Capítulo 17.

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En estos momentos en los que tu vida realmente corre peligro y no te puedes creer realmente en la situación en la que estás metida en la que en realidad el panico tendria que apoderarse de ti y tu no podías ni moverte solo temblar como una hoja movida por la brisa en otoño.Pero realmente yo no soy así en estos momentos lo único que escucho en mi cabeza es la voz calmada de mi padre, él me había entrenado para momentos así para cuando este tipo de cosas pasaran, que no tuviera miedo ni entrara en pánico. Volviendo a la realidad yo vi a la rubia oxigenada tirarme el cuchillo y eso en mi mente paso a cámara lenta. En un rapido movimento aparte mi cuerpo de la trayectoria del cuchillo, con las manos y la pulsera rajo la cuerda que tengo atándome los pies y en una fracción de segundo le meto una patada en los huevos y un puñetazo en la nariz que le hace sangrar al segundo al imbécil del armario empotrado que se había atrevido a tocarme hace unos segundos. El armario empotrado de la sorpresa y el dolor cae arrodillado a mis pies, yo me agacho le cojo la coletilla que tiene atras y le echo la cabeza hacia atrás para que me mire, me acerco a su oído bajo a la mirada atónita de mis compañeros y le susurro al oído.

   -No te metas con la hija del diablo que te vas a quemar en su infierno.-Le dije lo suficientemente bajo para que los demás no me escucharan y acto seguido le pellizque el nervio del hombro y cayó inconsciente a mis pies.

Me levanté y sin dejar de mirar a la rubia que ahora estaba temblando como un hoja y más blanca que el papel, rodee la silla donde anteriormente me habían atado a mi y fui a sacar la navaja que estaba clavada en una viga de madera del fondo, asique imaginaros con la fuerza que esa perra me lanzó la navaja iba directa a matarme, después de sacar la navaja me di la vuelta y le sonreí de manera siniestra a la rubia. Me dirigí a Melissa y le corte las cuerdas a ella y le dije que se estuviera quieta. 

  -Bueno preciosa ahora creo que las tornas han cambiado un poco verdad?.-Le dije para sonreírle de la manera más siniestra posible eso es marca personal del diablo y su hija.

  -Pero pero pero como has echo eso como como....-Dijo tartamudeando-

  -No es bueno subestimar a las personas querida, bien ahora la que quiere jugar al tiro al blanco soy yo.-Y sin darle la oportunidad de pensarse lo que le dije le lanze la navaja a la pierna derecha, está ante la sorpresa no puede ni gritar solo cae desplomada al suelo sujetándose la pierna. Yo sonrío y voy hacia ella.

   -Bueno querida ahora yo voy a hacer unas pocas preguntas, si me gusta lo que me dices no te haré daño y si no lo haces te jodere de todas las formas posibles.-La agarre del pelo y arrastrandola por la habitación la hice sentarse en la misma silla donde anteriormente estuve yo sentada.

   -HIja de puta.-Me gritó nada más sentarla en la silla a lo que yo conteste con un sonoro bofetón que le hizo rechinar los dientes. -Querida te recomiendo no cabrearme y menos en este momento entendió?-No me responde.

  -Bien donde están las llaves de las esposas de ellos?-Le digo para sacarle la navaja clavada en la pierna y está siseó de dolor pero no me responde, cabreada voy hacia la herida y se la toco.-Dime donde estan o esto será mucho peor.

  -Para para para por favor para estan en el bolsillo derecho de el.- Dijo señalando al armario empotrado.-Sonreí y saqué mi dedo de su herida.

   -Melissa coge las cuerdas del fondo y atala todavía no he acabado con ella.-Melissa solo asiente y hace lo que digo, yo me agacho y cojo las llaves del bolsillo de la masa inservible que estaba a mis pies, cuando los tengo las manos voy hacia los chicos que hasta ahora me han observado estupefactos y sin habla.

Les voy quitando las esposas una a una a los dos y los dos siguen mirándome como si tuviera tres cabezas o algo peor a lo que yo simplemente les sonrió como si realmente no pasara nada y no pienso dar explicaciones a nadie de lo que está pasando. Cuando les tengo ya sueltos y voy a darme la vuelta para seguir con mi tercer grado a la rubia oxigenada y más que operada Connor me coge el brazo y tira de mi.

   -Doctora tu me vas a tener que contar que cojones esta pasando y como has echo todo eso que has hecho no me entra en la puta que cabeza que tu...-Me dice a lo que yo le interrumpo y le digo.

   -No te tengo explicar nada de nada y supongo que ha sido la adrenalina del momento os recomiendo que atéis al mastodonte que está desmayado con vuestras esposas vayan a ser que se despierte.-Le digo quitando mi brazo de su mano de manera violenta para ir a por la rubia otra vez.

    -Bueno querida tu y yo vamos a seguir vale?.-La miró sonriendo y ella no me dice nada puedo oler su miedo desde aquí, vaya ya no es tan valiente ni parlanchina como hace un rato, me río para mis adentros.-Bien como no me has contestado voy a seguir, donde estamos?.-Le digo para volver a tocar la herida que le he echo con la navaja y los demás se ponen en mis espalda después de atar al mastodonte a la silla.

   -Ahhhhhhhh hija de las mil perras.- Grita ella.-Oye si quieres que pare colabora conmigo. Le digo para meter mi dedo en su herida y ella grita como una cerda que es.

   -JODEEEER vale vale estais en un polígono industrial a 10 km al este de la ciudad.-Yo sonrío ante lo que me ha dicho.-Bien querida hay mas gente aquí dentro?.-Le digo mirándola a la cara para cogerle el pelo y tirar hacia atrás para que me mire con las lágrimas en los ojos me dicen que de momento no.

   -Bien como salimos de aqui, hay algun coche?-No me responde solo llora, y en momento que yo no me doy cuenta me da un cabezazo que me hace retroceder varios pasos esto me enfurece de una manera brutal y voy a por ella y le doy un puñetazo que hace caer su cabeza hacia atrás y vuelva a mirarme yo le pido la navaja a Melissa y se la clavo en la otra pierna sin que ella ni siquiera lo vea venir.

  -Ahhhhhhhhh dios para para no más para.-Grita como una descosida.- Si hay dos coches fuera las llaves están en la mesa de la habitacion de al lado dejame en paz por favor te lo suplico.-Te dejare en paz cuando yo quiera querida porque habéis hecho esto quiénes sois?- Le digo para sacar la navaja de su pierna lentamente y que sienta el dolor que es al sacar al filoso de tus propias carnes.

   -Yo no se nada solo seguimos ordenes.-Me dice y como ve que voy a volver a clavarle la navaja me grita de una manera que se queda ronca.-Te lo juro te lo juro yo no se nada solo sigo ordenes por favor para por dios para.-Me súplica y yo simplemente le pellizco el mismo nervio que al mastodonte y ella se desmaya al segundo.

Me levanté sin mirar a nadie tire la navaja al suelo y solamente dije.

   -Vamonos de aqui.




Bueno os dejo el capitulo 17 espero que os guste, como a mi me gusta escribirlo y lo disfruteis. Gracias por leerme y dedicarme tiempo de vuestras vidad de verdad mucas gracias. Compartir las historia si quereis si no no pasa nada. Un besazo.

La hija del diablo.Where stories live. Discover now