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✨2021✨

Tomé uno de los cientos de vasos rojos que estaban sobre la mesa. Le di un pequeño sorbo mientras miraba a mi alrededor. La casa estaba a punto de explotar de tanta gente que habia asistido. Ya habia presenciado estas fiestas desde el otro lado de la calle pero nunca pareció que atrajeran a demasiadas personas. Esto era casi una locura. 

Mientras me dirigía hacia las escaleras, pude escuchar gritos provenientes de la alberca y apenas un segundo después, el sonido del chapuzón de varias personas. Subí los escalones tratando de esquivar a todos y llegué a la pequeña terraza que daba justamente al patio trasero. En una esquina alejada pude ver a mi hermana platicando con personas que seguramente acababa de conocer. A juzgar por su actuar, pude asegurar que tenia mas de un par de vasos de alcohol en su sistema. Eso fue un recordatorio para tener mayor calma con mi bebida. Apoyé ambas manos sobre el barandal y me dediqué solo a observar. 

-¿La fiesta es tan aburrida como para preferir estar aquí sola? -me sobresalté al escuchar una voz a mis espaldas- Lo siento, no quería asustarte. 

 -¡Oh, diablos! -llevé mi mano hacia mi pecho que subía y baja con rapidez- ¿Acaso no te enseñaron a tocar? 

-En serio lo siento. Solo que al estar en mi casa no lo creí necesario. 

-Oh -dije un poco avergonzada antes de girar a verlo. 

Me encontré con un chico rubio demasiado alto sosteniendo una botella de cerveza en su mano. Al ver que no decía nada mas, decidió acercarse hasta el barandal y apoyarse en el de la misma manera que yo. Era extraño solo estar con él ya que ni lo conocía pero tampoco quería ser grosera e irme solo por su presencia. Además, la terraza tenia una linda vista de la ciudad y si a él no le molestaba, quería seguir contemplándola. 

-Lo siento -dije luego de un largo silencio- es solo que no quería venir y fungir como niñera de mi hermana. 

-¿Tu hermana? -asentí al tomar un poco de mi bebida para luego señalar donde estaba- ¡Oh, yo la conozco! Ella y su esposo viven en la casa del frente...

-Ex-esposo -corregí- pensó que seria buena idea venir a distraerse pero lo único que hará es embriagarse y yo tendré que llevarla de nuevo a casa. 

-Eso no suena como un buen plan de fin de año -hice un ruido dándole la razón-. Tienes suerte de haberme encontrado. Estoy seguro que puedo hacer tu noche mejor. 

-¿Ah si? -lo miré con ambas cejas levantadas- No, gracias. Prefiero quedarme aquí. 

-Oh, por favor -me golpeó con su cadera provocando una leve risa de mi parte-. No te arrepentirás. Lo prometo.

El chico rubio extendió su mano hacia mi esperando a que la aceptara. Mi mirada viajó desde sus azules y brillantes ojos hasta su extremidad pensando en que era lo que iba a hacer. Encontrarme con un chico lindo, poder mantener la conversación y él siga interesado en mi, sumando el hecho de que prácticamente me está invitando a pasar el resto de la noche juntos era un gran golpe de buena suerte, pero extremadamente sospechoso. 

-¿Que dices, chica del balcón?  -me mostró una encantadora sonrisa- Aun tenemos tiempo para divertirnos. 

Habia algo en él, tal vez en la forma de hablar con tanta confianza, que me hizo aceptar su mano y dejarme arrastrar hacia el interior de la casa. Usualmente el inicio de todas las conversaciones eran incomodas porque yo no sabia que decir, pero esa etapa duró solo unos segundos ya que al poco tiempo me encontraba riendo a carcajadas de todo lo que decía. Incluso llegué a olvidarme de la existencia de mi hermana, pasamos varios minutos buscándola y mi alma descansó en el momento en que la vi bailando con un grupo de chicas. Para ese momento, creí que él rubio se despediría de mi, pero aún insistía en permanecer a mi lado. La verdad, no podía negarlo, yo también quería seguir con él.

Todo era exactamente igual a cualquier otra fiesta, pero con tan solo su presencia todo parecía mas interesante que antes. Caminamos cerca de la pista que habían montado para bailar y el rubio comenzó a insistir de unirnos con los demás. Por más que trate de rechazar la oferta, termine bailando junto a él en centro de todos. Al principio estábamos separados por la distancia de un brazo, hasta que tomó mi mano y comenzamos a dar vueltas tratando de seguir el ritmo de la música. 

En una de las vueltas, terminé de chocar contra su pecho. Nuestras risas de escucharon amortiguadas por lo alto de la música, pero ambas callaron cuando notamos lo cerca que nos encontrábamos. El ritmo de la música cambió a uno mas lento y el chico bajó ambas manos a mi cintura. Por inercia acomodé las mías alrededor de su cuello. A pesar de la escasa luz, sus ojos resaltaban atrapándome por completo. ¿Acaso no era una locura? Lo conocía de un par de horas, pero sentía que ya era una eternidad. Podía casi asegurar que algo parecido sucedía con él, ya que no apartó su mirada de mi por ningún instante. 

Estábamos tan concentrados en el otro que casi no nos percatamos de los gritos a nuestro alrededor. 

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Cuando todos los demás gritaron eufóricos por la bienvenida al año nuevo, yo sentí como sujetaba mis mejillas para luego estampar sus labios contra los míos. En mi mente parecía reproducirse en cámara lenta. Aprovechando que mis manos ya estaban en su cuello, lo atraje aún más provocando que su agarre se aferrara más a mi cintura.

Mientras continuabamos, recordé la vez en que mi hermana me dijo que el beso de año nuevo atraía amor y suerte para los siguientes meses. Ahora este era mi ritual favorito.

No supe cuánto tiempo pasó para separarnos, pero solo fue cosa de unos centímetros.

-Feliz año nuevo -susurró.

-Un muy buen felíz año nuevo.

Ambos soltamos risas nerviosas antes de aproximarnos para un segundo beso. Antes de poder culminarlo, sentí como alguien jalaba de mi ropa pidiendo mi atención. Gruñí internamente antes de girar y encontrarme con un chico que no conocía.

-¿Ella es tu hermana? -señaló a sus espaldas.

Ella se encontraba con la cabeza metida en una maceta vomitando.

En estos momentos quisiera decir que no.

-Lo es -admití. Regresé con el dueño de la casa completamente apenada- yo...creo que ha tenido bastante diversión. La llevaré a casa.

-Si, claro. Espero que...

Los gritos de mi hermana llamándome interrumpieron al chico e hicieron que apresurara mi paso hacia ella. A medio camino me detuve  y regresé con el rubio para proporcionarle un rápido y segundo beso.

-Soy Luke, por cierto -de nuevo apareció su encantadora sonrisa-. ¿Cuál es tu nombre?

-Tendras que averiguarlo -guiñe el ojo- ya sabes dónde encontrarme.

Esperaba que con eso entendiera que podría buscarme en casa de mi hermana. Dejé a Luke en la pista para hacia ella y ayudarla a ponerse de pie.

-Lamento haberte arrastrado a esta fiesta...-dijo con dificultad cuando salimos de la casa.

-Si, descuida. Fue entretenido.

Al menos, el año nuevo había iniciado bien.

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