—¿Pasaremos la Navidad con tus padres?...Shawn.
—Mmh...
—¿Estás escuchando?
—No. ¿Podemos discutir eso mañana? Me has quitado todas las energías que tenía.—Dijo algo coqueto y adormilado.
Llevábamos una relación seria desde hace más de tres años, vivíamos juntos y compartíamos el amor de un tierno cachorrito de seis meses. Estuvimos listos para dar un paso adelante hace un par de meses por lo que ahora nos encontramos comprometidos e intentando añadir un miembro extra a nuestra familia el cual llegó sin esfuerzo alguno.
—¿Tienes tu maleta lista?.—Claro, ahora el chico que no quería mover ni un solo dedo anoche ahora se encuentra más atareado que nunca.
—Si, ¿Tienes los pasaportes?
—Tengo todo bajo control... ¿Tienes los regalos de mis padres?.—Levanté los dos pequeños sobres que confirmaban nuestra próxima felicidad y éste sonrió besando mi frente.
Tuvimos un viaje largo en el cuál dormí la mayor parte del tiempo, el tener un pequeño bebé formándose en mi ser era algo cansado y sé que Shawn lo entendía.
Bajamos del avión y tomamos nuestras maletas antes de reunirnos con la hermana de Shawn afuera del aeropuerto. Llegamos a su hogar en una hora la cual resultó ser terrible por el motion sickness que últimamente sufría.
—¿Todo en orden?
—Necesito acostarme.—No puedo esperar por revelar la noticia pronto.
Las dos primeras noches en Toronto fueron algo complicadas para nosotros. Con un gran secreto entre manos y grandes síntomas difíciles de ocultar era algo complejo terminar nuestro día pero aún así corrimos con la gran suerte de no ser descubiertos. Por ahora.
—Linda, ¿Podrías ayudarme con los vegetales? Estoy un poco atrasada con la cena de esta noche.
No podía decirle que no a mí suegra por lo que casi de inmediato comencé con mi tarea de picar patatas y zanahoria. No tenía mucha idea de que era lo que estaban cocinando pero casi de inmediato mi boca comenzó a hacerse agua. Olía realmente bien.
Descubrí que se trataba de un postre con malvaviscos y piña. Aunque no me agradaban en lo absoluto, no pude evitar probar una pequeña porción de éste.
—¿Desde cuándo te gustan los malvaviscos?
—Desde que pusiste un bebé en mi vientre, amor. Si no me quitas esto de enfrente lo voy a devorar todo. Está muy bueno.—Shawn solo se acercó a mí sonriente y retiro de mi vista el bolw con mi nueva debilidad.
—¡Ustedes serán...—Oh no. Cuando ambos nos dimos la vuelta pude ver como una de las primas adolescentes de mi prometido lo tacleaba con felicidad. Solo espero que no lo mate.
—No digas nada. Esto será el regalo de Navidad de mis padres.
—Soy una tumba, se los prometo.
La cena transcurrió con tranquilidad, todo era risas y charlas animadas. No podía evitar sonreír cada vez que las tías de mi chico mencionaban lo felices que serían con un nuevo bebé en la familia ya que el sobrino más pequeño tenía trece años.
Cuando dieron las doce absolutamente todos nos sentamos alrededor del hermoso árbol de Navidad y entonces se comenzaron a entregar los regalos correspondientes a la fecha. Una vez que la mayoría de los regalos fueron entregados Shawn me dedicó una mirada cómplice y entonces sacó de su chaqueta dos sobres blancos con los nombres de sus padres.
—¿Que es esto, chicos?
—Tendrán que descubrirlo ustedes.—El momento comenzó a ser filmado y con esto sus primeras reacciones serían retratadas para la posteridad.
"¡Hola Abuelitos!
Hace un par de meses mi papi le dio a mi mami una semillita de amor la cual cuidara con mucha paciencia y cariño. Aún no se si seré un pequeño campeón o una pequeña princesa pero lo que si puedo decirles es que los quiero mucho mucho y no puedo esperar por llegar a sus vidas.
Espero verlos en Junio❤️
Su pequeño nieto."
—¡No puedo creerlo!.—De inmediato el ambiente cambio y todo se llenó de una calidez y una paz impresionante. Llenos de felicitaciones y abrazos sinceros terminamos este día.
Sin duda fue una Navidad que nadie iba a olvidar.