• CAPÍTULO 67 •

1.6K 104 9
                                    

Al otro día me levanté muy temprano, solo para meterme a la ducha y arreglarme, hoy no teníamos pensado visitar ningún lado, saldríamos solo a recorrer las calles y tomarnos algún café en alguna cafetería de por ahí. Valentina me había prestado su estuche de maquillaje, así que al salir de la ducha y de secarme me coloqué sombras en los ojos, quería un maquillaje que se viera al natural pero a la vez que se notara que estaba maquillada, y tras unos minutos de haber estado encerrada en el baño, salí con un pantalón ajustado y un top, con mi cabello al descubierto y unos tenis. Digamos que me veo de lo más causal pero sin perder el estilo.

—Vaya, Te vez hermosa—Me dijo Valentina—Con eso estoy segura que serías la envidia de todas esas moscas muertas que le tiran el rollo a tu novio.

Reí—No es mi novio.

—¡Vamos Karol! ¡Son novios Prácticamente!

—Aún no, pero muy pronto volveremos a estar juntos definitivamente—Ambas nos sonreímos con malicia, ella por otra parte ya estaba lista, así que salimos de la habitación donde los chicos estaban esperándonos viendo la televisión.

—Ufff, Pero que chicas tan guapas—Agustín fue el primero en mirarnos, y en seguida volteó Ruggero que pude ver como me recorría todo el cuerpo con la mirada, y al llegar a mis ojos me sonrió—Estas muy Guapa Karol. Aunque no cabe duda que con maquillaje o sin maquillaje eres igual de linda.

—Ey—Lo miró Ruggero, a lo que nos reímos.

—¿Están listos?

—Ah, Si, Solo que no encuentro mi teléfono, juraría que lo tenia al llegar al hotel pero...

—Yo lo tengo—Le dije—Lo has dejado anoche en nuestra habitación y no ha parado de sonar—Ambos al parase se dirigieron a la puerta, pero al darle el teléfono este lo prendió.

—¿Porqué no me dijiste que tú lo tenías?

—No me preguntaste.

—¿Viste de quien eran los mensajes?—Me quedé callada analizando sus movimientos con los dedos, al parecer notó que dejé varios chats en "Visto", Mierda, Debí de haberlo pensado bien cuando abrí los chats.

—Si, Quería ver quien tenía tanta incidencia en mandarte mensajes—Y me miró, sin algún rastro de emoción en el rostro, no tengo idea si se ha enojado o lo he tomado por sorpresa pero dudo mucho que esté feliz—¿Nos vamos?

—¿Y encontraste algo malo?

Valentina y yo nos miramos de reojo, entendió perfectamente que debíamos habla en privado, así que salió con Agustín de la habitación.

—¿Acaso tienes algo malo?

—Sevilla, El teléfono sabes que es privado, me hubiera gustado que vinieras conmigo y yo mostrarte las cosas.

—Una vez me dijiste que yo podía tomar tu teléfono cuando yo quisiera.

—Por eso, Me refería a cuando yo estuviera en frente de ti, contigo.

—Vale, Lo lamento, se que no debí de haberlo hecho pero ¡Bah! Si tú vieras que me mandan un buen de cosas como a ti todas esas chicas, ¿En verdad no te daría curiosidad ver mi teléfono? ¡Es obvio que si! ¡Solo falta que te manden fotos de ellas mismas haciendo...!—Y cuando vi su expresión, sentí que mi corazón se encogió al tamaño de una uva—¿Te han mandado fotos? Quiero verlas—Fruncí el ceño.

—¿Qué? Yo nunca te dije que me mandaban fotos.

—Te conozco, y has hecho ese gesto que te delató.

—¿De que hablas? ¿Qué gesto? Estás paranoica.

—Ruggero...—Le advertí, esto se me estaba saliendo de manos.

¿Por qué Yo? #1 Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon