Esta es la historia del envolvimiento entre dos personas que se enamoran durante una gran aventura.
La historia sigue a Chu Huan, un ex agente del servicio secreto que perseguía al líder de un grupo de narcotraficantes, el "Gran Fantasma", cuando, d...
ATENCIÓN: El capítulo 74 presenta temas muy cargados de tristeza, muerte, desesperación, depresión, pensamientos suicidas, estado de agonía, dolor. Si cree que no debe leerlo, pase al capítulo 75. Al principio del capítulo 75, habrá un breve resumen de la información que es esencial para que usted siga leyendo.
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"Entonces, ¿significa eso que la llamada vida y la esperanza que hacen latir el pecho y perseverar sin cesar, eran sólo palabras?"
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Cuando todo el mar y las montañas se rodearon lentamente de lianas duras como el hierro, y todo el cielo se desvaneció, un rayo de luz también fue visible. Incluso las sombras que los habían perseguido tan ferozmente se fundieron en la espesa oscuridad. Fue como un regreso a la oscuridad y el caos primordiales. El viento era lo único que había en este lugar.
Incluso el mar dejó de fluir. Y en este lugar que era suficiente para provocar una intensa fobia en cualquiera, sólo quedaba el viento.
Estrictamente hablando, fue una ráfaga de aire, extremadamente suave pero extremadamente fuerte, que abrió una estrecha brecha en las vides, sólo una estrecha brecha, la ráfaga de viento fue seguida por una suave brisa, dando la ilusión de que alguien estaba con él todo el tiempo.
Pero el hecho era que, en ese mundo, Chu Huan era definitivamente el único que quedaba, y el espacio en el que podía moverse se limitaba a un agujero claustrofóbico que le llevaba a lo desconocido.
Entonces, la verdad era que la llamada vida y la esperanza que hacen latir el pecho y perseverar sin parar, eran sólo palabras?
Desde su nacimiento, Xiao Lu siempre había estado ociosa en las montañas y llanuras, comer huevos era su principal ocupación, y ésta era la primera vez que el patriarca de los guardianes de la montaña le encomendaba una tarea tan importante. No nadaba demasiado rápido y parecía querer volver, pero no se atrevía. Bajo el resplandor del cetro del patriarca, la figura verde brillaba con una luz translúcida, como la esmeralda.
De repente, una mano se extendió y le quitó el cetro de la boca. El llamado "cetro" en realidad sólo tenía la longitud de unos pocos dedos en este momento, como esos tenues pliegues de fuego en los viejos dramas televisivos.
