Dios del omniverso

127 Capítulo 127: Una nueva figura superior Parte 3

Dios del omniverso de GodOfBrutality
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Sin deberes importantes que atender, Arias salió de la oficina con Slade y le dijo a Mercy que manejara las cosas en su nombre, mintiéndole descaradamente al decirle que confiaba en que ella lo haría.

Aunque en la superficie se quejaba de la carga de trabajo, Arias sabía que en el fondo se sentía feliz cuando se le daba incluso un poco de elogio.

Por ahora no podía apresurar las cosas con ella y necesitaba permitir que algo sucediera naturalmente entre ellos. En otras palabras, necesitaba marinar más tiempo antes de que él la devorara por completo.

Después de salir de la oficina, Slade y Arias usaron un jet privado para volar a un destino no revelado, una isla frente a la costa del golfo de México.

Esa isla sirvió como escondite personal y hogar de Slade hasta cierto punto, ubicado en un área encantadora llena de piratas, traficantes de drogas, contrabandistas y todo tipo de gente no deseada.

La isla en sí fue en realidad un regalo para Slade de parte de uno de los señores del crimen más grandes de México. Se produjo después de que Slade matara con éxito al entonces presidente de la nación debido a sus políticas de represión del crimen.

Con todo, era un lugar ideal al que incluso los delincuentes temían acercarse. En ella había una lujosa villa y personal de seguridad bien mantenido, la mayoría compuesto por matones de ese mismo señor del crimen.

Parecía un buen gesto en la superficie, pero era solo para mantener buenas relaciones con Slade dada su reputación.

Después de todo, si se mantenía distante de Slade y su competidor ponía precio a su cabeza, las cosas terminarían mal.

Afortunadamente para él, Slade valoraba las conexiones de dinero.

Y es gracias a esas conexiones que esta isla suya se convirtió en un centro de asesinos a sueldo bajo Slade. Nada tan grande como la liga de asesinos, pero aún así muy capaz.

…

Habían aterrizado en México y se dirigieron a la isla después de conducir hasta la costa y tomar un yate allí.

En la superficie, parecían turistas simplemente allí para disfrutar del paisaje y el clima, ambos con camisetas y atuendos de vacaciones, combinados con relojes que valían cientos de miles de dólares, por supuesto.

"El dulce aire marino mexicano, no hay nada como eso, ¿eh?" Slade inquirió mientras tomaba un sorbo de un vaso de whisky mientras miraba la lejana puesta de sol.

Arias estaba en un asiento en la misma cubierta no muy lejos, dos mujeres a sus lados, una abanicándolo y la otra alimentándolo con frutas bien cortadas.

Asintió ante las palabras de Slade mientras mostraba una pequeña sonrisa. "Es difícil apreciar el paisaje cuando estás tratando de que no te maten. Nunca disfruté de mis misiones fuera del país hasta hace poco".

Slade se rió y pudo relacionarse con las palabras de Arias. Sabiendo bien que la vida de un asesino a sueldo era difícil y llena de peligros por todas partes.

"Bueno, hay una primera vez para todo. Deberías encontrar tiempo para relajarte de vez en cuando, ¿sabes? Bebe, fuma, roba la mujer de otro hombre, cualquiera que sea tu veneno".

Slade terminó su bebida justo cuando la isla estaba a la vista.

Habiendo crecido en el crimen para tratar de mantenerse a sí mismo, Arias realmente no había disfrutado sus años de adolescencia. Pero el hecho de que todavía era joven permaneció, incluso si era inmortal.