda con Taissa.—¿Porque lloras, cielo? ¿Estás molesto?
—No, no cielo. La noticia es maravillosa pero me aterra el pensamiento de no sabes si llegaré a conocerlo, Taissa.
—Encontraremos la manera. Tú enfermedad no está avanzando a pasos agigantados, amos. Eso nos da algo de ventaja.
—¿Cuántas semanas tienes, cielo?
—Siete.
—Bien, no tengo idea de cómo pero lo lograremos. Nos adaptaremos. Valdrá la pena. Cada segundo.—Toma mis manos y sonríe esperanzada. Tener una familia siempre estuvo en mis planes pero esto no me lo esperaba.
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—Es un gusto verle de nuevo por aquí, doctor Mendes. ¿Cómo van esos músculos?
—Son un asco pero aún funcionan. Taissa tiene cita el día de hoy para una revisión de rutina, ¿Ha llegado el doctor Schmitt?
—Si, pasen por aquí.
Taissa sube a la camilla de exploración con dificultad pero aún así me sonríe y extiende su mano para tomar la mía.
Me duele cada día verle hacer cada pequeña tarea insignificante con dificultad y no poder ser capaz de ayudarle del todo. Mi enfermedad aún no es tan avanzada como para postrarme en cama pero me ha quitado la oportunidad de hacer algunas tareas por mí propia cuenta como atarme los zapatos o abotonar mis camisa y pantalones por lo que Taissa tiene que tomar esas tareas por mí.
Su médico de cabecera comienza a hacer su trabajo mientras Taissa me habla sobre cómo quiere decorar la habitación del bebé.
—Este bebé está en una perfecta posición. ¿Quieren saber que será?.—Mi chica asiente pero dirige su mirada hacia mi lugar mirándome expectante por una respuesta. Solo asiento y beso su mano antes de prestar atención a la pantalla.—¿Quieren descifrarlo?
—No, doctor. Solo dígalo.
—Bien, tendrán una niña. Juzgando su tamaño llegará muy pronto, posiblemente a principios de Abril.
—¿Saskia?.—Taissa sonríe al escucharme decir aquel nombre tan especial. Uno de los tantos nombres a discusión para nuestros hijos.
—Saskia, cielo.
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Finalmente ha llegado el mes de Abril y Taissa está enorme. Ha tenido que dejar su residencia y se ha dedicado a dar consultas privadas como médico general para salir adelante. Hemos discutido un par de veces por su obstinación por seguir trabajando a pesar de estar a días de dar a luz pero siempre terminamos el día con una charla y deseandonos lo mejor para el siguiente día.
—¿Cómo te sientes hoy?
—Enorme. Saskia está dando mucha batalla.—Taissa se recuesta a mi lado y permite que mis manos se posen en su vientre.
—Cielo, ¿Si te sientes bien? Tu vientre no se siente de la misma manera que ayer. ¿Duele?
—Un poco. He tenido un par de contracciones esta mañana.
—Taissa...
—No es nada. Solo fueron contracciones de Braxton-Kicks. Falta muy poco para que ella llegue.
—No trates de engañarme para relajarme. Nos iremos ahora mismo al hospital.
Aún puedo andar a pesar de tener que usar un par de bastones para ello pero eso no me impide ponerme de pie y ayudar a mi chica a llegar hasta el auto. En cuanto llegamos a la entrada de aquel hospital en el cual realizabamos nuestras prácticas pude notar algo de dolor en la expresión de mi chica.
—Demonios, ¿Porque eres tan listo?
—Solo quería prevenir, cielo. Si las contracciones hubiesen iniciado en casa no sé qué hubiese hecho. Siento que ya no sirvo para nada.
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—Saskia es muy hermosa, linda. No puedo creer que logré conocerla.—Admiro la carita de mi hija y sonrío con emoción a Taissa.—Nunca pensé que ella formaría parte de nuestro futuro pero tenerla aquí es... La adoro, Taissa. Gracias por permitirme ser su padre.
—Tomaré una fotografía.—Mamá y la madre de Taissa están realmente encantadas con el hecho de vernos como padres. Mamá toma a mi hija de mis brazos y le deja sobre los de Taissa para después ayudarme a sentarme a un lado de ellas sobre la cama.
En esa fotografía luzco normal, como si esa enfermedad no existiera y eso solo me hace pensar ... ¿Por cuánto tiempo seremos una familia normal?
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—¿Puedes sostenerla? Necesito tomar una ducha.—Nuestra pequeña ahora tiene tres semanas de edad y está en casa con nosotros. Taissa ha vuelto a su rutina hace un par de días y desde entonces los problemas iniciaron.
Discutimos dos veces por semana, las conversaciones se han acabado y sinceramente ya no tengo idea de que diablos entramos haciendo mal. Mis movimientos se limitan aún más cada día de mi vida y con ello las tareas de Taissa van en aumento al igual que su estrés. Nuestras madres nos han ofrecido muchísima ayuda pero lastimosamente ella no puede arreglar el problema que existe entre nosotros dos.
—¿Está segura? Mi brazo derecho no está respondiendo.
