• CAPITULO 17 •

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Tras unas horas de estudio, la madre de Ruggero nos gritó para que fuéramos a comer, jamás me había sentido así, Antonella no para de preguntarles cómo les va en la escuela, les da consejos a Ruggero y a Camila, les dice lo que esta bien y lo que está mal. Cuanto daría yo por que mis padres me prestaran una mínima de atención como la que le presta ella a su hijo y a su sobrina.

Pasó el día y me encuentro aún en la casa de Ruggero, pero un mensaje me saca de mis pensamientos

Papá:
¿Donde estas?

No dude en responderle que estaba en casa de Ruggero, apagué el teléfono y continué con lo mío. Hasta que escuchamos sonar el timbre y la dulce voz de Antonella resuena por toda la casa

—¿Miguel? ¡Que milagro verlos! —¿mi papá está aquí?

—¿qué hace mi papá aquí?—le pregunté a Ruggero

—No tengo idea, vamos a ver—Nos dirigimos hacia la planta baja donde están mis padres charlando con Antonella animadamente

—¡oh! ¡Mira Ruggero! ¡Ellos iban conmigo en la preparatoria! ¡Éramos muy buenos amigos!

—Señor y Señora Sevilla—los saluda Ruggero

—¿Papá? ¿Mamá?

—Perdona que vengamos así de la nada, pero tenemos que ir a la casa de tu tío Catalán. Nos ha invitado a cenar a toda la familia y jugaremos un partido de fútbol todos

—¿mi tío? Creí que no se hablaban

—Nos hemos encontrado hace unas horas y hemos hecho las pases Karol. Así que toma tus cosas porque tenemos que hacer un viaje largo—Me dice mi madre

—¿No te gustaría ir Ruggero? Apuesto que nos vendría muy bien tu ayuda en nuestro equipo

—Con gusto señor Sevilla—Ruggero me gira a ver con una enorme sonrisa— no te molesta que vaya ¿cierto?

—Por supuesto que no, me encanta la idea —le sonreí

—Bueno madre, prometo no llegar tan tarde—Ruggero abraza a su madre y le da un beso en la frente

—Abrígate bien qué tal vez se pone fresco

—Si, si —mis padres se despidieron de Antonella, mientras que Ruggero fue por mis cosas a su habitación. Tras unos minutos nos fuimos, yo me iría con Ruggero en su camioneta detrás de mis padres. La casa de mi tío Catalan está fuera de la ciudad, más bien es en el campo, por eso les gusta hacer los partidos de fútbol ahí

—Se me hace muy raro que mis padre vinieran por mí para ir con mi tío

—Tal vez intentan acercarse un poco más a ti

—Mmmmh, no lo sé

—¿está muy lejos la casa de tus tíos?

—No tanto, solo espero que no estén mis primas las fastidiosas ahí

A Ruggero párese causarle gracia—Después de que me las presentaste aquel día, cuando llegué al instituto corrieron a mi diciendo que me cocinan

—Que vergüenza —ambos nos reímos, y así nos la pasamos hasta llegar a la casa de mi tío catalán.

Al bajarnos del coche estaba ya toda la familia en el patio delantero, las pocas veces que se reúne toda la familia se hacía a lo grande, venía exactamente toda la familia.

Estaban todos sentados en una larga mesa mientras que los demás preparaban la carne asada en el asador, mis papás ya estaban sentados charlando con todos, Ruggero me tomó de la cintura para caminar hacia ellos

—¡karol! ¡Que alegría que estés aquí!—Mi primo Mateo corre hacia nosotros

—Hola...

