63: La plenitud de los treinta

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🌠advertencia: contiene lemon no tan metafórico.

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Un pequeño pastel en las manos es lo que KyungSoo llevaba mientras caminaba contoneando las caderas en ese frío día de invierno.

Las fiestas navideñas habían pasado y también su cumpleaños, sin poder evitar que hubiese sido un poco diferente que los anteriores, porque JiSoo se había marchado ese día a una excursión que venían planeando en su escuela desde hacía meses.

Fue realmente difícil hacer que JongIn se hiciera a la idea de que su hija iba a dormir fuera de casa, que iban a ir a otra ciudad por motivos escolares y que regresaría después de su cumpleaños. Sin embargo los tres se habían reunido con los otros Kim para hacerle una pequeña comida a la pequeña, para festejar su cumpleaños unos días antes por motivo de su salida.

JongIn había lamentado muchísimo tener que dejarla marchar y le había dado muchísimos besos antes de despedirse en la puerta de la escuela, reiterándole que debía hablarles en cuanto antes si necesitaba algo o si quería regresar a casa por alguna razón.

Él mismo conduciría a donde ella estuviera y la traería de regreso, de ser necesario. También le encargó mucho a la profesora SeoHyun que cuidara de ella y que le diera un trato especial, aunque KyungSoo sabía que no había tratos especiales para los niños y apenado tuvo casi que arrastrar a JongIn fuera del aula después de haberse despedido con pena de la profesora.

Su cumpleaños lo habían pasado en un centro comercial, JongDae y MinSeok los acompañaron y estuvieron platicando muchísimas cosas sobre los planes que tenían en el trabajo y también sobre el matrimonio de los cuatro.

KyungSoo se sintió muy relajado porque tenía unos buenos amigos y pasar un rato ameno lo ponía bastante contento, fueron al cine y después JongIn lo invitó a cenar, manteniéndose ambos completamente ocupados para dejar pasar la idea en su cabeza de que su hija no estaba ese año celebrando con ellos. Porque se sentía tan extraño.

Sin embargo, ese día era cumpleaños de JongIn y había tenido que salir a trabajar porque tenía agendadas dos limpiezas y también una extracción desde hacía un par de semanas. Por lo que él se había despedido de él en la mañana con un beso en la boca y la promesa de que irían a cenar en la noche.

Y aunque todavía no era de noche, eran las siete y treinta según su reloj de mano y él llegó al consultorio con el pequeño pastel, sonriéndole a Irene, una chica que estaba sustituyendo a Yeri desde que la muchacha se había graduado y había conseguido trabajo acorde a su carrera. KyungSoo la extrañaba, no podía negarlo, pero lo cierto es que la vida seguía corriendo para todos y no podía Yeri ser siempre la secretaria de su marido.

Irene era una buena chica, sin embargo, le recibió amablemente y en silencio en cuanto le hizo una seña para que JongIn no fuese a escuchar que había llegado, después de todo era una sorpresa.

ㅡ Ya estaba por cerrar, Señor Kim. ㅡ susurró Irene mientras se acercaba un poco a KyungSoo.

ㅡ Está bien, puedes irte a casa, JongIn y yo nos encargaremos de cerrar ㅡ KyungSoo le dedicó una bonita sonrisa mientras murmuraba y a la chica le brillaron los ojos.

Irene se mordió el labio inferior y con cierta emoción recogió sus cosas para poder salir unos minutos antes de lo que le correspondía; le habían dicho que los dueños del consultorio eran un amor y al parecer así era.

Desde el primer momento ❀ KaiSooHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin