• CAPÍTULO 90 •

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Para las cuatro de la tarde me encontraba en casa de nada más y nada menos que Candelaria, tan solo me desperté, tomé mis llaves y me vine a su casa.

¿El motivó? Necesito hablar con alguien, esto de mis sueños no es normal, y no pagaré un estúpido psicólogo para que me diga consejos. ¿Porqué Candelaria? Porque al final de cuentas, mis amigos son amigos de Karol, y a la única persona que en verdad le tuve algo de aprecio fue a Candelaria, ella era mi mejor amiga, y si era mi mejor amiga era por algo ¿No?

—Toma—Me extendió un vaso con leche y chocolate, llevo aquí desde hace cuatro horas, y me siento muy bien por haber expresado lo que sentía, literalmente le conté todo. Desde como conocí a Karol, hasta estos malditos sueños.

—Gracias—Tal vez hice mal en contarle todo, pero la conozco, la conozco desde hace mucho y se que no dirá nada—En verdad lo siento, se que no debía venir solo a contarte mis problemas pero tenía que sacarlo de una vez por todas.

—No hay problema—Se sienta a un lado mío—Cuando en verdad amas a alguien, vez todo de color rojo, y no me refiero a corazones y todo eso. Sino a que te pones alerta de todos los que te rodean, tal vez eso es lo que te pasa. Karol te ha dicho que si vuelves a golpear a alguien por ella, lo suyo se termina. ¿No? Pues tal vez tú deseas mucho golpear a ese tal Chucho, pero a la vez tienes miedo a que te deje.

—Y si es cierto, tengo miedo a que me deje. Por eso no le he puesto ningún Dedo encima.

—Y si lo hicieras ¿Cómo te sentirías?

—Sabiendo que está deforme y en el hospital, aparte que después de eso jamás se le acercaría a Karol, Creo que es la mejor solución que yo le encuentro.

—¡Hazlo!

—¡No puedo!—Hice pucheros—Joder, No puedo.

—¿Te doy mi punto de vista?—Asentí—Déjalo así cómo está, platícale lo de tus pesadillas y tal vez ella entenderá que no te gusta que se acerque a Chucho, si te quiere, lo hará.

—Yo...No se que decir... Tal vez tengas razón pero ¿Y si no lo hace?

—Ella te prohibió hablarle a Rosa.

—Rosa se me insinuaba.

—Todas se te insinúan, y no por eso les dejarás de hablar... Oh, Okey, Creo que ya entendí.

—¿Qué?

—¿Porqué no te haces amigo de ese chucho?—Fruncí el ceño—Tal vez él lo único que quiere es molestarte, tal vez y no le guste Karol. Si se hacen amigos, ya no tendrá razón para pegarse tanto a ella...

—¿Será?

Duramos otras dos horas hablando y hablando, pero ya eran las seis de la noche y la fiesta comenzaba a las ocho, tenía que estar en mi casa para cambiarme, aparte iría con los chicos para irnos juntos.

—¿Te veo en la fiesta?

—No estoy invitada—Sonrió—Pero jamás me las he perdido—Ríe—Aunque la rubia me caiga pésimo, tengo que admitir que siempre ha dado buenas fiestas desde que está en primaria.

—¿Estabas con ella?

—Ufff, He estado con Valentina, Karol y Agustín desde Kínder, pero jamás me he llevado con ellos. Más que con Agustín.

—Vaya, de lo que uno se viene enterando.

—Si...—Tomé mi chaqueta y me despedí para luego salir de la casa, pero Justo cuando crucé la puerta siento su mano en mi brazo.

—Ruggero.

—¿Si?—Me volteé para verla cara a cara.

—Tú...—Se aclara la garganta—Tú...

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