Justo cuando a emitir una palabra, el timbre empieza sonar de manera repetitiva, haciendo que frunza bastante el ceño ¿Quién puede ser? Si yo no espero a nadie.

- ¿Esperas a alguien? – cuestiona curioso Cayden.

Niego con mi cabeza, la única persona que puede entrar al departamento es James, por ende, él tiene sus llaves, hasta la propia Lee también, así que ningún debe de estar contando el timbre para abrirles.

-No lo sé, pero está muy interesado en entrar – el timbre seguía sonando de manera fastidiosa, hago una mueca con mis labios, mientras observo a Cayden.

Me bajo del regazo de Cayden para buscar una blusa, debido a que la prenda anterior paso a mejor vida, gracias a él, me volteo para ir a mis gavetas para sacar la primera que veo, decido no ponerme sostén alguno debido a que me siento más cómoda sin él.

Salgo de mi habitación, sin notar como estoy luego de una sesión de besos intensas y casi sexo alocado, caminando tranquilamente, el timbre no para de sonar.

- ¡Ya voy! – grito, molesta.

Cuando llego a la puerta, proceso a abrirla, me llevo una desagradable sorpresa, miro a la persona que se encuentra del otro frunciendo el ceño y sin comprender que hacía aquí.

- ¿Qué haces aquí? – espeto, molesta.

Noto como hace una mueca con sus labios, para luego pasar sus manos por su cabello.

-Quería ver cómo te encontrabas – me comenta como si nada.

Suelto una risita por lo bajo, sin poder creer que me esté diciendo aquello.

- ¿Hablas en serio? Porque vaya sin duda alguna decir mentira es lo tuyo – le recuerdo.

La persona que está frente a mi frunce aún más el ceño.

- ¿En qué momento te mentí? – cuestiona de manera molesta.

Justo cuando iba a responder, la voz de Cayden se hace presente a mis espaldas, me volteo para verlo, él se encuentra sin camisa, su pantalón de vestir está desabrochado, no pude evitar sonrojarme.

La persona con la cual estaba hablando entra bruscamente al departamento, mira a Cayden sorpresivamente.

-Mira con la moral que hablas de mentir, resulta que te follas a Cayden Hoffman –  lo mira de manera molesta, luego pasa a mirarme a mí.

Lo que faltaba, un drama más a mí.

-Zeth Darling que gusto me da verte – lo saluda Cayden captando su atención.

Él solo sonríe mirando a Zeth, en estos momentos deseo que la tierra me tragara y me escupiera en la china, porque ya estoy cansada de tanto drama.

- ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué haces tú con Venus? – cuestiona un Zeth molesto.

Me rio fuertemente, odio la hipocresía con la que Zeth venía a preguntar qué pasaba, cuando él no tenía derecho alguno para hacerlo.

-¿Con qué derecho vienes tú a preguntar eso? – reclamo molesto - ¡Tú me ignoraste, me hiciste a un lado! No puedes venir como si nada.

Él me mira ahora a mí, estaba molesta y tenía muchas ganas de llorar.

-Tuve una semana encerrada en ese departamento junto contigo y Robert, ambos me ignoraron y me sacaron de sus vidas cruelmente – le recuerdo – Tú estuviste follándote a tu prima, con la cual te vas a casar también.

Recordar aquello me molesta demasiado, porque me sentí tan idiota al pensar que todo podía ser diferente.

- Así que nos vengas a reclamarme si decido follarme a Cayden eres un hipócrita Zeth Darling – espeto.

Él intenta acercarse a mí, pero le hago una seña con mi mano para que no lo haga.

-Venus, todo tienes una explicación, tú nos importa a mí y a Robert – me dice – Los bebes también nos importan.

Niego con mi cabeza.

-Podrán ser los posibles padres o lo que sea, pero ustedes nos han estado haciendo daño y mucho por si no se habían percatado – comento.

De pronto siento un fuerte dolor en mi cabeza, haciendo que lleve mi mano a la cabeza, pero de pronto también siento lo mismo en mi vientre, la respiración se me está entrecortando. Noto la mirada de Cayden y Zeth sobre mí, no me estoy sintiendo bien en estos momentos.

- ¿Estás bien? – pregunta Cayden.

Cuando quiero hablarle, los dolores nuevamente aparecen, pero más fuerte, haciendo que suelte un gemido de dolor, llevo mis dos manos a mi vientre, no pueden ser contracciones, aún falta para que nazcan mis bebes.

Mi tensión se está subiendo, pero esta vez es más fuerte todos los síntomas, se me está dificultando respirar, siento sudor frío, recorrer por mi espalda o cualquier extremidad de mi cuerpo.

La vista me está empezando a fallar, veo a los hombres que tengo delante de mí de manera borrosa, el miedo se empieza apoderar de mí por qué recuerdo las palabras que dijo el doctor, si un nuevo ataque se hacía presente.

-La tensión – es todo lo que logro decir.

De pronto siento como mi cuerpo se desvanece haciendo que todo se vuelva negro para mí, a lo lejos escucho unas voces, pero yo solo quería cerrar mis ojos para que todo dolor se fuera de mí.  

  

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dulce error #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora