2.
—¿Cómo sigue tu esposo?.—Que hipócrita pueden llegar a ser las personas.
—Está mejor.
—¿Su cáncer ya desapareció?.—Ese tipo de preguntas no se hacen.
—No.—Sé que mi tono de voz fue grosero pero no me pudo importar en lo mas mínimo.—¿Ya me puedo ir a trabajar?
Aquel supuesto jefe me dejó ir y entonces pude retomar mi camino hacía mi área de trabajo. En el transcurso, por estar mas atenta a mi teléfono que al suelo, choqué con un sujeto y caí al suelo. ¿Que otra cosa puede salir mal?
—Lo siento.—La voz de un sujeto llegó a mis oídos al igual que una mano entró en mi zona de visión.—No veía por donde iba. Me llamo Matt, soy nuevo aquí.
—Morgan, mucho gusto.—Me presenté aceptando su mano para poder ponerme de pie. Ese chico era una buena persona, creo que ser su amiga no le haría daño a nadie.
Shawn's Point of View
—Puedes subir tus pies aquí, así estarás mas cómodo.—La enfermera me habló con serenidad mientras colocaba frente a mí un banquillo suave. Hizo su trabajo con aquella aguja y mi brazo derecho, dejó aquella bolsa con cierto contenido amarillento sobre una base y después se fue.
—¿Cómo se siente?.—Lisa me preguntó con curiosidad mientras observaba la intravenosa en mi brazo por la cual entraba aquel líquido amarillo característico de la quimioterapia.
—Caliente. ¿Puedes hablarme de otra cosa? Quiero olvidarme de la sensación.—Ella tomó mi mano y jugueteó con los bordes de mis uñas por un momento. Le vi completamente dispuesta a hablar hasta que mi teléfono comenzó a timbrar.—¿Puedes contestar?
—¿Hola?.—Lisa despegó el teléfono de su oído y presionó la opción Altavoz. Una vez hecho pude escuchar la voz de mi mujer a través de la bocina.
—¿Dónde están?
—Seguimos en el centro médico, ¿Que sucede cielo?
—¿Recuerdas el viaje que te había mencionado? Lo han adelantado, estoy en casa empacando un par de cosas. Te veré en dos días.
—De acuerdo.
—¿Estarás bien? Si necesitas que vuelva pronto dímelo y lo haré.
—No soy un niño, Morgan. Voy a estar bien.
Colgó el teléfono poco convencida pero ¿Que puedo hacer? No me agradaba la idea de ella en otro lugar que no fuera en donde yo estuviese pero sé que si le presiono a quedarse conmigo constantemente se terminará cansando. Ella necesita su propio espacio.
Después de una hora con un aguja en el brazo me dejaron ir. Cuando me puse de pie comencé a sentirme mareado, esto no era bueno. Me sostuve de Lisa hasta llegar a su auto, me sentía completamente indispuesto ¿Acaso eso era normal?. Lisa no salió de mi hogar hasta asegurarle que yo estaría bien solo durante un par de horas y eso fue una de las muchas malas decisiones que he tomado en toda mi vida.
El basurero lleno de porquerías estomacales, dos sábanas completamente húmedas por sudor. Mi garganta ardía tanto que no era capaz de hacer una muy simple llamada. Estaba harto de no poder hacerme cargo de mi mismo y tener que depender de alguien para todo. ¿Ahora que puedo hacer?
Morgan's Point of View
—Ya terminamos todo lo que teníamos que hacer aquí. ¿Quieres ir a tomar algo?.—Ese chico, el tal Matt. Resultó ser mi compañero de viaje y sinceramente fue muy ameno viajar junto a él.
Dejé mi teléfono conectado a la corriente mientras salíamos a tomar solo una copa. La charla se extendió y eso me gustaba. Después de mucho tiempo pude dejar de lado por un pequeño momento el asunto de la enfermedad de Shawn. ¿Soy una mala persona por hacer eso?
