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—¡Sonríe!

Abrí la cámara frontal de mi celular y me acerqué a Luke para tomar una fotografía juntos. El rubio sonrió como le indiqué, pero no apartó la vista de la carretera.

—Deja de hacer eso, me distraes.

—¿Hacer qué? —pregunté a pesar de saber de lo que hablaba— ¿Esto? —tomé otra fotografía— ¿O esto?

Aún con el cinturón de seguridad puesto, estiré mi cuerpo lo más que pude para alcanzar su mejilla y dejar varios besos en ella. Tenía la barba crecida de unos cuantos días, por lo que me reí por la comezón que me provocaba.

—Si morimos, será tu culpa.

—De acuerdo —me alejé con falsa indignación. Me acomodé a mí siento y giré hacia la ventana—. Perdón por molestarte con mis besos.

Sabía que tenía razón y no debía de molestarlo mientras conducía, pero hacer drama de vez en cuando no hacía daño. Sabiendo que estaba bromeando, Luke colocó su mano sobre mi pierna y comenzó a dar pequeñas caricias con el pulgar. Casi a mediatamente, puse la mía encima.

—¿Sabes qué nos haría ver más cool?

No esperé a que contestara y oprimí el botón para guardar la capota en el maletero. Me gustaba sentir el aire contra el rostro y que mi cabello se despeinara. Era una extraña sensación de libertad por unos instantes mientras íbamos en carretera. Aún era demasiado temprano para sentir los rayos de sol con demasiada fuerza y pudiera quemar nuestra piel, por lo que era el  momento perfecto para quitar la capota. 

No estaba muy segura de hacia donde nos dirigíamos, el encargado de ello era Luke y su magnífico celular con GPS. Solo recordaba que Michael y Crystal habían rentado una clase casa en medio del desierto y nos habían invitado a pasar el día con ellos.  Quedaba un poco apartado de la ciudad y el camino era demasiado confuso, pero gracias que existía la tecnología para ayudarnos. 

Mi función como copiloto no iba más allá de seleccionar las canciones,  algunas no eran del agrado de Luke, pero aun así las cantaba conmigo, ir en busca de alimentos cada vez que nos deteníamos en alguna gasolinera o tomar fotografías para los recuerdos. 

—¿Puedes ver cuanto falta para la desviación? —lo escuché preguntar mientras revisaba las fotos anteriores.

—Claro. 

Dejé lo que estaba haciendo para tomar su celular del soporte del tablero.  Salí de la pantalla  del reproductor de música y me dirigí a la aplicación del GPS. De acuerdo con la imagen, no faltaba demasiado aunque aún quedaba camino por recorrer. Le indiqué que debamos girar en la siguiente desviación, no había pierde. Cuando estuve a punto de dejarlo en su lugar, la notificación de poca batería apareció en el centro de la pantalla. 

—Oh, oh. No le queda mucha batería. ¿Dónde está tu cargador? 

—Uhm —pude ver como fruncía el ceño sobre las gafas de sol—. Debería estar en la guantera. 

Rodé los ojos y comencé a buscar. Últimamente Luke siempre traía su celular con lo  mínimo de batería y tenía que mantenerlo conectado más tiempo de lo normal. Luego de remover las pocas cosas de la guantera, concluí que ahí no había  ningún cargador. 

—Creo que lo dejé en casa. Demonios —golpeteó el volante con sus pulgares mientras pensaba en una solución — Podemos usar el tuyo. 

—No creo que eso sea posible —lo miré por el rabillo del ojos—. Desinstalé la aplicación porque ya no tenía espacio en mi celular para más fotos. ¿Que puedo decir? Sabes que me gusta tomar foto de todo.

imagines | lrhWhere stories live. Discover now