imagines | lrh

53.2

Miraba con atención a la pantalla que anunciaba los vuelos próximos y lo que llegaban. El dia anterior, Luke mandó un mensaje avisando la hora en que se suponía que llegaría el avión pero ya estaba retrasado por un largo tiempo. Tendría que haber llegado temprano y en estos momentos estaríamos en casa junto a petunia, descansando pacíficamente. En el momento en que su vuelo apareció en la pantalla, corrí hacia la puerta que indicaba que saldrían los pasajeros. Usualmente no solía venir a buscarlo luego de algún viaje, siempre llegaba por su cuenta mientras yo lo esperaba tranquilamente pero en esta ocasión no podía esperar a más. 

¿Qué mejor idea que venir a buscarlo? 

Veía como todas las personas salían cargando sus maletas, algunas se reencontraban con sus familiares y otros simplemente se iban alejando. Pero no habia pista de cuatro chicos australianos más altos que los demás, menos de un rubio. 

Permanecí más tiempo hasta que estuve segura que no saldría. Intenté llamarlo a su celular pero ni siquiera entraba la llamada, ni a ninguno de los chicos. Comenzaba a sentirme ansiosa y la preocupación no hacía más que alterar mis nervios. Decidí salir del aeropuerto a paso veloz hasta llegar a mi auto. Tenía que haber alguna explicación para su retraso, para que no tuviera señal y no diera ninguna señal de vida.  Por supuesto que sí. Debía de tenerla o me volvería loca. 

Encendí la radio que la espera fuera más amena. No me iría hasta estar segura que Luke no saldría por esas puertas. Tal vez habia perdido su maleta o algo parecido. Habia sucedido una vez por lo que era demasiado probable. No fue hasta un par de horas después y mil intentos después por llamarle, que encendí el auto y me marché a casa. Puede que no me haya visto, ni yo a él, y en estos momentos encontrarse tirado sobre la alfombra acariciando a Petunia.

Mis esperanzas se esfumaron cuando Petunia vino corriendo hacia mi luego de abrir la puerta. Era obvio que no habia llegado, ella no se separaba por nada del mundo de él.

-Todavia no esta de regreso, hermosa -me agache para acariciar sus orejas- pero no sé donde está y eso me preocupa. 

La cargue con todas mis fuerzas hasta el sofá, donde la deje descansar mientras yo me acostaba a su lado. Tenía mi celular cerca, el teléfono fijo y por si acaso, mi computadora estaba sobre la mesa de centro. Solo tenía que ser paciente como en los meses pasados y cuando menos lo esperara, atravesaría esa puerta. 

Toda esa calma ya desapareció tan rápido como pretendía tenerla.

Sabía que usar internet cuando tienes miedo o estas nerviosa es uno de los peores errores que alguien puede cometer pero eso no me detuvo. Habia buscado información acerca de accidentes de avión o accidentes viales mientras me comía la caja de chocolates que le habia comprado a Luke. La ansiedad me hace comer demasiado. Ojala pudiera ser como petunia que se encuentra dormida en estos momentos. La información que encontraba no era tan mala pero eso no me hacía sentir mejor. Por mas mínimo porcentaje de que existiera de un accidente de avión, era una probabilidad. Cerré con furia la computadora y me dirigí a la cocina para prepararme un sándwich mientras marcaba a mi amigo más cercano de la universidad.

-¿Hola? 

-¿Que haces cuando extravias a una persona? -acomode el teléfono entre el oído y del hombro para poder abrir el tarro de mayonesa.

-¿Qué fue lo que hiciste ahora? 

-Yo no hice nada pero Luke no ha regresado. Ayer dijo que llegaría temprano. ¿Has visto qué hora es?  Esto no es precisamente temprano. 

-Tranquilizate, de seguro...

-¿Crees que le den buen mantenimiento a los aviones? -interrumpí sin poner atención a lo que decía- leí que es algo fundamental para evitar accidentes. ¿O que tal que el piloto es novato y no sabe cómo hacerlo?