Solo fue una hora. Una hora fue suficiente para volver a mi habitación de hotel y revisar mi teléfono encontrándome con ocho llamadas perdidas por parte del teléfono de mi esposo. Con dedos temblorosos traté de llamarle de nuevo fallando un poco, una vez que la llamada entró me puse algo ansiosa.
—¿Hola?.—Era Lisa, ¿Que sucede?
—¿Shawn está bien?.
—Le he traído a urgencias. La quimioterapia tiene efectos secundarios y le ha dado duro, él ya está mejor no tienes de que preocuparte.
—¿Puedes ponerlo al teléfono?.
—Estoy bien, Morgan. Quédate tranquila.—Shawn tenía una voz muy rasposa. Sé que no está bien y no voy a quedarme tranquila hasta verle de frente.
.
Matt
iMessage
Online
Me he divertido mucho
anoche, espero que
tu esposo se mejore😊✌
No contesté el mensaje, solo dejé mi teléfono a un lado y seguí conduciendo a casa. Cuando llegué a casa pude notar la ausencia de Shawn y de Lisa al ver todas y cada una de las luces apagadas, no tenía idea de en donde podrían estar pero me alegraba saber que se animó a salir de casa por un par de horas.
Me tomé mi tiempo de desempacar mi maleta y cargar la lavadora con la poca ropa sucia que se encontraba en el cesto del baño principal. Cociné la cena y me tomé un poco de tiempo solo para mí tomando una larga ducha con agua caliente. Una vez que Shawn cruzara la puerta aquella pesada rutina volvería.
—¡Ha vuelto, Lisa! Morgan ya está aquí.—La eufórica voz de Shawn podía escucharse desde la estancia, éste abrió la puerta y me abrazó con fuerza. Besó mis labios y posó sus manos en mis muslos para poder alzarme y enrollarme en su cadera.—Te extrañé muchísimo.
—Solo fue un día, cielo.
—No me importa.—Sus labios bajaron a mi cuello y entonces susurró.—Vamos a nuestra habitación.
—Tu hermana está aquí.
—Seremos muy silenciosos. Lo prometo.
No me negué y seguí con aquel plan que él tenía en mente. Su toque era desesperado, necesitado al igual que sus constantes palabras pidiéndome que nunca le dejara. Esto no duró ni siquiera diez minutos ya que éste, completamente apenado, me dijo que ya no podía seguir.
Me levanté de la cama algo incómoda y me tomé mi tiempo para volver a vestirme, cuando volví a la habitación pude notar su cuerpo boca arriba y la mitad de su cuerpo cubierto con una sábana. Noté una pequeña lágrima deslizarse por la esquina de su ojo izquierdo y de esta primera siguieron las demás.
—Shawn.
—Ni siquiera soy suficiente hombre para ti.—Estaba muy herido.—No puedo darte nada a cambio de todo lo que tú me das.
—No digas eso, cielo. Eres lo único que necesito.
—Tú no lo entiendes. Estoy cansado de todo esto, Morgan. Estoy cansado de que todos me traten como a un niño. Estoy cansado de tener que depender de ti y sé que todo lo que haces por mí es por amor pero no puedo con esto. Prometí cuidar de ti.—Solo pude sentarme a su lado, hacer que éste hiciera lo mismo y abrazarle dejando que sacara de su pecho todos esos sentimientos que le agobiaban. Dolía verle de esa manera y sé que este no será su primer episodio de desesperación, de eso ya estaba advertida desde que su enfermedad fue diagnosticada.
No pude dormir en toda la noche pensando en mil y un maneras de animar a ese chico que tanto amaba. Vele sus sueños durante un buen tempo antes de dormir solamente veinte minutos. Me levanté de la cama cuando apenas estaba amaneciendo y entretuve mis pensamientos en preparar el desayuno hasta que su hermana despertó.
—Realmente pensé que armarían mas alboroto.—Dijo algo burlona. No contesté, a final de cuentas era algo que solo nos importaba a Shawn y a mí.—¿Estás bien?
—Sí.
—Sucede algo con mi hermano. ¿Cierto? No me mientas, Morgan.—Esa afirmación sonó más como suplica que reclamo. Ella estaba igual de preocupada que yo.
—Anoche no la pasó muy bien. Está un poco triste.
—Su doctor me ha dicho que sería bueno llevarle a un psicólogo, por todo lo que está pasandole y la rapidez de las cosas le ha hecho muy vulnerable.—No pudimos seguir hablando de eso cuando Shawn entró a la cocina. Estaba un poco más animado pero podía notar cierta vergüenza en su rostro cuando me veía a la cara. No me importaba, y se lo dejé muy en claro cuando en toda la tarde no dejaba de besarle las mejillas y decirle cuanto lo adoraba.
Matt😀
iMessage
Today 22:56 hrs
¿Irás a la cena de
cumpleaños de
Marie?🎉 Puedo
pasar por ti.
Creo que no.
Tengo cosas
que hacer😕
Oh vamos
¡Será divertido!😉
Okay😊
—¿Estás hablando con alguien?
—No amor. Vuelve a dormir.
.
—¿Te importa si salgo esta noche?.—Shawn me miró algo extrañado y apagó el sonido de la televisión.
—¿Con quien saldrás?
—Una compañera festejará su cumpleaños con una cena. Volveré temprano.—Él asintió algo inconforme. ¿Porque le molestaba?
—¿Me acompañarás a mi quimioterapia? Es mañana.—Asentí y volvimos a guardar silencio. ¿En que momento caímos en esta situación?.
.
—¿Te duele?.—Shawn negó y suspiró algo cansado. No me ha dirigido la palabra del todo desde anoche cuando Matt pasó por mí. No me discutió absolutamente nada y solo optó por la ley del hielo.
—Estoy muy cansado.
—Te admiro mucho.—Solo me sonrió con cierta timidez y cerró los ojos.
—¿Quien fue el chico que pasó por ti?
—Es un nuevo compañero. Su nombre es Matt.
—Y de seguro quiso pasar por ti porque le gustas.
—¿Porque piensas eso?
—Como si no entendiera como funciona el pensamiento masculino.—Recalcó con cierta acidez. Y ahí vamos de nuevo. No le dije nada, solo me trague las miles de palabras que tenía por decirle. Que estuviese enfermo no le daba el derecho de hablarme como se le antojase.
—¿Quieres comer algo?.—Fue la primera oración que le dirigí mientras conducía de regreso a casa.
—No me siento muy bien. ¿Puedes comprarme una botella de agua fría?
—Si, cielo.
Deseé que solo se tratase de un malestar pasajero pero no fue así. Vivimos un verdadero infierno esa misma madrugada.
—Morgan, Amor. Despierta.—Su voz estaba tan ronca que muy apenas podía ser escuchada. Quise hacerme la dormida pensando que simplemente se había puesto algo nostálgico pero le levanté de inmediato cuando lo escuche jadear por un poco de aire.
—¿Estás bien?.—Quiso responderme pero comenzó a tocarse el pecho con desesperación. Se estaba sofocando. Golpeé un par de veces su espalda tratando de ayudarle pero al hacerlo solo logré hacerlo vomitar una inimaginable cantidad de sangre y hacerlo desvanecer poco a poco por la falta de aire.
Solo sé un par de cosas. Sé cuanto tiempo pasó mientras esperábamos a Emergencias, sé cuanto tiempo estuve temblando aterrada al tener entre mis brazos el cuerpo inmóvil de mi esposo. Sé perfectamente que esto no se trató de un mal sueño.
—¿Cómo se encuentra mi esposo?.—La enfermera me dedicó una mala mirada mientras me dirigía hacia el médico de cabecera. Éste me miro con cierta seriedad y tristeza antes de pedirme que le siguiera hasta su consultorio.
—No voy a mentirte.—Dejó en claro una vez dentro de su oficina.—Él simplemente no está bien. Por el reporte que nos ha dado el equipo de paramédicos y juzgando su estado de salud tememos que el cáncer se haya extendido hacia otras áreas como sus pulmones, espina dorsal o su corazón. Su cuerpo ya no soporta una rutina, tendrá que tomar sus tratamientos en casa y salir solamente si es necesario. No quiero ser pesimista pero dudo mucho que él mejore.
