Desde el primer momento ❀ KaiSoo

23: Baño caliente

✨Advertencia: Contiene lemon

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Las habilidosas manos de KyungSoo se movieron sobre el cuerpo pequeño de su bebé para tallarlo y quitarle todo rastro de suciedad que pudiera esconderse en todas las zonas de su cuerpo.

A KyungSoo al principio le daba un poco de pánico el bañar a JiSoo, que se le fuera a resbalar de las manos hacia la bañera que colocaba sobre la gran tina de su baño, que la pudiera lastimar o tal vez que le pusiera demasiado jabón. Incluso le daba miedo de que le fuese a caer en los ojitos y que él se petrificara y no supiera qué hacer.

Sin embargo, conforme habían pasado las semanas se había vuelto un experto. Acomodó a JiSoo sobre la parte interna de una de sus manos y con sus largos dedos se aseguró de tomarla con firmeza, mientras que son su mano disponible acercaba la esponja en forma de corazón que JongIn había comprado en el supermercado un par de semanas atrás.

"Para que bañen a la reina de mi corazón entero" Lo escuchó musitar aquella noche y a KyungSoo no le quedó más remedio que sonreír mientras rodaba los ojos, porque JongIn en verdad podía ser demasiado cursi algunas veces.

ㅡ A ver mi niña... ㅡ murmuró KyungSoo mientras con su mano tallaba su espaldita y bajaba hasta su redondito trasero que se encargó de limpiar, dejando la esponja a un lado para agarrar agua calentada previamente y lavarle aquella zona del cuerpo.

KyungSoo sonrió con el orgullo paterno latente en cada fibra de su ser, y con sumo cuidado giró a la bebé para proceder a repetir cada uno de los pasos, tallando con gentileza cada centímetro de su bonita piel que comenzaba a tornarse un poquito remojada.

ㅡ Si no me apresuro, pronto vas a ser una pasita bebé ㅡ exclamó entre risas sonoras, dejando que sus manos viajaran hasta el pequeño recipiente que había colocado al lado de la bañera con agua tibia para terminar de enjuagarla.

Con cada movimiento hecho apropiadamente, KyungSoo se cercioró de que no quedaran rastros de jabón en su cuerpo ni de shampoo en sus cabellos, así como detrás de las orejitas, alcanzando la toalla que tenía a la mano para cubrir a JiSoo en cuanto la sacara del agua calientita y no fuera a contraer alguna enfermedad.

La envolvió con cautela y la atrajo contra su pecho. KyungSoo estaba sumamente agradecido con todos los cielos de que JiSoo naciera sana y fuerte, y de que cada día creciera mejor que el día anterior. Estaba agradecido de que no fuese una niña enfermiza y que hasta ese momento hubiese dado con lo apropiado cuando algo le dolía, corriendo al pediatra o llamándole a altas horas de la noche incluso de ser necesario. Pero nunca había sido algo que fuese demasiado grave, ni tampoco había sido muy recurrente.

El bajito salió del baño con el bebé en brazos, encontrándose a JongIn acostado en la cama observando una de sus revistas de negocios y finanzas. El moreno hizo un puchero mientras que él depositaba al bebé en el colchón y comenzaba a secarla de pies a cabeza antes de proceder a cambiarla.

Le colocó el pañal bajo su traserito diminuto y espolvoreó un poco de talco. JongIn se aproximó gateando el corto espacio que los separaba y se hincó para que su cabeza quedara justo frente a la de su bebé, a la que le empezó a hacer pucheros infantiles con la boca, inflando los mofletes y guiñándole con ambos ojos mientras que JiSoo se deshacía con sus manitas por alcanzar a su padre.

KyungSoo sonrió solo de observarlos y comenzó a meter los piecitos regordetes de su hija al mameluco de flores amarillas y blancas que usaría esa noche para dormir.