41: Vamos al parque

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ㅡ ¡Me espantaste! ㅡ KyungSoo le frunció el ceño y JongIn terminó de dar la vuelta a la banca de madera para sentarse al lado suyo.

ㅡ Apuesto a que estás frunciendo tus labios para mi bajo esa enorme bufanda, Jagi... quiero besarte justo ahora.

KyungSoo rodó los ojos, sonrojado por las palabras de JongIn, sintiendo su corazón palpitando como loco en su interior, como cada que su amor siempre lo sorprendía de esa manera. Pasaba el tiempo y JongIn jamás dejaba de sorprenderlo, y eso era algo que en verdad lo hacía sentir más enamorado, si es que eso era posible.

ㅡ No me besas porque no quieres ㅡ se hundió de hombros, haciéndose el interesante, colocando a JiSoo sobre una de sus rodillas mientras comenzaba a menear el pie en automático.

JongIn soltó una risilla traviesa y después suspiró, estirando las manos para quitarle a la niña y finalmente atraerla hasta su pecho. JiSoo se dejó hacer con mucha felicidad, el moreno la levantó, sujetándola con ambos brazos hasta llegar encima de su cabeza, mientras ella sonreía y pataleaba con sus piecitos animadamente.

JongIn la hizo descender y enterró sus labios en su cuello, soplando aire en aquel lugar, haciendo sonidillos extraños mientras la bebé se echaba a reír como demente. Como su padre, así, tal para cual.

Ese era el pensamiento de KyungSoo cada que los veía juntos, teniendo un momento especial, JiSoo amaba a su padre, sabía que a él también lo amaba, pero era diferente, los ojitos le brillaban especialmente cuando JongIn estaba a su alrededor, y es que el moreno la consentía tanto, jugaba con ella cada que podía, y eso seguramente la hacía sentir especial.

Y KyungSoo pese a que lo hacía también, se había quedado con la parte más seria del trabajo, la de la responsabilidad de hacerle entender a su hija las cosas que estaban mal.

JongIn sentó a su bebé en su regazo, dejando que JiSoo en automático aferrara sus manitas a su abrigo calientito y se abrazara de él, pegando su carita al estómago de su padre para acomodarse ahí a descansar.

¡Eran miel sobre hojuelas!

A KyungSoo le encantaba observarlos así, aunque no podía evitar sentirse un poquito celoso algunas veces, porque bueno, también quería ser mimado y apapachado de formas especiales por su marido.

El bajito se entretuvo observando el montón de luces que formaban las copas de los árboles casi sin rastros de sus frondosas siluetas, las hojas habían cedido en su mayoría y solo unas cuantas permanecían valientes hasta el final.

Era un panorama digno de contemplar, para KyungSoo realmente lo era.

ㅡ Jagi...

KyungSoo se giró en automático al escuchar la voz de JongIn hablándole, y se sorprendió cuando lo vio tan cerca de él, con su nariz casi rozando la suya, porque no se había dado cuenta de cuándo fue que se había acercado.

JongIn sonrió con amor impregnando sus gruesos labios para KyungSoo, y estiró más el rostro en una posición incómoda, sosteniendo a JiSoo pegada a él, mientras sus labios se esforzaban por alcanzar los de su marido.

El moreno terminó por removerle la bufanda y lo besó. El cálido contacto hizo estragos de su piel pese a que sentía los labios fríos por no llevas protección. KyungSoo irradiaba ese calor que él necesitaba y como un animalito caminó directo a la luz, embriagándose de sus labios y tomando con toda calma su territorio.

KyungSoo, con el corazón temblando en sus recónditos terminó por ceder, cerrando los ojos y dejándose llevar, dejándose mimar por los labios de JongIn que se movían a un ritmo tranquilo y placentero.

Y nunca un beso le había parecido tan sensual, tan lleno de seguridad, dejándolo con ganas de más. El bajito sonrió satisfecho, sin embargo, cuando sus ojos se encontraron con los brillantes chocolates de JongIn, que se aseguró de besarlo nuevamente, porque no podía contenerse.

ㅡ Vamos a casa, mi amor... ㅡ JongIn susurró, comenzaba a sentirse más el frío y no podían darse el lujo de quedarse en ese lugar.

KyungSoo simplemente asintió, mientras JongIn se levantaba para colocar a la niña en su carriola y darle un besito sobre su frente. El bajito tomó el mando de la carriola y él, como buen padre y un esposo amoroso, dispuesto a darle a su marido un poco más de todo lo que tenía para él, lo abrazó por atrás, para después terminar pasándole el brazo por los hombros.

Porque nunca tenía suficiente de KyungSoo, nunca tendría suficiente de su familia.

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Notas:

¿Me extrañaron? ¿No verdad? :'v

Estamos llegando a fin de año (en la historia), es una de mis épocas favoritas, creo que se nota mucho xD Es gracioso que hable de nieve cuando estoy casi a 40 grados ;___; #LaHoraSad

Espero que les haya gustado. Nos vemos en el siguiente capítulo y muchas gracias nuevamente por tanto amor, amo leer sus comentarios como no tienen una idea ♥

besos posholatosos

🌠Ary.

Desde el primer momento ❀ KaiSooWhere stories live. Discover now