No él. ¿Porque quieren alejarlo de mí? Todavía le queda una vida por vivir.
Ese mismo día fue uno de los más difíciles y estresantes en toda mi vida. Volvieron a abrir el pecho de mi chico buscando señales de nuevos tumores en su interior y tristemente los encontraron. Ver sus preciosos ojos marrones cansados me dolía, ver su expresión triste y su pálida piel me entristecía. Era hiriente ver como un chico lleno de alegría y energía se deterioraba con el paso de los días.
Pasaron siete meses y en ese tiempo tuve que aprender a dividir mi tiempo entre dos. Tuve que aprender a hacerme cargo de sus tratamientos y gracias a múltiples fallas que experimente aprendiendo llegue a tener discusiones fuentes con Shawn.
Poco a poco, tanto su rostro como su cuerpo comenzaron a cambiar, su cabello se fue y las ojeras aparecieron. No me importaba su apariencia, solo me importaba verle tranquilo y eso solo lo lograba recordandole cada día cuanto le amaba.
—¿Que te has hecho?.—Lisa y Shawn estaban sorprendidos, creo que cortarme el pelo hasta la altura de mi cuello.
—¿Les gusta?
—¿Lo has hecho por mí?.—¿Cómo le explico que lo hice por solidaridad?
.
—Morgan.—Mirábamos televisión en completa tranquilidad cuando me habló. Levanté mi cabeza del pecho de mi chico y le miré atentamente.—¿Estás harta de mí?
—No, cielo. Te amo muchísimo y así será hasta que seamos grises y viejos.
—¿No te asusta el como luzco ahora?
—Mientras esa preciosa sonrisa no desaparezca yo estaré bien. ¿De acuerdo?
No lo soporte más.
No pude seguir tanto como me gustaría. Estaba rindiendome después de casi un año sacando adelante la enfermedad de Shawn. Sabía que estaba mal pero no pude evitarlo.
Era jueves por la noche, decidí salir temprano de mi lugar de trabajo y no regresar a casa. Acudí al bar que se encontraba a un par de cuadras y apagué mi teléfono. No quería que nada ni nadie interrumpiera mis dos horas de paz. O eso era lo que tenía fríamente calculado hasta que Matt, sin decir nada, solo se sentó en el banquillo de junto y ordenó lo mismo que yo bebía.
—¿Sabias que es ilegal beber sin compañía?.—Solo rodé los ojos algo cansada.—¿Que tan cansada te encuentras?
—Quiero acostarme muy cómodamente sobre las vías del tren.
Él solo se rió y se dedicó a escucharme, dejé salir todo lo que me molestaba, todo lo que me frustraba y me aterraba. Los vasos de cóctel vacíos comenzaban a juntarse uno a uno frente a nosotros y las risas iban en aumento. No nos importaba armar un gran escándalo ya que solo eramos nosotros dos en ese tranquilo lugar.
Después de un chiste algo sucio por mi parte sentí el toque de Matt en mi espalda y como esa caricia comenzaba a bajar. Me paralice. Tenía años sin sentir un toque que no fuese el de Shawn, y esa caricia solo activó mis sentidos. Diablos, eso era lo que necesitaba.
—Matt.
—Pasa la noche en mi departamento. Puedes olvidarte un par de horas de tus problemas.
—Tengo esposo.
—Lo sé y no te estoy pidiendo que lo abandones. Solo quiero quitar ese peso de tus hombros por unas horas. Vamos, Morgan. ¿Crees que no puedo notar la manera en la que juntas tus piernas para tener algo de fricción? Puedo darte algo mejor que eso solo no lo pienses tanto. Ambos obtendremos una muy buena noche.
Lo hice. Esas palabras fueron suficientes para conducir hasta su edificio, desvestirme para él y permitirle que se adentrara entre mis piernas durante un par de horas. Sabía que estaba mal y esto me seguiría por un tiempo pero se sentía tan bien que no pude resistirme mas.
