Una Casa 7 Problemas (COMPLET...

By isnotcandy

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La suerte no esta del lado de Alex Foster. Su madre murió hace un mes, no ve a su padre y a su hermano desde... More

Prólogo.
1. Sueños, recuerdos y mi vida.
2. ¿Amor a primera vista?
3. Por el bien de las dos.
4. Vice-presidenta, ¿por qué no?
5. ¿Qué hice?
6. Había una vez un plan...
7. Campaña electoral.
8. Algunos secretos no pueden ser guardados.
9. Indicios de venganza.
10. Diva.
11. Discurso, una ganadora y Travis.
12. Histeria.
13. ¿Dónde están los problemas?
14. ¿¡Tú!? ¡Abrázame!
15. ¿Los milagros existen?
16. Serán problemas y melodramas.
17. Una cita poco convencional.
19. Hospital, ¿por qué no?
20. Adrenalina.
21. ¿Creíste que...?
22. Problemas a la vista.
23. Sin explicaciones.
24. Aléjate de mi.
25. Entre Timody y Maura.
26. Lidia con la verdad.
27. Baile
28. Tenemos que hablar.
29. Te presento a Ashley.
30. Nuevos sentimientos.
31. ¿Estamos bien?
32. Tú lo hiciste.
33. Tanto tiempo.
34. No fue nada.
35. Las Vueltas de la Muerte.
36. Frustrante.
37. La famosa carta.
38. Dos citas entonces.
39. Soy el padre.
40. Ella en la casa.
41. Bebé desaparecido.
42. Cita para cuatro.
43. Una misión para juntarlos.
44. El primer "Noviembre"
45. "El segundo noviembre"
46. El último "Noviembre"
47. Un camino sin retorno al aeropuerto.
48. Momento CASI perfecto.
49. Pijama Party.
50. Un poco de la dura verdad.
51. Viejos y no tan nuevos tiempos.
52. Un ¿Enfermo?
53. ¿Te casarías conmigo?
54. Life of the party.
55. Tiempo tras las rejas.
56. Perdones y peleas.
57. Mellizos.
58. Navidad y "seguiré luchando"
59. Haz lo que mejor sabes hacer
60. Viejos hábitos.
61. Carreras, alcohol y ¿Celos?
62. Niñera para borrachos.
63. ¿Quién eres?
64. Se convirtió en un desconocido
65. Verte como la primera vez.
66. Dieciocho.
67. Hijo, ¿eres gay?
68. Pensemos en el futuro.
69. Asunto de pelirrojas.
70. Dos meses y cosas ilegales.
71. Iremos juntos.
72. ¡Que siga y no se corte!
73. La típica fiesta de los lunes.
74. Ni un océano.
75. Baile de graduación.
76. La fiesta seguirá.
Epílogo.
Extra: La fiesta de los problemas.
Extra: Nuevos integrantes.

18. Conociendo a la familia O'Connel.

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By isnotcandy


—¡Hora del desayuno, niños!—una molesta voz, de algún modo amplificada, se filtra en mi cabeza como si tratase de clavos. Abro los ojos de golpe.

¿Desayuno, qué? Observo el techo de madera y recuerdo que sigo en la casita del árbol. El mantel era cosa del pasado, le habíamos dado uso de sabana hace un par de horas.

Todo está normal. Excepto por el tipo rubio en la puerta que sostiene un megáfono.

¿Y este quién es?

Nos miramos unos instantes como tal perro que conoce a otro. No sé qué hacer, si gritar, correr a patadas al chico o despertar a Travis. Tiene ojos marrones, cabello rubio, facciones bien marcadas y aparenta más de veinte. Lo que sí, tiene un cierto aire familiar.

—Travis—muevo al dormido quien sorprendentemente no había despertado con los ruidos del extraño—. Un chico raro nos está gritando.

El rubio se ríe escandalosamente.

— Soy Ian O'Connel—se presenta dejando el megáfono a un lado para mi buena fortuna—. El sexy hermano mayor de Travis —me guiña un ojo y hace una seña con su mano, indicando que lo llamara.

Pongo mis ojos en blanco. ¿Qué les sucede a los chicos de hoy en día, todos vienen arrogantes de fábrica?

—Buenos días —se escucha decir a Travis a medida que abre sus ojos.

—Mierda, le compraré un reloj a este chico —habla Ian desde la puerta, indicando que ya es de noche.

—¿¡IAN?! —exclama Travis al sentarse y ver al rubio ahí, con sus pies en la escalera y una parte de su cuerpo apoyada en esta humilde morada—. ¿¡Qué demonios hace?! ¡Fuera!

Obtiene como respuesta una risa.

—Tranquilo, Travis—le dice a su hermano pequeño—. Solo vengo a avisarles que mamá quiere que vayan a cenar. Esta como loca cocinando para la nueva novia de Travis.

Nos lanza un beso con su mano en modo de despedida —raro— y se va. Dejándonos solos, por fin.

—¿Nueva novia de Travis? —elevo mis cejas mientras cito las palabras de Ian.

¿Se supone que conoceré a la madre de Travis? Oh Dios, nadie me ha preparado para esto.

—Ah, sí—asiente mientras busca su ropa entre el lio de comida—. Hablando de eso, ¿Quieres ser mi novia?

¿Qué?

—Repite lo que dijiste.

—¿Quieres ser mi novia? —repite esta vez mirándome con completa seriedad.

—No —le respondo secamente.

—¿No?—pregunta atónito Travis.

Uh, herí sus sentimientos de chico malo.

—¿¡Que es esto?! Cualquier cosa, ¿Cómo se te ocurre pedírmelo mientras nos estamos vistiendo en una casa del árbol? Ten un poco más de dignidad O'Connel y pídemelo como se debe —espeto con enfado.

Suspira con pesadez.

—¿Tienes algún problema con eso?

—No, no, no —recita rápidamente—. Ningún problema.

Cierro mis ojos con fuerza. ¿Será posible que tenga problemas de ira? Termino de vestirme y bajo antes que Travis las escaleras, jugando el papel de chica resentida. No obstante, apenas mis pies tocan el suelo me arrepiento y quiero cambiar de rol.

Esta oscuro. Corre una brisa de repente tenebrosa. En un bosque en el medio de la nada. Luego de unos minutos de tediosa espera en los cuales mi única compañía fue linterna de mi celular, Travis decide que es buen momento para bajar.

—¿¡Por qué tardaste tanto?! —le regaño intentando ocultar la expresión de susto.

—¿Ves? No puedes vivir sin mí, Diva.

¿Qué dijo?

—Déjame decirte, que yo puedo vivir sin nadie —espeto mientras intento encontrar los pedazos de dignidad que se me han caído.

—Desde arriba parecías caperucita roja a punto de ser comida por el lobo —apunta Travis.

Abro mi boca con indignación.

—¿Me veías de arriba pero nunca pensaste en bajar?

—Noo, ¿cómo crees?

Pongo mis ojos en blanco ante su evidente sarcasmo. Iba a matarle en cualquier momento.

La motocicleta de Travis ya se había enfriado en estas horas que estuvimos lejos de ella. Me hace subir primero y luego lo hace él. Enciende el motor y lo hace rugir. Me aferro a su torso para no caerme y arranca. De noche la sensación es muy distinta, casi no se ve nada, exceptuando las luces de las casas a los lejos, lo demás es sonido, el lago atrás, nuestras respiraciones, el motor y el crujir de las hojas con las ruedas.

Luego de un escaso tiempo, el chico de la chaqueta de cuero detiene la moto en frente de una casa grande que pinta de sobra ser elegante. Parpadeo con sorpresa, sin dudas una de esas casas costosas que te roban el aliento.

—¿Vives aquí? —pregunto bajándome de la moto, sin dejar de admirar la casa.

—Sí —responde algo incómodo—. ¿Sorprendida?

—Bastante. No pareces al típico niño rico de estas casas.

—Las apariencias engañan —es lo único que dice en un tono de diversión. Deja un beso en mi mejilla y toma mi mano. A medida que nos acercamos a la puerta, siento los nervios recorrer cada fibra de mi cuerpo y mi corazón latir con fuerzas. Es la primera vez que voy en serio con alguien, la primera vez que voy a conocer a  mi casi suegra.

Travis lo nota. Me da un apretón y me dedica una sonrisa tranquilizadora.  Abre la puerta usando la llave que sacó de su bolsillo con su mano libre y empuja la puerta.

—¡Travis! ¿Eres tú? —una voz femenina pregunta a lo lejos y siento miles de remolinos en mi estómago, estoy asustada.

—¡Sí, má!

Si afuera es precioso ya, por dentro es una maravilla. La casa te da una sensación de calidez que hace que te caiga bien. ¿Podía una casa caerte bien? Como sea. Cada decoración luce más cara que todo lo que llevo puesto. Sin duda hubo un diseñador de interiores por aquí.

Travis me guía por la casa, y yo como tonta, quedando sorprendida por todo lo que mis ojos alcanzan a ver.

Quizás sea el hecho de que el departamento de Susan, realmente no tenía mucho espacio para decoraciones y en la casa con los chicos, toda decoración que hubo fue rota en fiestas o súper peleas entre ellos.

Primero atravesamos la sala de estar, la cual es espaciosa. Hay sillones de color negro regados por todas partes en torno a la gran pantalla plasma con almohadones en rojo que de verdad, sientan muy bien.  Pero uno de los sillones —el más grande— esta ocupado por dos chicos. Son idénticos, eso fue lo que más me sorprendió. Los dos rubios, y de ojos marrones deben de tener unos quince años, no más de eso. Al igual que Travis y Ian, guapos de naturaleza.

—Wow, Trav. ¿Es tu novia?—pregunta uno de ellos paseando sus ojos por todo mi cuerpo.

—S... No, pero ni se acerquen.

Sé que le hubiese encantado decir «Si, así que no se acerquen». Casi se me escapa una risa, pobre de ti Travis, pero debes esforzarte un poco más. Seguimos caminando y en el trayecto, me habla.

—Ellos son Tyler y Taylor. Si, lo sé, muy original de mis padres.

Rio intentando disimular mis nervios. Finalmente acabamos en la cocina la cual, ya no me sorprende que se parezca a una de programa de televisión. En ella una mujer está de espaldas cortando vegetales, se puede oír el constante sonido del filo chocando con la madera.

—Má —Travis la llama.

La mamá de Travis se apresura a girarse, dejando el cuchillo a un costado. Obtengo una mejor vista de ella, es de proporción normal, cabello castaño y ojos marrones como todos sus hijos. Tiene su cabello perfectamente puesto al igual que su maquillaje, lleva joyas que no parecen baratas y un delantal color rojo. Me sorprende que este cocinando y no tenga a gente que lo haga, honestamente no luce como esas mujeres. De nuevo, las apariencias engañan.

—¡Bebé! —exclama acercándose al chico que rechace y le apretuja los cachetes como si tuviese dos años y medio. Aunque tiene diecisiete y le saca una cabeza de altura a su madre.

—Mamá, por favor—se queja Travis—. Estoy con una chica...

Y no pude evitar soltar una risita nerviosa.

—Ya, me comporto—se disculpa mientras separa sus manos de su hijo.

Su mirada cae en mí y estira una sonrisa. ¿Qué hago?

—Hola —sonríe en mi dirección—. ¿Y tú eres?

—Alex Foster—respondo con rapidez—. Un gusto.

—¿Cómo Drake? —pregunta y junto mis cejas confundida, pero asiento. No debe sorprenderme, él y Travis son compañeros de clase—. El gusto es mío. Soy Madison, madre de la cría de jaurías.

Rio ante el nombre que le puso. En realidad, no me pareció para nada gracioso.

—Mamá, ella es Alex —vuelve a presentarme—. La única chica que me rechazó.

No Travesti, qué vergüenza. Madison deja escapar una larga carcajada.

—Alex, tienes que traer loco a mi hijo para que luego de que lo rechaces te haya traído a casa. Nunca ha traído a ninguna chica a casa. Estoy demasiado emocionada.

—Milagro de los dioses—dice una voz sumándose a nuestra conversación. Es Ian. Hasta ahora el mayor de los O'Connel. No creo que aparezca otro más—. Siento que no pudimos presentarnos... Correctamente—tose y automáticamente me sonrojo al saber de qué se refería—. Soy Ian O'Connel, el mayor de la cría de salvajes que vez aquí.

No, no hay más.

—Alex Foster—me presento—. La única chica que rechazó a tu hermano.

—¿Eres hermana de Drake? —pregunta y otra vez, extrañada asiento—. Un gusto.

—El gusto es mío —respondo. Luego le preguntaré a Travis porque me Ian conoce a mi hermano, ya es mucha coincidencia.

—Bueno, ya que se presentaron...Travis ¿Puedes ir a hablar con Taylor? Ha tenido problemas con una chica...

—¿Y por qué no me mandas a mí?—pregunta Ian molesto—. Soy el mayor.

