• CAPÍTULO 118 •

1.2K 96 71
                                    

Karol Sevilla

—¿Te amenazó? Porque si es así ahorita mismo voy a partirle su...—No dejé que Johan terminara, Y lo abracé, Hundiendo mi rostro en su pecho mientras mis lagrimas ardían—Ay Hermanita, Es un hijo de la chingada, No Merece tus lágrimas.

—Soy una estúpida.

—No lo eres cariño, No lo eres... ¿Qué te ha dicho?—No le contesté, Simplemente me le quedé abrazando.

[...]

Sábado por la tarde, Acababa de llegar de unas clases en la universidad, Ajá, Hoy nos habían citado para unas clases, Y ya estoy de vuelta en mi habitación haciendo mi maleta, Hoy iría a visitar a Fabián, Lo extraño mucho y necesito alejarme aunque sea un rato. Las chicas estaban de un lado para otro pues en unas horas comenzaría su dichosa fiesta y querían que todo saliera bien.

—¿A donde vas?—Valentina entró a mi habitación.

—Iré a ver a Fabián, Llegaré mañana en la noche.

—¿No te quedarás a la fiesta?—Negué—Bien, Salúdame a Fabián de mi parte ¿Vale?

—Si.

—Karol, Casi Ni has querido hablar de esto pero ¿Porqué terminaste con Ruggero? Se que ya me diste tu respuesta que él puede llegar a cometer muchas estupideces por amor pero, ¿Cómo le hiciste para que te dejase en paz? Ahora lo he estado viendo como en las viejas andas—De mujeriego. Suspiré.

—Es difícil de explicar—Le mentí diciéndole que le había puesto el cuerno, Pensé—El punto es que ya cada quien tomó su camino.

—No, Tú no lo has tomado. Tú sigues llorando por él y eso no me gusta—Tomó mi mano—Tú lo terminaste Karol, Y sí estoy consciente de que Ruggero es un idiota por lo que hizo anteriormente y no lo justifico pero, Si tú lo terminaste tienes que dejarlo ir.

—Es fácil decirlo Valentina, Pero Yo en verdad Amo a Ruggero, Eso no va a cambiar de la noche a la mañana, Y me está costando trabajo tratar de olvidarlo.

—Aunque sea haz el intento ¿Vale?—Asentí sonriéndole—Ven aquí, Dame un abrazo.

[...]

La gente ya había empezado a llegar, Y yo apenas había metido mi maleta al coche, Si no fuera por Valentina que me dijo "Solo una cerveza, Anda" pues he aquí, Tomándome la cerveza mientras que estoy sentada viéndolos bailar, Ajá, Mi amiga me había dejado aquí sentada por irse a bailar. Pero creo que ya es momento de irme si no quería llegar tan noche.

Tomé una cerveza de vidrio para el camino, Salí al patio, Habían varias personas entrando y algunas que estaban charlando aquí afuera. Hasta que mi mirada topó con Ruggero.

—¡Viniste!—Charlie corrió a sus brazos enrollando su cuello—Me hacías mucha falta.

—¿Cómo iba a perderme una fiesta que tú hiciste?

—Tal vez podemos subir a mi habitación...—Sus manos subieron más para tomarlo de sus rulos como yo antes lo hacía, y él, la dejó. Sentía que no podía moverme, Y sabía que Ruggero me estaba mirando, Lo se, Esto me duele mucho.

¡La besó! ¡La besó! ¡Joder! ¡La besó! ¡Frente a mi! ¡Se están besando! Mi corazón se encogió al instante y noté la mirada de Ruggero sobre la mía, Empezando a manosear a Charlie por todos lados, Ay no, Ay no.... Las lágrimas me caían como fuego, O por lo menos así se sentían.