Shawn nunca se enteró y aunque eso me daba gusto no podía dejar de sentirme culpable. Nunca podría sacarme de la cabeza el rostro de alivio de Shawn cuando me vio al día siguiente, ni siquiera notó que no usaba ni una sola gota del maquillaje que usaba el día anterior ni que mi cabello estaba húmedo. Solo me abrazó y murmuró muy despacio cuanto le alegraba de que estuviese en casa con él porque, por un momento, pensó que le había abandonado.
—Cielo, te tengo buenas noticias.—Shawn me miró con curiosidad mientras dejaba su teléfono de lado. Vacilé un momento con la pequeña bolsa hermética que contenía el líquido de la quimioterapia y después hablé.—¿Recuerdas que hace un par de días fuimos al médico? He hablado con tu doctor y le he pedido una valoración de tu salud. Me ha dicho que estás un poco mejor y me ha autorizado para llevarte de viaje. ¿Te gustaría ir a Malibú?
Tengo tres razones por las cuales decidí hacer ese viaje. La número uno era sencilla, hace cuatro meses habíamos cumplido nuestro primer año de matrimonio y no pudimos celebrarlo como se era debido. La número dos, quería darle a Shawn un par de días de felicidad después de tantos meses de sufrimiento. La última razón, por cruel que sonara, solo quería sacarme de la cabeza aquella estúpida aventura.
—¿Estás listo, cariño?.—Pude notar cierta incomodidad en el rostro de mi esposo. Acaricié su mejilla y besé sus labios.—¿Que te incomoda?
—No quiero avergonzarte en público.
—Nunca será así. Solo piensa en lo mucho que nos divertiremos, es hora de irnos.
Malibú era un lugar hermoso, tal vez no se trataba de Hawaii ni Miami pero eso no nos importaba en lo absoluto. El viaje fue algo agotador para Shawn pero supo manejarlo a la perfección, a final de cuentas solo eramos él y yo y eso era lo único que nos importaba.
—¿Quieres ir a la playa?
—Quiero descansar un poco, ¿Puedo?
—Claro que sí, cielo. —Shawn durmió por un par de horas y eso me dio tiempo de mensajear a un par de personas.
Matt😀
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Online
Malibú es genial, ya extraño
esas hermosas piernas bronceadas.😋💧👅
Disfruta de tu viaje.
—¿Estás hablando con alguien?
—No, ¿Quieres salir a cenar?
Él ya estaba vestido así que procuré tardarme lo menos que pude y así ambos salimos del hotel. Cenamos en un hermoso lugar a la intemperie, compartimos risas y largas platicas profundas, caminamos por la arena con lo pies descalzos y disfrutamos del hermoso ocaso frente a nosotros.
—Vamos a nadar.—Shawn se deshizo de su camisa y sus pantalones haciéndome imitar su acto. A pesar de tener una larga cicatriz en su cuello y parte de su pecho no se avergonzó como la mayoría de las veces lo hacía.
Nadamos un largo tiempo, jugamos en el agua y no podíamos evitar darnos pequeños besos cada tanto como dos chicos enamorados.
Supe que era el momento de regresar a nuestra habitación cuando le escuché estornudar. Nos vestimos a pesar de que nuestra ropa interior estuviese completamente mojada, al llegar al hotel no me importó cederle a Shawn el cuarto de baño así que comencé a deshacerme de mi ropa en medio de la habitación, sus manos rodearon mi cintura y sus besos bajaron hasta mi cuello. Cuando me di la vuelta pude darme cuenta de su completa ausencia de ropa, no dije nada, solo dejé que me recostara en aquella blanda cama.
—¿Estás seguro de esto?
—Déjame hacerte sentir mujer. Necesito hacerlo.
No dijimos palabra alguna durante aquellas dos horas, las cosas surgieron de una manera tan lenta que simplemente me hacía enloquecer. Él me hacía sentir así.
Escucharlo suspirar por el placer que sentía me hacía sentir algo sucia. No por él sino porque sólo me recordaba lo estúpida que fui. Debo confesar pero no ahora.
—Morgan, ¿Sí alguien quisiera interponerse entre nosotros me lo dirías?.—No, Shawn. No lo haría.