"Amanecer contigo en mi pecho. Sin persianas en el lugar donde vivo. Amanecer abre los ojos porque esto solo fue por una noche."
Lucía tan hermosa de esa manera. Duerme sobre mi pecho y no puedo evitar ver su larga melena caer por su espalda al igual que seguir su respiración.
Se supone que esto duraría solo una noche y llevamos más de dos meses repitiendo la misma rutina. Coquetearnos como chiquillos solo provocandonos y terminar haciendo el amor en mi departamento.
No tengo manera de describir este sentimiento solo se que nunca he experimentado nada igual a esto. Y debo admitir que me está gustando.
—Buen día.—Sonrie un poco con cierta timidez y se esconde en el hueco de mi cuello. Ella simplemente me mata. Acerco su rostro al mío y le admiro por un par de segundos antes de besar sus labios con cuidado.
"Pensé que lo sabía todo. Encontré el amor pero estaba equivocado. Más veces que las suficientes pero desde que viniste he estado pensando."
"Estás sacando un lado diferente en mí. No hay una red de seguridad debajo, voy en caída libre. Estoy cayendo por tí."
—¿Cómo es que siguen de esa manera, Shawn? ¿Porque no te animas a ir un poco más allá?
—¿Te refieres al sexo?.—Escucho un suspiro enfadoso antes de sentir una palmada en mi nuca.
—No, tonto. Enamorala tanto como ella ya lo hizo contigo. No lo niegues, te ha envenenado hasta los huesos.
—Y no sabes qué tan bien se siente.
Esa noche discutimos por ello. Sentí mi corazón romperse cuando dijo que no estaba segura de lo que sentía pero tuvo un ligero anestésico cuando hicimos el amor frente aquel ventanal bajo la luz de la luna y algunos cuantos rayos que anunciaban la llegada de una tormenta.
—Ya no puedo separarme de ti. Cambiaste toda mi perspectiva.
—Es algo rápido para mí.
—No te estoy pidiendo que me ames porque las cosas forzadas nunca funcionan. Solo te pido un poco de tiempo para demostrarte que este amor vale la pena y va más allá de coqueteos aniñados. Quiero hacer las cosas bien.
—¿Y que quieres hacer?.—Pregunta con una sonrisita esperando una respuesta que ya sospecha.
—Darte todo el amor que te mereces. Nunca abandonarte como otros ya lo han hecho. Quiero que recibas los buenos días al despertar y un beso antes de irte a la cama.
—Tu ya me das todo eso.
—¿Y dudas que deje de hacerlo? Todo en mi vida está correcto desde que cruzaste ese pasillo en la biblioteca y tomaste el mismo libro que yo necesitaba.
—Tengo miedo
—No tienes porque tenerlo, estoy aquí para ti.
—Lo pensaré.
"Cada vez que te veo me pierdo.
Si estoy soñando, por favor, no me despiertes."
"Cada noche contigo me enamoro más."
Esa última desde me mantuvo en incertidumbre por días. Estaba resignado a rendirme hasta que la vi llegar con una pequeña flor blanca idéntica a una que yo le había obsequiado hacía un par de meses.
—¿Como le has hecho para tenerme a tu poder?.—Rie con timidez antes de acercarse a mi y besarme como nunca antes lo hizo.—Cada vez estoy cayendo más por ti.
—No me molesta.—Sonrio con cierta burla y me inclino hacia ella para volver a juntar nuestros labios. Tendré mucho tiempo para besarlos pero no quiero desperdiciar ningún momento.