ZETH✅.

8.4K 573 47
                                    

Capítulo 18.

19 de mayo 2019:

Observo ese bendito arete de diamantes que tengo guardado desde marzo, aún seguía sin poder recordar quien es la dueña. No comprendo porque mi mente está empeñada es tener bloqueado un recuerdo de aquella noche donde al otro día desperté solo en una cama de un hotel que no recordaba haber ido hasta allá.

Aunque ahora si uso un poco de mi lógica o razonamiento, todo puede indicar que esa noche allá sido donde Venus quedo embarazada, fui hasta donde estaban ella y Robert, pero no recuerdo que paso más de ahí ni siquiera recordaba haber ido hasta ahí ¿Sera alguna clase de señal? ¿O es que la vida se está burlando de mí?

Realmente no lo sé, la última vez que me había pasado una situación tan extraña como esta, fue hace cinco años cuando Pamela me dejo porque se había aburrido de mí. Ese día había decidido irme a un bar muy transcurrido aquí en New York, tengo muy vagos recuerdo de aquel día, creo que perdí el total conocimiento aquella noche o quizás no quiero recordar lo que paso esa noche.

Excepto por un pequeño recuerdo que nunca ha dejado salir de mis pensamientos, una chica que se encontraba en aquel bar. Sus ojos de color gris que la hacían resaltar entre las demás y ni hablar de su color de cabello que era rosado, recuerdo bastante bien que su cabello es corto por los hombros.

La chica me hizo olvidar a Pamela, eso lo tengo bastante claro en mis recuerdos, me hizo desearla en cada momento que la follaba o quizás era mi despecho que me hacía actuar de dicha manera. Ahora que recuerdo, su nombre era Layla, un nombre poco común siendo sincero, lo último que supe de ella fue una nota que me dejo al siguiente día agradeciéndome por haberla follado.

No recuerdo que posiciones o que cosas hicimos, solo sé que mis sentimientos esa noche eran desearla como nunca antes había deseado a una mujer... Era como una atracción sexual irresistible, pero es una lástima que nunca la volví a ver o buscar porque se me hizo difícil recordar más allá de sus ojos, color de cabello y su nombre.

Suelto un suspiro, dejo de mirar el pendiente que tengo en mi mano para ver la hora en el reloj que está en mi mesa de noche, son las tres de la mañana. Nuevamente he perdido el sueño, últimamente he estado soñando cosas que me hacen sentir que son reales, como si las estuviera viviendo en carne propia en ese momento.

Estuve soñando con una mujer que no dejaba de besar mi cuello, recuerdo que en el sueño llevaba el mismo traje que use para esa fiesta de Fiorella Darling. Me desperté buscando el arete para ver si podía seguir recordando lo que estuve soñando, pero una misión imposible.

Me levanto de mi cama con el arete en mi mano, abro el cajón de mi mesita de noche y lo guardo allí. Algún día sabré quien es la dueña de aquel accesorio, suelto un suspiro resignado porque de verdad me gustaría saber que paso en dicha noche.

Salgo de mi habitación y camino para la cocina, aún vivo con mis padres, no me he querido independizar. A pesar de que tengo mi propio apartamento, el cual solo consiste en follar mujeres allá, de cierta forma me siento cómodo viviendo aun aquí o simplemente me gusta joderle la paciencia a mi madre que cada vez que me ve me recuerda que tengo un lugar propio para vivir.

Camino hacia la cocina, riéndome mentalmente de todas las veces que Fiorella me ha botado de la casa para que me vaya a vivir solo. Cuando estoy a punto de adentrarme a la cocina, me percato que en la sala de estar de la casa se encuentra Pamela, bebiendo una copa de vino y escuchando música.

Ella se encuentra de pies, frente al gran televisor que adorna la pared. Puedo observar que Pam solo lleva un camisón de seda y no carga sostén alguno, así que sus pezones se marcan notoriamente, puedo ver su figura debido a que el camisón le queda a justado.

Dulce error #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora