Capítulo 5

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"Todavía tengo el jodido descaro de seguir viviendo".

Pero Chu Huan no hizo nada; solo miró a Huo Hui ambiguamente por un momento, luego susurró:

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Pero Chu Huan no hizo nada; solo miró a Huo Hui ambiguamente por un momento, luego susurró:

─¿De qué tienes miedo? No es como si fuera a tocarte. Si te toco, estaría violando la disciplina. Siempre he sido una persona honesta. ¿Cuándo he violado la disciplina?

Huo Hui se estremeció, se le puso la piel de gallina por todo el cuerpo, parecía que iba a tener un ataque epiléptico. Por supuesto, Chu Huan no podía dejar que eso ocurriera, así que levantó la mano y le dió un golpe en la nuca dejándolo inconsciente.

Chu Huan lo miró por un momento sin comprender, tomó con cuidado una jeringa y le inyectó un poderoso narcótico, asegurándose de que se había desmayado por completo, sin lugar a errores.

En ese momento, levantó la cabeza para mirar el cielo azul como si mirara a alguien en la distancia. Chu Huan sacó su daga y la observó. Sus dedos pálidos rozaron la hoja triangular antes de que comenzara a temblar inconscientemente. «¿A quién debería picar para calmar estos temblores?» pensó.

De repente, apuñaló la daga en el cuerpo de Huo Hui y la sacó violentamente; las venas de su mano resaltaban ferozmente mientras sostenía la daga. Chu Huan hizo dieciocho agujeros en sucesión en el cuerpo de Huo Hui.

Chu Huan cumplió su promesa; la piel aceitosa del traidor no había sido tocada. Durante su lucha con los fantasmas, dieciocho de los camaradas de Chu Huan murieron. Su carrera latente era tan delicada como caminar sobre hielo delgado, progresaban con gran dificultad; fueron estos dieciocho camaradas quienes "derramaron su sangre incesantemente" le abrieron camino y protegieron el convoy.

Ellos dieron sus vidas por él, pero no pudo completar la tarea satisfactoriamente pues Gan Fantasma escapó durante tres años. La naturaleza del Gran Fantasma era sospechosa.

«Todavía tengo el jodido descaro de seguir viviendo.» pensó Chu Huan con indiferencia.

Tan pronto como surgió ese pensamiento, Chu Huan sintió como si hubiera caballos salvajes corriendo desenfrenados en su corazón, tratando de desgarrar sus extremidades. Se mordió violentamente la lengua, al mismo tiempo sostuvo el anillo en su dedo medio; «juntos» el toque frío y el sabor a óxido en su lengua mantuvieron su razón, no era momento de llorar el paso de la primavera y la llegada del otoño.

Chu Huan metió la mano dentro de la ropa del traidor Huo Hui y lo registró de pies a cabeza.

Finalmente, sintió una curita detrás del tobillo de Huo Hui. Chu Huan entrecerraró los ojos y lo sacó con cautela; adjunto a la parte posterior de la tirita había un pequeño transmisor de señal.

Afortunadamente, dislocó las articulaciones de este tipo de antemano, de lo contrario, era posible que la señal hubiera sido enviada. El dispositivo anunciador era ligero como papel; en su estado cerrado, había una entrada para una contraseña de cuatro dígitos.

Sobre montañas y ríos (Of mountains and rivers - Shan He Biao Li - 山河表里)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora