02: ¡Te compré algo!

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KyungSoo frunció ligeramente sus pobladas cejas cuando observó el montón de bolsas sobre la pequeña mesa del comedor. Observó a JongIn sonreírle como si acabara de cometer una travesura y suspiró.

Su marido pese a los veinticinco años que tenía algunas veces solía comportarse como si siguiera teniendo diecisiete, siempre haciendo de las suyas y después queriendo enmendar con besos cada una de sus locuras.

JongIn estaba un poco exaltado desde que se había enterado de que iban a ser padres, hacía poco más de un mes cuando KyungSoo le entregó las pruebas de sangre que decidió hacerse para salir de dudas y aún no podía olvidar el rostro del moreno cuando los observó.

Estaba profundamente impactado y KyungSoo había temido por un instante en que las cosas no fueran bien, sin embargo su esposo se había puesto a sonreír como desquiciado, lo había abrazado y lo había levantado en el aire para dar unas cuantas vueltas con él y después le había besado de esa manera que él sabía lo hacían perder los estribos.

JongIn lo enloquecía cuando lo besaba, sus movimientos y el sentimiento febril que le transmitía con cada roce lo ponía a temblar y pese a los años que tenían juntos a KyungSoo se le seguían aguando las piernas cuando el moreno se ponía en ese plan que debe admitir le quedaba bastante bien.

Su marido hizo pública la noticia a todos los que pudo, KyungSoo estaba seguro de que todos sus pacientes sabían ya a esas alturas que sería papá, esa mañana había salido del departamento tan feliz que se había puesto a gritar la noticia en las escaleras sin pudor alguno, haciendo que las mejillas de KyungSoo se sonrojaran porque era después de todo él quien acapararía las miradas curiosas.

KyungSoo nunca consideró que estar preñado le traería tantos problemas, JongIn habló con él dos semanas después de que le dio la noticia, se había puesto serio mientras se sentaba en el sillón frente al suyo y le proponía que de una vez dejara el trabajo para que no hiciera tanto esfuerzo.

Pero KyungSoo se había negado rotundamente porque ¿Qué esfuerzo iba a hacer estando sentado la mayor parte del tiempo tras un escritorio?

JongIn insistió por varios días, diciéndole que seguramente con su sueldo les alcanzaría para vivir cómodamente; pero el mayor de los dos se negó, porque tenían que ahorrar para lo que se les venía encima y un sueldo extra no les caería nada mal.

La compañía era de su padre, JongHyun. Pero él actuaba siempre como cualquier otro empleado y pensaba quedarse hasta que ya no pudiera más, aunque algunas noches JongIn casi lo convencía cuando se ponía a pensar que dentro de un par de meses todos notarían su estómago enorme.

JongIn se comenzó a poner en plan protector y siempre le sobaba el estómago plano porque no había nada aún ahí, el feto crecía en su interior pero JongIn insistía en que seguramente podía sentir sus caricias y sus besos, que casi siempre terminaban convirtiéndose en otra cosa.

ㅡ ¿Se puede saber qué es todo eso? ㅡ preguntó KyungSoo con la curiosidad en la punta de la lengua.

Su marido se hundió de hombros como si no pasara nada malo y comenzó a sacar de las bolsas el montón de chucherías que había comprado de camino a casa.

ㅡ Bueno, estaba cerca del supermercado y se me antojó un helado, pensé que tú tendrías antojo y mejor me traje un bote, sé que te gusta la nieve de galleta pero preferí traerte tres sabores por si tu antojo no era especialmente ese.

JongIn se giró hacia el refrigerador y abrió la puerta de la nevera donde encontró muy poco espacio para acomodar las tres cubetas de helado que había adquirido recién. Y se mordió el labio inferior cuando retacó todo con dificultad, girándose nerviosamente sobre sus pies solo para encontrarse a KyungSoo observándolo sin moverse de su lugar.

ㅡ También compré pastas, sopa instantánea, queso, cajeta, nutella y pan para hacer hamburguesas.

ㅡ ¿Y esas bolsas de frituras? ㅡ KyungSoo entrelazó las manos frente a su pecho y arqueó una ceja, demandando una respuesta.

ㅡ Son palomitas y frituras, traje un poco de picante porque se me ocurrió que podrías comerlas mientras ves la televisión. ㅡ El moreno se saboreó las bolsas de papas fritas, pero siguió acomodando el montón de dulce enlatado que había comprado en la alacena.

ㅡ JongIn, las cosas dulces no suelen gustarme demasiado, considero que no era necesario que compraras medio supermercado.

Jagi... tú siempre vas diciendo esas cosas porque eres demasiado racional, seguramente te entrará un antojo en cualquier momento, hablé con mi madre y me dijo que debía estar al pendiente porque son muy comunes en el embarazo.

KyungSoo rodó los ojos al observar a su marido destapar la cajeta y tomar un pan tostado para verter sobre él un montón de dulce, saboreándoselo al instante. JongIn se llevó el pan a la boca y las comisuras de los labios se le embarraron con la cajeta.

El bajito se estremeció de solo observarlo y cerró los ojos para concentrarse, porque últimamente de repente todo le daba vueltas. Su madre le había dicho que era algo normal, que los mareos y las nauseas formaban parte del primer trimestre del embarazo, aunque existían casos en los que perduraban hasta el final.

Y KyungSoo en verdad esperaba no ser uno de esos casos, porque algunas veces la propia comida le provocaba asco y le tocaba correr al baño para devolver lo poco que ingería. Las personas a su alrededor se compadecían de él porque se veía más pálido y los cachetes se le comenzaban a desinflar a causa de ello.

Se le revolvió el estómago de observar la cajeta en la comisura de esos labios que tanto amaba y se giró repentinamente para no observar más, aunque sabía que en ese momento ya había perdido la batalla. Porque el mísero aroma a dulce le ponía los vellos de punta. Era exagerado, eso era lo que él creía, pero no podía hacer nada más que salir apresuradamente de la cocina para ir a encerrarse en el baño, esperando a que se le pasara o le tocara devolver.

Las náuseas eran un asco, estaba cansado de tenerlas y deseaba que desaparecieran pronto. Su madre también le había hablado de los antojos, pero a KyungSoo hasta el momento no se le había antojado absolutamente nada; estaba demasiado ocupado devolviendo lo poco que comía como para que querer comer algo en específico se le atravesara por la cabeza.

Era JongIn al parecer el que sufría de los dichosos antojos; TaeYeon le había dicho que su padre había sufrido los mismos desde el principio y que era algo natural, porque como padre del bebé era una manera de reconocerlo. A él se le hacía todo tan extraño y fuera de lo normal, pero no podía decirle a JongIn que alejara sus malditos dulces.

Tenía que soportar un poco y esperar a que se le pasara esa maldita etapa mientras que JongIn se atiborraba de comida con todo lo que encontraba en la alacena o en el supermercado.

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Notas:

Hola!!

Mil gracias por darle a este proyecto una oportunidad, me hicieron bastante feliz, pese a que Wattpad me odia y no le notifica ni a mi mamá (?) Ok no, pero sí.

Espero que les siga gustando, gracias por sus bonitos comentarios y votos. Me he dado a la tarea de investigar con personas que han estado embarazadas y así, con mi madre y con lo que sé, así que espero que vaya quedando bien xD

Por andar de preguntona me han dicho que si ya pienso tener un bebé (?)

Besos posholatosos,

ary.

Desde el primer momento ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora