133

1.3K 109 54
                                    

❤️

—¿Me podría dar otros cinco minutos? Estoy esperando a alguien.

El mesero miró el asiento vació al otro lado de la mesa, y después regresó vista a mí. A pesar de no decir nada, podia ver en su rostro la pena que comenzaba a sentir por mí. Eso hizo que me encogiera en mi lugar y deseara que me dejara sola pronto.

—¿Me puede dar más agua? —le pedí, casi suplicando para que se marchara—. ¿Por favor?

Él se limitó a suspirar, asintió y se llevó el vaso para rellenar por quinta vez. Estoy segura de que si seguía así, no tardarían de correrme del restaurant por solo beber agua.

Luego de asegurarme de que el mesero se dirigiera a la cocina, estiré mi cuello y trate de ver por encima de las demás mesas hacia la entrada en busca del chico con el que había quedado para una segunda cita.

No estaba por ningún lado. Solo podia ver a personas formadas a la espera de que se librara una mesa. Incluso una señora, cansada de no disfrutar de una buena velada, se puso a discutir con la hostess.

Tomé mi celular y abrí la última conversación con mi cita. Tampoco me había mandado algún mensaje excusándose por su enorme retraso. Durante la última hora le había mandado cientos de mensaje preguntando por 'el, pero ninguno parecía llegar a su destino. Volví a intentarlo. El resultado fue el mismo. Nada.

—Disculpe —escuché al mesero hablar. No supe en qué momento regresó, y mucho menos cuando colocó el vaso sobre la mesa—, el gerente del restaurant me ha dicho que si no consume algo más, deberá abandonar el lugar. Lo siento, pero estamos llenos y hay más personas que esperan tener una mesa y cenar aquí.

—Si, por supuesto —contesté, entiendo a que se refería—. Tienen razón, yo solo...

Me quedé en silenció y volví a observar a mi alrededor. Estaba en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Había batallado días enteros por una reservación. No la conseguí a la primera, pero luego de la cancelación por parte de otros clientes, tuve suerte de que me la cedieran.

Me esforcé por encontrar un lindo vestido que usar para la ocasión, y no mencionemos el maquillaje. No podia creer que todo mi esfuerzo se iba a desperdiciar por un chico que me bloqueó luego de una primera cita.

Él no lo merecía.

Pero yo sí.

—Mesero —llamé de vuelta al mismo joven—. ¿Puede darme la carta, por favor? He decidido que si ordenaré algo.

Quince minutos más tarde, tomé un trozo de pan de cortesía en lo que esperaba la llegada de mi comida. Lo mordisqueé un poco y observé las personas de las mesas cercanas. En todas ellas había parejas enamoradas o uno que otro grupo de amigos, todas dignas de las imágenes que a veces me encuentro en Instagram o Pinterest. Incluso ubique a un par de ancianos intercambiando la comida en una de las mesas del fondo. Se veían sumamente adorables, y a juzgar por la imagen que daban, estaban completamente felices. Solo por parejas así seguía creyendo en el amor, pero ahora consideraba que no estaba hecho para mi.

Ese pensamiento me hizo dar un suspiro profundo que llegó hasta la mesa de al lado.

—Eso no se escuchó bien.

Me espanté un poco por escuchar una voz masculina muy cerca de mi. Giré mi cabeza y me encontré con un chico rubio mirándome. Él estaba sentado en la mesa siguiente, separado por un escaso metro, lo suficiente para que los meseros pudieran caminar llevando bandejas repletas de comida. Solo él, sin compañía alguna. Se veía tan solitario como yo también debía de lucir.

imagines | lrhWhere stories live. Discover now