• CAPITULO 62 •

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Cuando sacamos el teléfono para llamarle a la policía, vimos que a lo lejos se acercaba un señor, o más bien la persona que nos había rentado la trajinera.

—La trajinera está lista desde hace minutos, si no la quieren mínimo díganle a su amiga que se baje.

Volteamos a su dirección y ¡Oh por Dios! ¡Ahí estaba Karol! ¡Sentada! ¡Con unas botellas de cerveza sobre la mesa!

Todos corrimos desesperados tras ella, pero fue la rubia quien se abalanzó a abrazarla.

—¡Karol! ¡Te hemos estado buscando por mucho tiempo! ¡¿Donde mierda te habías metido?!

—¡Si Karol! ¡Nos espantamos Horrible!—Agustín la abrazó también, aunque ella no se los devolvió porque estaba muy confundía, después ambos se apartaron y prácticamente me hundí en su cuello sin dejarla de abrazar.

—¡¿Yo?! ¡Ustedes! Los he estado esperando casi por media hora, ¡Se me perdieron! Solo he ido por unas cervezas que vendían aquí alado. Llevo aquí esperándolos por muchos minutos.

—No sabes cuánto me asustaste amor—Le susurré, y eso fue lo que hizo que me devolviera el abrazo. Pero no solo eso, depositó un beso sobre mi mejilla, y no pude evitar que mis ojos se cristalizaran—Si te me hubieras perdido de verdad, me muero.

—Pero no me perdí Amor—"Amor"—Estoy aquí, Y no fue para tanto, ni siquiera me alejé de donde compré las papas fritas.

—¡Mierda Karol! ¡Casi nos da un infarto! ¡Íbamos a hablarle a la policía!—Le grita Agustín, así que me separo de ella para enfrentarlo y hacer que se callara, pero no pude al ver que también sus ojos estaban cristalizados, y ni hablar de la rubia quien tenía el rostro completamente rojo con sus labios hinchados—No vuelvas a hacerlo Karol.

—No, Nos has dado un espanto horrible.

—Lo lamento... No fue mi intención.

—Sabemos que no fue tu intención, pero...—A Valentina se le cortó la voz—Ven para acá—Se paró de la silla para darle un fuerte abrazo, esos que se ven que son con toda la sinceridad.

...

—Bueno, Bueno, Bueno, creo que ya estamos bien ¿no?—Minutos habían pasado en recuperarnos, pero el señor que nos iba a llevar aún no comenzaba a andar.

—¿Qué estamos esperando, Disculpe?—Le dije.

—Otros chicos han rentado también la trajinera, así que tendrán que compartirla. No se preocupe joven, se le regresará la mitad de la renta, ese sería el costo de compartirla.

Bufando, los chicos se sentaron, y en eso entran cinco chicos más como de nuestra edad, todos sin camisa, haciendo escándalo y con una bocina con la música muy fuerte.

—¡Ehhh! ¡Nuestra compañía!—Gritó un chico, y cuando creí que los íbamos a ignorar, Valentina se para y les sonríe—Pero vaya, que chicas tan guapas tenemos aquí.

—Hola—Les coqueteaba.

—Hola guapa—Se le acerca lentamente, sin duda él también le está coqueteando—¿Cómo te llamas Preciosa?—son mexicanos, se le nota por el acento.

—A un lado pelotudo—Se para Agustín.

—Déjalos wey, la chica viene con su novio—Habló por detrás un chico pelinegro.

—No es mi novio.

—menos mal...

—Hola chicos, lamento que tuvieran esa primera impresión de nosotros así. ¿De donde nos visitan?—Ahora era un chico de lentes quien se acercó a Karol, en ese instante me puse de pie para encararlo.

¿Por qué Yo? #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora