56: Seguro

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Advertencia: Contiene lemon medio metafórico.

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La claridad comenzaba a inmiscuirse entre las cortinas, haciendo a JongIn suspirar. Le encantaba despertar y observar a KyungSoo dormir frente a él, observar su rostro apacible en el mundo de los sueños o también su bonito cuello cuando dormía dándole la espalda.

JongIn observó sus hombros y los omoplatos un poquito marcados a través de la vieja playera con pequeños hoyitos que su marido se empeñaba en usar como pijama, sacándole una leve risa en sus prominentes labios.

Sus manos viajaron inconscientemente hasta la base de su cintura y con cuidado lo jaló hasta donde él estaba esperando por él, pegando su cuerpo con el suyo casi con perfección. JongIn adoraba ese tipo de cosas, el que su cuerpo pudiera de alguna manera envolver a su esposo con esa facilidad. Era como si encajaran porque estaban hechos a la medida.

JongIn se relamió los labios y después se apresuró a depositar un suave beso sobre la base de su cuello, ahí donde comenzaba el cabello, se deleitó con la textura de su lechosa piel y se dedicó a llenar de besitos pequeños todo el área, roces gentiles que hicieron que KyungSoo se estremeciera en sus brazos.

El cálido aliento de su marido sobre su cuello lo despertó, al igual que sus manos traviesas yendo en busca de la costura de la camiseta para levantársela y que pudiera recorrer así con las yemas de sus dedos su piel, yendo despacio, suave, disfrutando del roce, haciéndolo despertarse de pies a cabeza, manteniéndose en alerta.

El moreno sonrió cuando lo sintió contra él y sin poder evitarlo se pegó un poco más, para que su marido se diera cuenta que era primera hora de la mañana y él y su trocito de cielo estaban bastante felices de despertar con él entre sus brazos.

KyungSoo tragó saliva y se dejó hacer cuando JongIn acarició su estómago, la cicatriz que le había dejado el embarazo, trazándola de inicio a fin con detenimiento, porque JongIn valoraba cada centímetro de la piel de KyungSoo y sin embargo, esa parte para él era la más especial.

KyungSoo se giró cuando JongIn lo besó nuevamente en el cuello, estremeciéndose al observar a su marido sonriéndole de aquella manera tan seductora. Gracias al cielo era Domingo y JongIn no sabía de trabajo ese día.

Tampoco tenían que levantarse para llevar a JiSoo a la escuela, podían permanecer dentro de la cama hasta pasadas las nueve, porque era cuando su hija estaba acostumbrada a comer. Y JongIn siempre se encargaba de hacer memorables esos momentos dentro de la cama, fuera en el sentido que fuera.

El dentista se inclinó sobre él y depositó un cálido beso sobre su mentón, cerrando los ojos y haciendo que KyungSoo cerrara los suyos, acompasando su respiración con cada uno de sus latidos que comenzaban a acelerarse.

JongIn se aprovechó para descender por su cuello antes de siquiera pensar en besarlo en los labios, y sus manos mágicas comenzaron a desnudarlo con paciencia, removiéndose junto a él con pequeños susurros en el oído, mensajes bonitos de amor que solo lograban encenderlo más.

ㅡ Buenos días, mi amor... estás tan deslumbrante...

Ahhh, KyungSoo no podía más que cerrar los ojos y dejar que JongIn hiciera lo que quisiera con él, dejarlo llenarlo de besos, que lo mimara por completo mientras acariciaba cada parte de su cuerpo.

KyungSoo se sentía listo para JongIn a cada instante, los dedos de su marido eran especiales, la magia brotaba de ellos cuando se encargaba de preparar el camino que lo llevaría a la cumbre del placer. Y KyungSoo inundaba la habitación entre suspiros, pequeños soniditos que alimentaban los movimientos rítmicos de su marido.

Desde el primer momento ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora