14: Cita nocturna

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El frío estaba comenzando la temporada con todo su esplendor. Las mejillas de KyungSoo se arrebolaron con la ventisca pese a la bufanda que llevaba puesta. JongIn se detuvo, haciendo que el bajito se detuviera un instante después, con sus bonitos ojos redondos parpadeando, cuestionándose lo que sucedía.

El moreno le dedicó una sonrisa y lo soltó, levantando las manos hasta la altura de su cuello donde se encontraba la bufanda, desenvolviéndola en un par de movimientos para volver a envolverlo esta vez con más detenimiento, haciendo que la altura de la prenda fuera la apropiada para que alcanzara a cubrir parte de sus mejillas.

JongIn ató un nudo grueso con la tela suave, esbozando una bonita sonrisa en sus labios gruesos solo para él. Lo observó sonreír con las mejillas sonrojadas por el frío y suspiró, jalándolo un poco por la bufanda para aproximarlo un par de centímetros más. KyungSoo avanzó y el moreno se inclinó el resto del camino para robarle un beso con su debido permiso.

Unió sus labios a los suyos pausadamente y suspiró, haciendo que el corazón de KyungSoo se estremeciera casi tanto como el suyo. Terminó de atar la bufanda y su mano viajó hasta sus cabellos, como si fuese un niño pequeño le pasó las yemas de los dedos por las hebras azabaches y apreció cada uno de los puntos magníficos de su rostro.

ㅡ Precioso...

Las pestañas gruesas de KyungSoo se batieron un par de veces sólo para él y la sonrisa de sus labios escondidos tímidamente bajo la bufanda le regaló un perfecto corazón. El bajito tímidamente alcanzó su mano para entrelazarla con sus dedos fríos y JongIn se estremeció de sólo sentirlos, sin dudarlo un segundo arrastró la mano consigo mismo y la sumergió dentro de la bolsa de su abrigo calientito.

ㅡ Te compraré unos guantes en el centro comercial, no quiero que pases más frío. ㅡ murmuró JongIn con su tono sedoso de voz.

KyungSoo asintió, metiendo su otra mano dentro de su abrigo para cubrirse del frío. Le encantaba esa temporada del año pese a que algunas veces el clima solía ser cruel.

Salir a caminar con JongIn era algo que disfrutaba hacer, así que pese a todas las excusas que JongIn le había puesto porque no quería que se enfermara, KyungSoo había terminado saliéndose con la suya después de susurrarle unas cuantas palabras bonitas al oído, eso sin contar con que había tenido que recurrir a su aegyo especial, ese que sólo Kim JongIn tenía el privilegio de observar.

Los árboles habían mudado casi todo su follaje, el otoño estaba a punto de morir y el invierno traía consigo sus colosales nubes grisáceas que coloreaban el paisaje y lo convertían en un escenario demasiado triste para la mayoría de las personas. Pero no para KyungSoo y para JongIn, que amaban salir a pasear para ver cómo las tiendas comenzaban a adornar sus escaparates por el inicio de la temporada navideña, lo mismo ocurría con los parques cuyos árboles principales se llenaban de puntos brillantes de luz artificial.

KyungSoo caminaba como un pingüino, JongIn siempre se lo había dicho pero él lo había aceptado apenas hacía un mes o quizá menos, porque su estómago estaba ya bastante crecidito, rondaba los ocho meses y sus pies se abrían ligeramente al caminar. Se había puesto bastante pesado aunque el Dr. Wu decía que era algo normal, él seguía sintiéndose como una pelota inflada.

Una pelota muy sexy, le decía JongIn cada que él se emberrinchaba porque seguramente el moreno se iba enfadar de verlo gordo. Pero lo cierto es que nada de aquello sucedía. Su marido parecía no cansarse de mimarlo ni de hablar con JiSoo cada que tenía oportunidad.

Llevaba un overol de mezclilla porque sus pantalones definitivamente ya no podía usarlos y sus camisas eran holgadas porque las de vestir estaban sentenciadas al armario indefinidamente, ya que KyungSoo casi había dado el botonazo la última vez que ridículamente había querido usar una de ellas.

Jagi-yah... ㅡ KyungSoo hizo un puchero con los labios que no pasó desapercibido para JongIn, pese a que sus labios estaban recubiertos en su mayoría por la tela.

Sentir el calor corporal emanando del cuerpo de su marido mientras su mano sujetaba la suya con firmeza dentro de su abrigo lo hacía sentir seguro, protegido y sobre todo amado.

ㅡ ¿Si, mi amor? ㅡ JongIn ladeó la cabeza mientras lo observaba con atención, avanzando a paso lento por el ancho pasillo que se encontraba medio vacío de gente, y agradeció mentalmente por eso.

No era como si las personas se les quedaran viendo por demasiado tiempo, o como si eso lo incomodara, KyungSoo pasaba perfectamente por un hombre robusto o un poco subido de peso, pero no quería que el bajito se sintiera incómodo de ninguna manera.

Habían acordado ir a cenar y quizá a ver una película, aunque a JongIn le seguía atrayendo más la idea de quedarse en casa y acurrucarse contra el sillón para ver películas viejas en la comodidad de su hogar tibio, donde pudiera abrazar con comodidad a KyungSoo y lo pudiera besar las veces que se le diera la gana.

Pero el bajito tenía un par de semanas queriendo salir a distraerse y él no podía negarle algo que quisiera.

ㅡ Se me antojaron unos nachos con triple queso y un poco de chile... ㅡ KyungSoo se pasó la lengua por el labio inferior y después tragó saliva, saboreándose la comida que estaba imaginando como si la tuviese frente suyo.

JongIn sonrió, bajando la cabeza y asintiendo un momento después, apretando el agarre de su mano calientita, deteniéndose un instante seguido de KyungSoo que continuó en silencio, esperando.

El moreno se aproximó el paso que los separaba para acortar la distancia una vez más, estirando el rostro para depositar un beso sobre su frente medio descubierta.

ㅡ ¿Por qué eres tan adorable?...

KyungSoo cerró los ojos con el mero contacto y sonrió apaciblemente para él, sin decir una palabra, únicamente soltando un suspiro a causa del montón de sensaciones que JongIn le hacía sentir con el simple hecho de ser él.

ㅡ Vamos al cine Jagi, pero primero entremos a esa tienda para comprar un gorro y unos guantes. Necesito arroparte justo ahora.

ㅡ Puedes arroparme antes de dormir, nini...

El moreno asintió en automático, esta vez él con las mejillas pinceladas de un bonito carmesí, porque se sentía derretirse cada que su esposo usaba ese sobrenombre en él.

ㅡ Ten por seguro que así será ㅡ JongIn le dedicó una sonrisa sensual y KyungSoo el gesto un poco travieso.

Había pasado un poco de tiempo desde la última vez que habían tenido una cita, y eso era lo más cercano a una en ese momento, así que se dedicarían a disfrutarla por completo.

ㅡ Ahora vayamos por esos nachos...

KyungSoo asintió y ambos comenzaron a caminar nuevamente, con las luces de las tiendas rodeándolos y brindándoles una sensación cálida en sus corazones.

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Notas:

¡Hola!

Gracias una vez más por sus bonitos comentarios y el amor que le dan a estos dos tórtolos, lo aprecio muchísimo.

No sé, creo que esta es mi tipo de cita ideal (?) Hahaha

Besos posholatosos.

🌠Ary.

Desde el primer momento ❀ KaiSooWhere stories live. Discover now