Dulce error #1.

VENUS✅.

Capítulo 01.

Febrero 27 2019:

El sol ilumina mi rostro haciendo que frunza mi ceño, no podía seguir durmiendo con esa luz que entra por el ventanal, pero ahora que recuerdo no había dejado las cortinas abiertas, poco a poco voy abriendo mis ojos, noto que hay figura humana frente a mí.

Cuando por fin veo quien está parado frente a mí, sonrió un poco forzado, porque sé lo que va a pasar a continuación y no es para nada divertido empezar un día así.

-Comisionado James Collingwood, que sorpresa – saludo en un tono alegre, fingido.

Desde donde estoy acostada en mi cama lo veo frunciendo su ceño, su postura es seria y firme, sus brazos están cruzados por encima de su pecho, puedo notar que lleva su respectivo traje como siempre.

-Venus, ¿Qué te he dicho de llamarme así? – cuestiona con un eje de mal humor.

Ahora me acomodo mejor en mi cama, mejor dicho, me siento en ella y lo miro con una sonrisa fingida como mejor me sale.

- ¿Qué te he dicho de correr mis cortinas mientras duermo? – le pregunto.

Veo como James suelta un suspiro y descruza sus brazos, ya no está serio, ahora opta por una actitud neutral.

-Volviste a llegar tarde anoche – reprocha – Creo que ya hemos hablado de esto Venus Débora.

Arrugo la nariz al oír mi segundo nombre, Débora, que sin duda es horrible.

-No sé qué pensaron tú y la señora Twon al ponerme ese nombre, sinceramente James pensé que tenías mejores gustos – cuestiono.

Él niega con la cabeza.

-Venus deja de cambiar el tema, te he dicho que mientras vivas conmigo tendrás que respectar mis reglas y una de ellas es que después de la media noche nadie entra a la casa – me recuerda a modo de regaño- ¿O es que quieres que te mande a vivir con Bárbara? – pregunta seriamente.

Miro a papa seria, si es el comisionado James Collingwood de New York, hombre rubio, de ojos grises, contextura gruesa, piel blanca, con una estatura estándar de un metro sesenta y con 50 años de edad encima. Sin duda mi padre es un sugar daddy para cualquier joven adulta que quiera una, pero no, él es mío, no lo comparto con nadie.

-Sabes que España me trae bastantes malos recuerdos, en cambio, New York es donde todo lo bueno me pasa – comento.

James toma asiento en la esquina de mi cama y se queda mirando el ventanal de mi habitación.

-Sé que no te gusta vivir con tu madre por el hecho de que ella te reemplazo con dos hijos, también sé que odias que nunca pudimos vivir juntos los tres, pero Venus siento que a veces no te gusta obedecerme, sé que estás en una faceta de chica rebelde, pero lo único que te pido es que – no dejo que termine de hablar.

-De mantener una apariencia ante la sociedad y no salir en los diarios o portales webs de noticias con escándalos – respondo por él.

Me sé su discurso de memoria de todas las veces que me lo ha dicho, él me ha estado cuidando desde que tengo uso de razón, muy poco he visto a mi madre.

Quizás cinco o seis veces durante toda mi vida y de esas veces dos intente vivir con ella, pero me resulto imposible, en aquel entonces tenía como diez u once años y ya a esa edad sabía que no podía dejar a mi papá solo por más que odie que me regañe.

Desde aquel entonces nunca más supe de Bárbara Twon, ella no volvió a New York y yo nunca volví a España desde que era una pubertad, ni siquiera me dedico a buscar en internet sobre su vida porque si ella no muestra interés por mí, yo mucho menos lo haré por ella.