—Porque Travis es más maduro, Ian—le palmea la espalda—. Supéralo— el chico bufa y mi «no» novio sonríe victorioso—. Alex, tú quédate conmigo, ayúdame para la cena.

Va a matarme.

Trago saliva y asiento. Inmediatamente Travis me tira una mirada afligida. Sonrío, dándole a saber que ya no tenía miedo. Gran mentira. Asiente y abandona la cocina junto a Ian.

—Toma, ponte esto—Madison me extiende un lindo delantal de cocina blanco con corazones rojos. Me lo ato con rapidez y nerviosismo. Hay personas que pagarían mucho dinero por verme nerviosa.

—¿En qué te ayudo?—pregunto incómoda.

—Ayúdame a cortar estas zanahorias que es lo último que me queda por hacer.

Me acerco al largo mesón de la cocina, donde Madison me acaba de poner una tabla de madera y un cuchillo.

—Alex Foster... ¿Por qué nunca te escuche por aquí? Mejor dicho, ¿Por qué nunca oí de ti desde Drake?

—Ah, es que soy nueva —le respondo—. Llegue hace unas semanas de Londres.

Y tan solo pensar que fueron unas semanas desde que mi vida dio un giro tan drástico.

—Londres, es hermoso, ¿Por qué viniste a Los Ángeles?

—Mi madre... Bueno, ella murió y me vine a vivir con mi padre.

—Oh...lo siento mucho, perdón si te incomodé—dice Madison arrepentida.

—No, no pasa nada, ya lo he superado —respondo e intento convencerme a mí misma también.

Me sonríe, casi como si me comprendiera.

—Cambiando de tema, ¿De dónde vienen Travis y tú?

Demonios. Relájate...

—Me llevó al lago y tuvimos un picnic, fue todo muy lindo —me limito a contestar.

—Ian me contó otra cosa...

Nota mental: Asesinar a Ian O'Connel.

—¿Qué te contó Ian?—pregunto intentando fingir que no estoy nerviosa, que no había tenido sexo con Travis y que todo estaba bien.

—Tranquila, no te pongas así... Es normal en mis chicos que ya hayan hecho ciertas cosas. 

Nunca espere esa respuesta, lo juro. En el día de hoy, me imagine muchísimas cosas... Todo menos esto. Charlar con la madre de Travis acerca de cómo tuve relaciones con su hijo. Lindo, ¿No?

Termino de cortar la zanahoria y Madison la pone en una cacerola.

—Bien... Sólo falta esperar—me avisa y luego se gira a mí con una sonrisa picara, charla de chicas, te siento—. Ahora, ¿Por qué eres la única chica que rechazó a mi bebé?

—Habíamos terminado de... Bueno, ya sabes y nos estábamos vistiendo, cuestión que de la nada me preguntó si quería ser su novia... No es que no quiera ser su novia... Es más estoy encantada con la idea de ser la novia de Travis pero quiero que me lo pida de una manera más formal... No pido un helicóptero ni rosas que vuelen... Sólo en un mejor momento.

Ella asiente, como si me entendiera y comienza a contarme una divertida anécdota acerca del tema con el señor O'Connel, del cual no sé su paradero.

Madison me deja libre luego de decirme que ya le iba a dar consejos a su hijo sobre chicas. Y sí, los necesita. Tendría que esperar unos diez minutos para que la cena este lista, mientras tanto, me quito el delantal y salgo de la cocina, para encontrarme a los hermanos O'Connel. Apenas salgo, se hacen los idiotas mientras silban y caminan chocando entre ellos.

—Falta uno—observo luego de contar. Vivir con siete chicos hace que tu cabeza los cuente más rápido para saber quien no esta.

—¿Qué? No falta nadie—dice Ian—. A ver... Travis, Tyler, Ian...Oh, Taylor.

Así que el gemelo que falta es Taylor. Honestamente, no sé como los diferencian, son idénticos.

—¿Cómo los identifican? —les pregunto a Travis y a Ian.

—Es fácil —explica Ian—. Tyler siempre anda con una cara de «tengo planes para matarlos a todos», mientras que Taylor tiene cara de «soy el pacifico de la familia».

—Taylor esta raro —comenta Tyler, su gemelo poniendo una mueca.

—Es el amor—Travis niega con la cabeza repetidas veces.

—¿Ya hablaste con él?—le pregunto.

—No quiere hablar conmigo —bufa.

Ian le saca la lengua en forma de burla.

—Si no habló con Travis, no va a hablar contigo, Ian —dice Tyler en un tono de obviedad.

—Ya, renunció al puesto de hermano mayor—Ian bufa y desaparece por un pasillo.

Los tres nos reímos de la inmadura actitud del hermano mayor.

—Iré a buscar a Taylor—digo. ¿Qué estaba haciendo? Es un impulso, no sé por qué. Apresúrense a tomar fotos, pasa cada muerte de obispo.  O quizá estoy súper confundida y no tengo nada más que hacer.

—Busca en el patio trasero —recomienda Tyler—. Siempre que esta melancólico como hoy, se sienta al borde de la piscina.

Asiento con la cabeza y guiándome por intuición —mentira, Travis me dijo— llego al patio trasero de los O'Connel.  Y maldición que es enorme, césped verde con árboles por todas partes. Hay una gran piscina, al lado de una hamaca blanca.  No me esperaba menos.

Y ahí está Taylor. Sentado al borde, tal como me habían dicho que estaría. No entiendo aún porque estoy haciendo esto. Es raro, yo no soy la típica chica amable que da consejos. Creo que soy todo lo contrario a eso.

—¿Taylor?—me acerco a sentarme a su lado.

—¿Alguien te llamó?—espeta el chico siendo totalmente borde.

Definitivamente heredo el gen imbécil de los O'Connel.

—Hey, hey amigo —le digo sin importar su actitud. Tengo que demostrar que tengo un par de neuronas más que él—. A mí no me tratas así, los idiotas de tus hermanos no querían hablar contigo pero yo sí me preocupé.

Taylor se gira a verme y acomoda su cabello rubio, el cual estaba todo desordenado y pide a llantos un corte de pelo. Me llama la atención que Travis no sea rubio pero todos sus hermanos sí. Travis es castaño al igual que Madison, no sé de donde salieron los demás. O se oxigenaron solos o su padre es rubio.

—¿Sabes? —dice Taylor—. No te pareces a todas las chicas de Ian.

—¿Las chicas de Ian?—rio.

—Sí —responde con seguridad y empiezo a reírme.

—¿Y tus chicas? —bromeo.

—Nunca fui de esos chicos mujeriegos —resopla él—. Una vez pretendí serlo, ya sabes soy hermano de Travis e Ian... Pero la verdad que no le veo la gracia, jugar con chicas y luego irme.

Asiento con la cabeza, conmovida por las tiernas palabras de un O'Connel menor.

—Es más, algunas veces terminaba enamorándome de esas chicas.

—Ay...—digo imaginándome la situación—. Se nota que eres diferente a tus hermanos, eso me gusta.

—Es por eso que no pude hablar con Travis, para ellos es, la conoces, seduces, sexo y adiós. No se puede hablar de sentimientos —suspira cansado.

Y lo entiendo totalmente. Me habían informado sobre la actitud de Travis, sobre sus malos hábitos y su costumbre de jugar con corazones. Obviamente, hice lo que siempre hago y no hice caso a las advertencias.

—Nunca tuve novio antes pero... ¿Quieres hablar conmigo?—le pregunto sonriente.

—No me viene mal... Hay una chica, Tessa, somos novios... Hace dos días.

—¿Y qué paso?

—Nunca antes había tenido una novia, ni Ian ni Travis tuvieron novias antes por lo que para mí era desconocido... Estaba hablando con su mejor amiga para ver que le podría regalar y su amiga se descontrolo y me besó.

Abro los ojos con sorpresa.

—Déjame adivinar...Tessa te vio cuando ella te beso.

—Así es. Ahora me odia. No entiende que todo fue un mal entendido.

—Nunca me pasó algo así—confieso—. Pero lo que yo haría es extorsionar a la amiga de Tessa, que los tres se junten y que la chica que te beso diga la verdad.

Negativo base. Lo que haría es quemarle la casa a la mejor amiga.

—Suena bien —responde alzándose de hombros—. Solo espero que entienda.

—. Si esa chica es inteligente y te quiere, lo entenderá. Tengo entendido que el amor es más fuerte que cualquier problema.

—Vaya, para no haber tenido novio nunca, sabes bastante. Por cierto... ¿Cómo era tu nombre?

—Alex Foster.

—Bueno, Alex, creo que serás una gran novia para Travis —sonríe el rubio.

—¿También escuchaste?

—Así es.

Esta familia no puede caerme mejor.

***

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