77: Hora de sorpresas

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Cuando KyungSoo llega del supermercado se llevó una bonita sorpresa. Abrió la puerta con algo de dificultad por las bolsas que venía cargando, casi dejándolas caer debido a que por poco choca con algo, o más bien con alguien.

JiSoo se atravesó a toda velocidad, gateando sobre el piso mientras que KyungSoo asustado se aferró a las bolsas para que no fuera a lastimar a su hija si alguna lata le caía encima.

ㅡ JiSoo por todos los cielos, ¿Qué estás haciendo? ㅡ KyungSoo frunció el ceño y la niña se detuvo detrás del sillón más grande de la sala.

Escuchó el sonido de risitas cómplices y rodó los ojos mientras se aproximaba a la mesa para dejar las bolsas de las compras.

ㅡ ¿Eres un bebé, Kim JongIn? ㅡ Soltó el mayor mientras comenzaba a sacar las cosas para acomodarlas.

Sabía que su marido estaba tirado en la alfombra detrás del sillón aunque no lo hubiera visto. Sólo él podía hacer que JiSoo se comportara como un bebé cuando les daba la loquera de gatear por toda la sala después de ver alguna película o programa de televisión.

JiSoo había cumplido años hace poco y la mayor parte del tiempo actuaba como una niña buena y nada caprichosa, pero su padre la consentía demasiado y junto con él, siempre estaban incitando a que JonngSoo hiciera lo mismo que ellos.

El pequeño había comenzado a gatear hacía un par de meses, se había mantenido con dificultad muchas veces en las que siempre terminaba acostándose porque al parecer le era demasiado cansado estar sentadito.

JongSoo era un pequeño regordete de piel blanquita y suavecita, sus ojos, por el contrario de JiSoo, eran pequeños como los de JongIn, junto con su nariz, y JongIn insistía a que tenía más de sus labios que de los suyos. Además de que tenía los cabellos azabaches como él.

KyungSoo siempre estaba dando charlas con él cuando lo acompañaba en la cocina mientras preparaba la cena, y lo dejaba sobre la andadera para ver si sus piecitos querían sostenerse un poquito, pero JongSoo era muy dormilón y terminaba dormido con la cabecita recargada sobre la andadera, o en el peor de los casos... dando cabezazos hasta que KyungSoo lo recostaba en su cuna.

JongSoo nunca se sintió especialmente tranquilo con su voz cuando le cantaba, pero adoraba ver a JongIn intentarlo, los ojitos le brillaban y estiraba sus manitas regordetas en la cuna, abriéndolas y cerrándolas para él, mientras que JongIn le cantaba historias de amor y de cuánto lo quería.

Al bebé le gustaban los brazos de KyungSoo, siempre se abrazaba a ellos y se quedaba tranquilo, así que al bajito le tocaba hacer de avioncito con él porque con JongIn se ponía a llorar repentinamente.

Era en muchos aspectos, completamente diferente a JiSoo y eso la exasperaba un poco, porque había pasado meses repitiendo su nombre en voz alta para que el bebé lo repitiera sin mucho éxito.

JongSoo se echaba a reír con alegría, con los ojitos brillando mientras agitaba las manitas y los piecitos, murmurando cosas inentendibles y a veces gritando balbuceos sin sentido. Mientras JiSoo fruncía el ceño porque no lograba su cometido.

ㅡ Es que papá... JongSoo es un flojo, ni siquiera lo intenta.

ㅡ Bueno bebé, tú hiciste sufrir mucho a tu padre para decirle papá. ㅡ Y KyungSoo la despeinaba con sus manos y luego la llenaba de besitos para que dejara de estar molesta.

Desde el primer momento ❀ KaiSooWhere stories live. Discover now