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“Sabía que no tenía que haber aceptado. Simplemente, todo parecía tan sencillo. Las cosas estaban tan claras que creí que todo iría como agua en corriente. Nunca pensé que terminariamos por caer en una  dolorosa cascada. Me siento tonta con tan solo pensarlo y me enfurezco contigo por tan siquiera proponerlo. ¿Qué rayos estabas pensando?...

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—Estas demente —fue mi respuesta final—. Estás loco, Luke. ¿Cómo se te ocurrió eso?

—¿Acaso tienes una mejor idea? —me miró con reproche por el reflejo del espejo.

—Claro. Olvidarla, por ejemplo —escuché un bufido de su parte mientras tanto yo tomaba un mechón de su cabello entre mis dedos y lo elevaba para cortar unos centímetros—. Ya sabes, pasar de página. Lo que hace la gente normal cuando termina una relación.

—No estamos hablando de una relación cualquiera. Fueron diez años. ¡Diez! ¿Puedes entenderlo? —esta vez, giró su torso para mirarme directo a los ojos. Su rostro era la definición de la desesperación y del desamor—. Me niego a creer que estos diez años desaparezcan de la nada. No cuando ella y yo estamos destinados a estar juntos.

No pude evitar hacer una mueca.

—¿De verdad crees en esas cosas, Luke? ¿En el destino, las almas gemelas y toda esa mierda?

Luke titubeo un poco, pero se mantuvo firme a pesar del leve sonrojo que comenzaba a cubrir sus mejillas. Al final solo se hundió en hombros.

—Nos conocemos desde niños. Fuimos a la preparatoria juntos y ella estuvo ahí desde el comienzo de toda esta locura. Hemos estado juntos desde que tenemos quince…

—Pues ya no más—murmuré, pero decidió ignorarme.

—Hemos sobrevivido a las giras interminables sin que podamos estar juntos, largos periodos en que yo estoy en Los Ángeles y ella aquí, afrontamos los rumores que salían sobre mi y mil mierdas más. ¿Cómo es posible que solo por ausentarme un par de semanas para las presentaciones, ella tenga dudas sobre nosotros? O peor aún, ¿cómo es que ahora ella está con ese… ese sujeto?

Casi me rio por la rabieta que estaba haciendo por solo pensar en su ex con alguien más. Parecía un niño chiquito al que le acaban de negar comer la última galleta. Pero volviendo al tema serio, no sabía qué decirle. Bueno, realmente tenía algo que decir, pero no quería lastimarlo. El pobre lo estaba pasando bastante mal como para que contribuyera en su dolor.
Abrí mi boca, pero solo para volverla a cerrarla, incapaz de encontrar las palabras adecuadas.

—Solo suéltalo —me dijo serio.

—Bien, pero deja que haga mi trabajo o no van a pagarme y quizás me termines odiando por lo que te diré —lo tomé de los hombros y lo hice girar para regresarlo a su lugar. Él se acomodó mejor en la silla y yo continué cortando uno que otro mechón para emparejar todo su cabello—. Sinceramente, no es algo que surgió recientemente. Quizás ella planeaba terminar contigo desde antes, pero no encontraba el momento adecuado para hacerlo. No quería lastimarte, pero ya no lo soportó más y todo acabó en este desastre.

—Eso no suena ilógico, pero yo sé que debemos estar juntos. Algo dentro de mi me lo dice —rodé los ojos—. Puedes hacer las muecas que quieras, pero no lo entiendes. ¿Alguna vez te has enamorado? Enamorado de verdad. No solo atracción, si no que realmente sientes que no puedes vivir sin esa persona y harías cualquier cosa por su felicidad. Lo que sea, porque se convierte en tu mayor prioridad.

Me quedé callada. ¿Realmente había estado enamorada? No lo sabía con certeza. Mi última relación había terminado conmigo empacando mis maletas para venirme con los chicos al otro lado del mundo.

imagines | lrhWhere stories live. Discover now