—No veas—Alguien me tapó los ojos y me susurró al oído, Es Noah—Te llevo a tu coche—Sin más, Comenzó a guiarme hasta mi coche con los ojos aún tapados. No estaba haciendo berrinches ni pucheros, Simplemente estaba en shock mientras lloraba. Debo admitir que ha sido la cosa que más me ha dolido en esta vida—Voy a abrir la puerta, Te vas a subir y te llevaré a donde tú quieras ¿Vale? Pero tienes que prometerme que estarás bien—Asentí con la cabeza, Y fue lo que hizo. Me subió al asiento del copiloto, Me colocó el cinturón y se subió él. Arrancando el coche y yéndose—Tranquila—Me tomó de la mano pero yo aún estaba en estado de shock, Sin decir nada, Solamente sintiéndome destrozada por dentro—Te llevaré a mi departamento ¿Vale?

—No—Dije casi en un sollozo—Da la vuelta, Iré a otro sitio.

—Pues yo te dejo ahí, No me importa si tengo que conducir por horas ¿Vale?

—Está bien.

—Ey, Responde, No te me vayas a desmayar aquí o algo ¿Vale? Estas bien, No pasó nada, Esto era de esperarse y lo ha hecho para joderte. Y si no hubiera sido así no se te hubiera quedado mirando mientras hacía eso—Apretó mi mano—Tranquila, No le demos la satisfacción como te había dicho antes ¿Vale? Respira, Suelta el aire por la boca, Respira, Suéltalo, tranquila.

—Estoy tranquila—¡Estoy Que Me Lleva La Chingada! ¡La besó frente a mi! ¡Joder! ¡Es un idiota! ¡Un idiota que me quiere hacer daño y lo consiguió! ¡Aaaah! ¡Quiero Gritar! ¡Quiero aventarme en llanto! ¡Mierda!

—¿A donde te llevo? ¿A tu ciudad?

—No—Cambio de planes, No iría a ver a Fabián—Llévame a Saavedra Buenos Aires.

—¿Tienes parientes ahí?—Asentí—Creí que vivías en Floresta, No sabía que tenías parientes en el Norte de Buenos Aires.

—No es mi pariente. Es un Amigo.

[...]

Dos horas se hicieron de Camino, No dijimos nada en todo el transcurso y fue un total sufrimiento para mi. No dejaba de repetirse la escena en mi cabeza de aquel beso horrible, ¿A qué punto hemos llegado? ¿A lastimarnos mutuamente? Si esto me lo hubieran dicho cuando aún estábamos en el instituto, Me habría reído sin poder creérmelo.

—Según la dirección que me diste es aquí—Un edificio—¿Ya habías venido?—Negué con la cabeza a la vez que bajaba mi pequeña maleta—Parece un lugar seguro, Pero te dejaré en la puerta ¿Vale?

—Llévate mi coche de regreso para que no tomes el autobús, Muchas gracias por traerme, En serio, Eres un gran amigo—Lo abrasé, Y éste me lo correspondió al instante dejándome hundir mi cara en su cuello, Duele mucho, Duele demasiado, Pero no puedo hacer nada.

—No quiero verte mal, Me partes el alma. Te quiero mucho, Y aunque nos conocemos de muy poco en serio considero que eres como una hermanita Para mi. Eres una chica extraordinaria, Y ese bastardo no merece que le llores más—Me alejé Para verlo al rostro, Pasó su pulgar por mi cara para limpiarme las lagrimas y me sonrió—Vendré mañana por ti, ¿Okey? Y me vale Madre si no quieres venir conmigo, Porque te sacaré arrastras.

—Gracias—Sonreí triste—Hermanito.

—Ven, Vamos—Tomó mi maleta y nos dirigimos dentro del edificio de los departamentos. Subimos hasta el cuarto piso, Y según me indicaron era el número 106—Aquí es—Sequé mis lágrimas con mi sudadera, Y en un instante me abrieron la puerta.

—¿Karol? ¿Qué haces aquí?—Miró a Noah—¿Quién Es él? ¿Porqué estás llorando?—Me lancé a sus brazos sin poder detener mis lágrimas.

—¿Puedo quedarme por hoy, Michael?


...
Siempre leeo sus comentarios <3

Mabel Paz ✌️

¿Por qué Yo? #1 Where stories live. Discover now