06: Dulces sueños

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KyungSoo observó el reloj en la pared una vez más, faltaba todavía hora y media para que fuera su hora de salida y JongIn pasara a recogerlo. Habían quedado de ir a cenar porque al moreno se le había antojado el Ramen de un pequeño restaurante que quedaba cerca de la casa de MinSeok y JongDae, que eran prácticamente sus mejores amigos.

MinSeok había hablado con él para ponerse de acuerdo y verse, JongDae quería ver el estómago de KyungSoo para poder terminarlo de creer, porque se suponía estaban jóvenes y tenían una vida por delante, todas esas cosas que cada vez le costaba más trabajo repetirse cuando MinSeok le susurraba que si no quería ser papá.

Y ahora aunque faltara un buen rato para salir, KyungSoo no podía mantener los ojos abiertos. Estaba cabeceando en la silla en la que había permanecido sentado la mayor parte del día, revisando los últimos detalles de una estrategia que su equipo de publicistas le había entregado hacía media semana y al que él seguía sin poder darle avance.

Era increíble como su desempeño estaba bajando hasta el piso y cómo cada día le costaba más trabajo levantarse. Nunca había imaginado que algún día a alguien como él le sucedería, que el sueño comenzara a vencerlo de esa manera tan aterradora.

KyungSoo nunca había tenido problemas para mantenerse despierto incluso hasta altas horas de la noche, cuando tenía demasiadas cosas en las que pensar, la mañana siguiente siempre se levantaba a tiempo y como una fresca lechuga llegaba al trabajo con todas las energías del mundo para continuar.

Era JongIn quien siempre se la vivía con sueño, porque era un dormilón. KyungSoo no dudaba que ser dentista tuviera su chiste, ni tampoco pensaba que no era cansado. Pero no podía ser que JongIn llegara a casa y quisiera hibernar como un oso. Lo peor había ocurrido cuando supo que estaba embarazado.

JongIn se quedaba dormido en el sillón, en la computadora y también en el cuarto, por supuesto... en un viejo sillón que ninguno se atrevía a cambiar porque era demasiado cómodo y contenía demasiados recuerdos. Ambos eran muy apegados a sus pertenencias, cada bien material iba más allá de ser solo eso.

Y KyungSoo agradecía que durante el sexo JongIn no se quedara dormido, porque entonces sí sería capaz de cachetearlo para despertarlo y que terminara su cometido, porque nadie podía dejarlo con las ganas o como decía BaekHyun, encender el boiler para no meterse a bañar después.

Claro que JongIn nunca había llegado a esos extremos, por el contrario... cuando estaban las cosas calientes siempre tenía los ojos bien abiertos, con esa mirada fogosa que lo encendía a él también.

KyungSoo bufó mientras se echaba aire con su propia mano y negaba apresuradamente en un movimiento de cabeza, porque no era hora ni el momento de pensar en JongIn desnudo sobre su cuerpo. ¡Por supuesto que no!

El bajito involuntariamente llevó su mano hasta su estómago abultado de cuatro meses y suspiró, dibujando una bonita sonrisa en sus labios de corazón mientras se sobaba como si ya lo tuviera en sus brazos.

Y es que JongIn era tan malditamente atractivo y apasionado que pudo haberlo preñado múltiples veces si hubiese querido, pero con que fuera un solo bebé estaba bien para él. KyungSoo algunas veces se sentía ansioso de que cómo iban a ir las cosas una vez que bolita de carne, como lo había llamado el mismo JongIn, saliera al mundo.

KyungSoo se acomodó los lentes una vez más y volvió la vista al montón de papeles que tenía enfrente, sus párpados se sentían realmente pesados y estaba seguro de que en cualquier momento terminaría sobre el escritorio. Solo esperaba que de ser así no se pusiera a babear sobre el trabajo que su gente había hecho.

Se removió sobre el asiento de su silla un poco incómoda y comenzó a cerrar los ojos sin poder evitarlo, con el lapicero entre sus manos y con un movimiento casi imperceptible de cabeza que iba y venía hacia adelante, tomando impulso con el pasar de los segundos hasta que su cuello se deslizó hacia un lado y recargó su propio rostro sobre uno de sus hombros.

Jagi ya... estoy aquí.

JongIn agrandó la sonrisa que tenía en el rostro mientras suspiraba y avanzaba a paso firme hacia el escritorio donde KyungSoo se encontraba. Estaba sentado y completamente dormido en una posición que el moreno dedujo debía ser demasiado incómoda, por lo que decidió avanzar detrás del mueble para despertarlo.

Sin embargo se detuvo un momento antes de hacerlo. Observar a KyungSoo dormido le ocasionaba una ternura extraordinaria, le parecía que su rostro se veía tan relajado, completamente en paz. En ese estado y en cualquier otro KyungSoo era capaz de enamorarlo con el simple hecho de respirar. Se dio cuenta justamente cuando observó a su marido tan apacible, con las manos sobre su estómago, como si lo protegiera.

Sintió ganas de protegerlos a los dos, de acurrucarse a su lado y de rodearlo con sus brazos fuertes para protegerlos de cualquier mal que hubiese allá afuera en la calle, en el mundo.

JongIn chasqueó la lengua y borró la sonrisa que tenía en el rostro, no le gustaba despertarlo si estaba cansado, sabía que necesitaba descansar y que lo mejor era que durmiera en paz, que fueran a casa y que siguiera su siesta hasta el día siguiente. JongIn tenía ganas de que KyungSoo despertara tarde un día y no se preocupara por su equipo de trabajo ni por los papeles que tenía amontonado en el escritorio.

Pero el bajito era demasiado testarudo y aunque podían vivir relativamente bien con el trabajo de JongIn, a KyungSoo le gustaba ahorrar para el futuro y aportar algo a la casa.

Se giró y metió la mano en su bolsillo para sacar el teléfono celular y deslizarse por la pantalla hasta el número de MinSeok. Tenía que disculparse con él y con JongDae, pero prefería que KyungSoo siguiera durmiendo por el momento.

Observó las colosales nubes grisáceas por la amplia ventana de la oficina y decidió que debía darse prisa, porque agosto traía lluvias fuertes y lo que menos quería era que se mojara y que atrapara alguna enfermedad. No necesitaban nada de eso en ese momento.

MinSeok entendió y habían quedado de visitarlos en casa uno de esos días, o de ponerse de acuerdo para la próxima semana.

JongIn cortó la llamada y tragó saliva, porque cargar a KyungSoo hasta el auto no iba a ser nada fácil, pero por supuesto que iba a intentarlo.

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Notas:

La siguiente semana se me va a complicar todo, esta semana por el trabajo tuve las tardes libres y por eso podía escribir con frecuencia, pero la siguiente serán las mañanas y la verdad es que no puedo escribir a esas horas.

Así que ya veremos cómo resulta esto.

Besos posholatosos.

🌠Ary.

Desde el primer momento ❀ KaiSooWhere stories live. Discover now