—Ruggero—lo saluda a él también

—Mateo

—El tío Catalan ya está preparando la carne, vamos a sentarnos—caminamos tras de él—Tú no sabes lo irritante que son todos los demás, en verdad son un dolor de cabeza, y más porque aquí están Santiago y Emiliano

—¿y ellos quienes son?—me pregunta Ruggero

—Son unos primos, hijos de mi tío Catalan

Los tres nos sentamos en la punta de la mesa donde se supone que ahí estaban todos los primos, al paso del rato mis tíos fueron notando mi presencia y me saludaron, ahora mismo estoy picando esta carne que tengo en el plato ya que Ruggero está hablando con mis primas, o más bien mis primas están haciéndoles miles de preguntas a Ruggero. Llegó a un punto que deje de escucharlos porque me fastidiaron.

La hora de la cena acabó, y aún sigo aburrida, decidí en encender mi celular para no aburrirme. Y lo primero que veo casi hace que me de un paro cardíaco

—Ay no—Susurré "15 llamadas perdidas de Agustín" y no solo eso, tenía miles de mensajes de él, por dios santo, se me había olvidado por completo que hoy iríamos a cenar, son las 8 de la noche.

—¿pasa algo?—me susurra Ruggero tratando de ver mi teléfono pero lo apagué

—Tengo que ir al baño—antes de que me dijera algo me paré y entré a la casa, tomé mi teléfono para marcarle a Agustín, caminé hasta el patio trasero donde no había nadie y posteriormente nadie podía escucharme. Al primer timbre contestó.

— Por favor dime que no me dejarás plantado

—Perdón Agustín, había apagado el teléfono, mis padres me dijeron que teníamos que ir a cenar a la casa de mi tío y aquí estoy

—Pues aún hay tiempo, paso por ti, ¿con tu tío Arturo?— tanto como Valentina como Agustín conocían toda mi familia, o bueno, en parte, ya que las pocas veces que veníamos con ellos mis amigos solían acompañarme.

—No, de mi tío Catalán

—¿¡hasta allá?!

—Lo lamento mucho en serio, se me ha olvidado por completo y cuando me acordé ya estamos en su casa... Yo...

—¿con quien hablas?— me sobre salté al escuchar la voz de Ruggero detrás de mí

—¿con quien estas Karol? Me pareció haber escuchado la voz de...—se quedó callado—¿Ruggero está contigo?

—Estaba con él cuando mis papás vinieron por mí

—¿Me has dejado plantado por Ruggero? ¿En verdad? Wow, en verdad que te veo y no te reconozco Karol, has cambiado mucho— lo que dijo me disgustó mucho, ¿quien se creía que era para decirme esas cosas? Me llegó a gustar por mucho tiempo, pero ya no, ya no tiene derecho a reprocharme nada

—Ruggero es mi novio, no te dejé plantado porque para haberlo hecho hubiera tenido que ser una cita, nosotros solo somos amigos y... —Ruggero me toma el teléfono de la oreja para mirar la pantalla y ver quien era, luego se lo pega a la oreja y dice

—Luego te llama Karol, ahora está con su familia y conmigo ¿okey?— hace una pausa — ¿y que tiene de malo? Luego hablamos de esto ¿okey? Odio que le estés reclamando a karol como si fueran algo...—de nuevo hizo una pausa para escucharlo— No me entiendes, ustedes no son nada más que unos simples amigos, así que mejor luego hablamos

—Dame el teléfono Pasquarelli— le ordené, por más que me molestara Agustín con sus actitudes, tenía que reconocer que las palabras de Ruggero eran algo hirientes incluso hasta para mí. Pero no me hizo caso y colgó—No tenias que ser tan malo con él

—Que sea la última vez que vayas a salir con él

—¿¡qué!? Es mi amigo.

—Y yo tú novio, ¿te causaría gracia si yo saliera con mis amigas a comer a un restaurante elegante? No. No causa gracia.

Rodé los ojos—Es Agustín. ¡Agustín! ¿Lo recuerdas? Tu mejor amigo, mi mejor amigo.

—Me has escuchado Sevilla. De ahora en adelante no quiero volver a verte con él.—Se me hizo un nudo en la garganta .

Mabel Paz ✌️

¿Por qué Yo? #1 Where stories live. Discover now