—Si, está perfecta. No tardaré mucho, lo prometo.
—Tomate tu tiempo, linda. Lo necesitas.
Me dedica una sonrisa cansada y se adentra al sanitario dentro de nuestra habitación. Realmente anhelo que esta situación se arregle lo más pronto posible.
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Taissa's Point of View.
—Mamá vendrá en veinte minutos. Realmente no quiero dejarlos solos pero sabes que este paciente...
—Taissa, lo entiendo perfectamente. También soy médico, linda. Quédate tranquila, aún puedo hacerme cargo de Saskia.
Beso los labios de mi chico por última vez y me dirijo hacia la puerta tomando mis cosas en el camino. He decidido dejar en pausa mi residencia y dedicarme de lleno a mi familia a pesar de sentirme algo frustrada nunca he permitido que ello se refleje en mi actitud con Shawn. Él ya tiene suficiente como para hacerle sentir mal por mis sentimientos.
Es tarde y mi último paciente ya ha sido atendido. A pesar de ser algo tarde no quiero volver a casa así que simplemente me decido por irme a un bar cercano de casa y beber una simple cerveza.
—¿Puedo sentarme aquí?
—Si, claro.—No le tomo importancia al chico que se sienta a mi lado hasta que vuelve a hablarme con la intención de pedirme una cerveza más. Dejo un par de billetes sobre el mostrador con mi mano izquierda dejando muy en claro mi molestia y el hecho de dejar en evidencia mis anillos de unión hacia alguien más.
No vuelvo a casa esa noche. Solo decido ir al hospital y hacer que un interno me administre solución para disolver el poco alcohol consumido.
Al volver a casa, lo único en lo que puedo pensar es en el rostro de alivio de Shawn al verme volver. Sé que ha pensado que le dejaría y eso me hace sentir como basura.
—Pensé que no volverías a casa, Taissa.
—No pienses eso de mi, Shawn. Me quedare contigo con o sin enfermedad. Siempre hemos sido un gran equipo. ¿Lo recuerdas?
—Me siento como un estorbo.
—Eres la persona más dulce y eficaz que puede existir. Esto no es nada para ti. Pronto saldremos de esto, ya verás.
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Es tarde y después de hacer dormir a Saskia y terminar con los deberes del hogar he decidido pasar un tiempo a solas con mi chico y disfrutar de su compañía mientras vemos una película.
—Fue una película hermosa. Tan tragica. Solo piensa, después de estar junto a él amor de tu vida y perderle así... no creo que pueda sentir algo similar por alguien más nunca.
—Taissa, quiero que me prometas algo.
—Lo que quieras, lindo. ¿Que sucede?
—Si muero pronto, quiero que cambies ese punto de vista y consigas a alguien que te haga muy feliz. Que vea por ti y te de todo lo que yo estoy negandote.
—Shawn...
—Un buen amante y confidente. Que te haga inmensamente feliz y trate a mi pequeña como propia. Es lo único que pido. Taissa, estoy quitándote tu juventud por cuidarme. Mereces ser feliz.
—Soy muy feliz a tu lado. Nadie va a ocupar tu lugar porque ese lugar jure que te pertenecería por el resto de mi vida. Y el que tú te vayas me dolerá muchísimo, tal vez sea de las situaciones más dificiles de mi vida pero no por ello voy a dejar de lado todo el amor que me haces sentir.
—No quiero dejarlas solas.
—Saskia me tiene a mi y yo la tengo a ella. Mi pequeña es idéntica a ti y se encargará de traerte a mi memoria siempre, estaremos bien.
Su mirada se torna algo vidrios a dandome a entender que está a punto de echarse a llorar así que, sin perder tiempo, tomo sus mejillas y beso sus labios con dulzura y cierta desesperación.
—¿Puedo hacerte el amor?
—No necesitas preguntarlo.
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Shawn's Point Point of View
—Tomaré una ducha.—Taissa comienza a vestirse recién pronuncio aquellas palabras y me besa la mejilla antes de responderme.
—Espera solo cinco minutos, atenderé a Saskia y vendré a ayudarte.
—Puedo hacerlo solo, linda. Tomate tu tiempo.
Me dirijo a paso lento hacia el sanitario y tomo asiento sobre el retrete con el fin de tener cierto apoyo mientras me dedico a retirar el resto de mi ropa. Al retirar la camiseta de interior que llevo puesta me quedó atrapado por la falta de fuerza en mis hombros y brazos haciendo que una risita estúpida salga de mis labios ante tal situación.
—¡Taissa! ¡Me atoré!
Mientras escucho sus pasos acercarse a mi no puedo dejar de ver el espejo frente a mi y como en este me reflejo. Y es en ese insignificante momento es cuando todo concuerda en mi cabeza. Tengo una idea.
—Hey, ¿Que estas haciendo?.—Taissa ríe y retira la camiseta de mi cuerpo para seguir con mis calzoncillos.
—Necesito mi tableta ahora mismo.
—Estás a punto de ducharte. Combinar el agua y la tableta no es buena idea.
—Tengo una idea, Taissa. Sé cómo detener mi enfermedad.
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