90: Corazón roto

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🐨💔🐭


KyungSoo se sentía extraño. Las amigas de su hija habían estado viniendo constantemente a casa, pero pese al buen criterio que JiSoo había mostrado hasta el momento, KyungSoo la comprendía.

Comprendía que prefiriera quedarse en casa a salir a pasear, que necesaitara llorar lo que le dolía y que se quedara observando la pared de su cuarto mientras divagaba. Porque era la primera vez que le rompían el corazón, y eso no era algo simplemente fácil de digerir, mucho menos de lidiar con ello.

Las cosas habían empeorado un poco, porque bueno, DongHyuck se había presentado en casa cuando JiSoo no quiso atender sus llamadas, cuando insistió en que no lo vería en los mensajes que sus amigas les daban.

Y había sido JongIn quien le había pedido que se marchara. KyungSoo podía recordarlo, lo tenía bien grabado porque pese a que se había sentido frustrado, ver a JongIn en aquel estado puro de contención, reteniendo todo lo que sentía al pararse frente al chico que hirió el corazón de su hija, lo hizo estremecer.

Fue demasiado, la mirada penetrante e implacable de JongIn sobre el muchacho que abrió bien los ojos cuando JongIn lo acusó. Cuando le prohibió acercarse a su hija y le pidió que se marchara porque no quería volver a verlo jamás.

DongHyuck no volvió, pero KyungSoo supo que siguió llamando, queriendo dar explicaciones que a nadie le importaban a esas alturas. Supo por MinSeok que en la escuela las cosas se habían puesto un poco intensas cuando HyungSik salió a la defensiva un día y lo habían llamado para que respondiera a la sanción que le habían puesto.

Por supuesto que todos se habían sorprendido, mucho más la propia JiSoo, que parecía siempre estar en otro mundo, acompañada de sus amigas a todos lados como si la tuvieran custodiada. DongHyuck dejó de insistir y Jennie no necesitó dirigirles la palabra, porque al final les había mostrado ese lado suyo que nadie conocía.

Donde un chico pesaba más que los años de amistad, que todo lo que habían compartido, de todos sus planes a futuro. Por supuesto que era algo difícil de lidiar, y KyungSoo se encargaba de mimarla.

JongSoo le mostraba sus nuevos pasos de baile y JiSoo lo veía, lo acompañaba a dejarlo en sus clases vespertinas y cuando JongIn llegaba se sumergía en un mar de abrazos y elogios por parte de su padre, que le besaba la frente y la nariz, mientras le repetía lo bella que era.

Pero después de un par de semanas sin que JiSoo recobrara la risa que habitualmente tenía en sus bonitos labios de corazón, KyungSoo decidió dejar que las cosas fluyeran por completo.

Cuando JiSoo despertó, lo hizo porque el timbre estaba sonando y no se detenía. Se desperezó y bostezó mientras buscaba las pantuflas al lado de su cama, y se observó al espejo con un poco de detenimiento para ir a atender la puerta.

Estaba un poco despeinada y llevaba el pijama, pero ya estaba atardeciendo por lo que eso no estaba demasiado mal para ella. KyungSoo le había dejado una nota de que llevaría a JongSoo a comprar unas zapatillas de ballet nuevas y que después recogerían a JongIn en el consultorio, por lo que tenía que esperarlos para cenar.

El timbre sonó nuevamente y JiSoo estiró los brazos hacia el cielo mientras avanzaba por el pasillo, su estado de ánimo había mejorado un poco, no es que quisiera ser dramática, pero le había dolido perder no solo una, sino dos personas importantes para ella al mismo tiempo.

Se detuvo frente a la puerta y suspiró cuando escuchó el timbre nuevamente, con cierta insistencia.

ㅡ ¿Quién es? ㅡ gritó con el ceño ligeramente fruncido.

Desde el primer momento ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora