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✨2022✨

—¡Feliz año nuevo!

Apenas escuché las campanadas de la media noche y comencé a comer las uvas que tenía en m recipiente. Todos los demás en la mesa hicieron lo mismo, desde los más grandes a los más pequeños. Sentía que en algún momento podia atragantarme y morir, pero no me arriesgaría a que ninguno de mis deseos no se hiciera realidad.

Miré a mi lado y Luke solo llevaba un cuarto de uvas. Masticaba lentamente, queriendo disfrutar del dulce sabor del pequeño fruto verde. Lo golpee en el brazo y le hice señan para que se apresurara.

—¿Qué? —arrugó la frente.

Tuve que masticar todo lo que tenía en mi boca antes de contestar.

—Tienes que comerlas más rápido, Luke. Así no funciona y tus deseos no se harán realidad.

—No sé ni siquiera lo que estoy pidiendo —metió una su boca—. ¿Por qué hacerlo rápido?

—Para mayor emoción.

Comí las ultimas que me quedaban. Ahora que lo pensaba mejor, ya no recordaba las cosas que había deseado para este año. Todo era tan veloz, que apenas podia pensar en algo. Estaba segura que entre mis deseos estaban salud y felicidad, pero lo demás, es muy borroso. No fui la única que terminó, entre algunos primos se levantaron y fueron directo a la puerta, para tomar las maletas puestas a un lado y salir corriendo de la casa. Luke miraba curioso lo que estaba haciendo mi familia mientras masticaba las uvas con tranquilidad.

—¿A dónde fueron? —se refirió a la salida de mis primos—. Pensé que también pasarían aquí la noche.

—Ellos volverán pronto. La cuadra no es tan grande y solo le darán una vuelta.

—¿Qué? ¿Para qué?

—¡Para viajar! —exclamé con emoción—. Tienes que correr una vuelta alrededor de toda la cuadra cargando una maleta. Atraes la suerte para poder viajar todo lo que quieras.

Luke se quedó en silencio como si estuviera procesando lo que acababa de decir. Parecía un pequeño bebé descubriendo un mundo desconocido. Miraba atento a su alrededor mientras la emoción del año nuevo seguía.

Para este año, pensamos que sería buena idea de celebrarlo con mi familia, así también podría conocerlos un poco más. No pensamos que la forma de celebración fuera distinta, o al menos, nunca me detuve a pensar que Luke no conocía sobre los famosos rituales de año nuevo.

—Eso no tiene sentido.

—No debe de tener sentido, solo debes creer en ellos.

—Y entonces, dime por qué...

La voz de mi madre lo interrumpió. Quería que alguien le ayudará a llevar una cubeta llena de agua a la entrada y Luke se ofreció en hacerlo. Luego, en lugar de regresar a la mesa, se quedó charlando con mi madre mientras ella se dedicaba a arrojar agua hacia la calle y a barrer hacia afuera.

La conversación quedó a medias cuando volvió a arrojar agua sin saber que mis primos venían de regreso. Uno de ellos quedó empapado con todo y maleta. Mamá le entregó la escoba a Luke y me pidió que continuará hasta vaciar la cubeta. Él me miró son saber que hacer.

—Aun te falta mucho por aprender —le dije cuando estuve cerca.

Mientras lo demás estaban ocupado en lo suyo, yo ayude a Luke hasta terminar. Justo cuando íbamos de vuelta, mi padre y los niños salieron al jardín cargando al viejo.

—¡Oh por dios! Esto te va a encantar —lo tomé de la mano y seguimos al resto de la familia.

Antes de que comenzara, Luke regresó por las uvas que le faltaban comer. Yo fuí por otro lado y busqué papel y una pluma para los dos. Al encontrarnos de nuevo, le entregué uno de cada uno.

—Tienes que escribir todo lo malo de este año.

—¿Que vas a hacer con esto? —buscó un lugar libre para apoyarse, pero al no encontrar, lo hizo sobre la pared.

—¿Ves ese muñeco? Volteó— hacia la dirección Indicada. En medio del jardín, habían colocado al muñeco del año viejo— Representa al año viejo. Está hecho de cartón y otras cosas, pero antes de quemarlo, ponemos todo lo malo que no queremos que se repita.

—¿Quemarlo? ¿Eso no es peligroso?

En términos generales, si. Tal vez si, pero no sé lo diría.

—Tranquilo, Luke. Lo hacemos todos los años. ¿Terminaste?

Me entregó el papelito y yo lo doble antes de meterlo al muñeco. Mi padre lo encendió, y los pocos minutos ya estaba consumiendo se entre las llamas.

—¿Te has divertido? —pregunté, con mi cabeza apoyada en su hombro.

—Tengo que admitir que esto es extraño, nunca lo había hecho o visto que se hicieran todas esas cosas. Pero es divertido —comió otra uva—. Quizás intente algo de esto en el siguiente año.

Nos quedamos observando al muñeco arder hasta que Luke por fin terminó de comer las uvas. Teníamos todo un año para poder mejorar eso.

imagines | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora