Capítulo 63

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"Ver las lágrimas de un hombre que nunca llora es siempre una escena impactante, no importa cuándo ni dónde".

 "Ver las lágrimas de un hombre que nunca llora es siempre una escena impactante, no importa cuándo ni dónde"

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Chu Huan sintió que algo le atravesaba, y sólo había un pensamiento en su corazón: «¡Es demasiado tarde!»

Pero las palabras de la boca de cuervo, incluso sin pronunciarlas en voz alta, fueron aterradoramente efectivas. En el momento siguiente, el sonido del llanto creció como si estuviera equipado con un altavoz, y en medio de ese ruido, Chu Huan se encontró sin poder respirar.

Al principio, su pecho parecía estar bloqueado por una membrana desconocida, y el aire que inhalaba quedaba atrapado en su tráquea y se negaba a ir más allá.

Entonces el aire pareció convertirse en una masa fangosa que no podía ser atraída por la débil fuerza de sus fosas nasales.

No era el único así, Chu Huan vio a Yuan Ping no muy lejos, sujetando su pecho con fuerza con ambas manos, como un pez fuera del agua, jadeando, apenas pudiendo respirar.

Y en esa coyuntura, Yuan Ping se detuvo realmente aturdido, sin aliento y sin esperanza,

«Como este mundo no es... Material, es... Un sueño...»

Chu Huan supo lo que el otro estaba pensando en cuanto vio su comportamiento: Yuan Ping tenía un plan caprichoso que consistía en "imaginar que no necesitaba respirar" y así, alcanzar un estado de respiración de tortuga*, donde prácticamente no necesitaría respirar.(1)

[N/T: *es un tipo de respiración muy lenta]

Sin embargo, Chu Huan temía que Yuan Ping no fuera capaz de sobrevivir hasta llegar a esa etapa, por el camino que llevaba, estaba más cerca de alcanzar las Puertas Celestiales del Oeste.*

[N/T: Estaría a las puertas de la muerte].

Chu Huan pensó para sí mismo: «¡Qué demonios, idiota!»

Él y Luge agarraron a Yuan Ping por los hombros, se lo llevaron arrastrando a la fuerza. Mientras su respiración se volvía cada vez más difícil, los ojos de Chu Huan comenzaron a humedecerse. Sabía que su cerebro no tardaría en quedarse sin oxígeno, quedando irreversiblemente dañado. Pero, ¿hacia dónde debían correr? ¿A qué lugar?

En ese momento, la cuerda en la mano de Chu Huan fue tirada violentamente, se dio la vuelta, sólo para ver a Nanshan haciéndole un gesto, y entonces miró, siguiendo la línea de visión de Nanshan. Chu Huan vio que parecía haber viento en el bosque donde estaban plantados los árboles frutales, y las copas de los árboles se balanceaban al unísono.

«¿Pero cómo puede haber viento aquí? No debería haber viento en las tierras muertas.»

Cuando las cosas van mal, es porque debe haber demonios. La primera sensación que tuvo Chu Huan fue que algo iba mal, pero no tuvo tiempo de pensar en la primera sensación, porque si dudaba más, temía morir allí mismo. El grupo no tuvo más remedio que correr hacia aquel bosque de árboles frutales.

Sobre montañas y ríos (Of mountains and rivers - Shan He Biao Li - 山河表里)Where stories live. Discover now