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Tomé el labial rojo y comencé a pintar mis labios con sumo cuidado. Estaba tan cerca del espejo que podía rozar mi nariz contra el frio material y empañarlo, tuve que retirarme un poco para poder terminar. Luego pasé a tomar el delineador y retoqué el maquillaje que ya tenía. Quería que quedara todo perfecto, así que me tomé el tiempo de revisar cada milímetro.

Estando a punto de salir del baño, escuche unos golpeteos de la puerta.

-¿Ya casi terminas? -escuché la voz de Mara amortiguada por la puerta-. Sé que quieres hacer esperar a Luke, pero esto es ridículo. Ya me quiero ir.

-Espera un momento -contesté, alzando la voz para que pudiera escucharme-. Ya casi estoy lista.

Busqué entre el maquillaje la cintilla negra que fungiría como collar y la até a alrededor de mi cuello. Por último, esparcí un poco de perfume sobre mí y salí del baño.

-¿Qué tal? -pregunté hacia Mara, atrayendo su atención del celular.

Ella portaba un disfraz de un jugador de béisbol, con algunos agujeros y partes rasgadas para aparentar ser un zombi junto con el maquillaje. En el momento en que salí, masticaba un chicle, y por la sorpresa al verme, infló una bomba hasta hacerla reventar.

-Wow -me analizó completa-. Si Luke no intenta algo esta noche, lo haré yo. Primer aviso.

-No es muy obvio ¿Cierto? -me acerqué al espejo de cuerpo completo en la otra esquina de la habitación. Al estar frente a el, di vueltas para ver mejor el disfraz-. ¿O sí?

-Has sido bastante obvia desde que lo conoces. ¿De qué te preocupas ahora? Vámonos ya o nos perderemos todo.

Cuando Mara salió de mi habitación, volví a centrar mi atención en el disfraz. Tenía razón, no debía de preocuparme. En algún momento Luke había mencionado que se disfrazaría de calavera, por lo que yo, muy sutilmente, lo convencí de caracterizarse como Puro Hueso de The Grim Adventures of Billy & Mandy, para que yo, casualmente, pudiera disfrazarme como Malaria, el interés romántico de la calaca.

No era tan complejo como los disfraces que Mike y Crystal solían usar, pero encontrar un vestido a mi talla, similar al de la caricatura, no había sido una tarea fácil. Lo demás consistía en unos guantes largos y altas botas cubriendo mis piernas.

Un grito de Mara me hizo reaccionar para buscar mi celular y llaves. Como no quise arruinar el disfraz con algo más, no llevé ni bolso ni abrigo, pidiéndole al cielo que la noche no fuera tan fría como para morir congelada. Tuve que meter mi celular a un costado de mis pechos al no tener lugar donde guardarlo. Salí deprisa hacia el auto de la chica, y partimos hacia la fiesta en casa del rubio.

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-¡Eres un idiota! -el chillido de Mara se escuchó a pesar del volumen de la música- ¡Calum!

El moreno, disfrazado de un jugador de futbol y quien había echado cubos de hielo a la ropa de mi amiga, salió corriendo con la chica detrás de él. Los demás reímos mientras los veníamos perseguirse por la casa hasta perderse entre la multitud de la gente. La risa no hizo tanto efecto en mí, al recordar que estaba sola.

Al llegar a la abarrotada casa de Luke, Calum dijo que había tenido que salir junto con Ashton, para comprar más bebidas, hielo y botanas. Ahora solo me encontraba con Michael y Cristal disfrazados de personajes de anime que no reconocí. Ellos se enfrascaron en una conversación donde intentaron incluirme, pero preferí merodear por la casa a la espera de Luke. El lugar estaba por reventar y era difícil abrirse paso entre la gente, por lo que preferí salir al jardín.