• CAPÍTULO 71 •

1.6K 107 108
                                    

—Hola Chicos—Les sonrió alegre saludándolos, yo me quede solo detrás de él mirando lo feliz que se veía.

Todos los chicos comenzaron a hablar entre sí, festejando la llegada de Ruggero a aquel lugar. A lo lejos divisé a Jennifer, quien miraba a nuestra dirección con una agradable sonrisa. Ella es una buena chica, ella no se merecía todo el problema que le causó Ruggero solo por ser un calenturiento. Eso de meterse con la novia de su rival que llevaban años saliendo, solo por puro placer, no es algo de lo que alguien se pueda sentir orgulloso.

Nuestras miradas conectaron, y su sonrisa se amplió mil veces más. Caminé hasta donde ella, donde estaba sentada en la parte de atrás de una camioneta, a un lado de todas las chicas bebiendo y bailando.

—¡Hola!—Me abrazó—¡Que gusto verte de nuevo! Nos tenías en el olvido chica. ¿Y tú amiga la rubia?

—No ha venido, solo he venido con...

—Con Pasquarelli, Si, Como olvidar que después de semanas lo único que se hablaba aquí era de cómo el estúpido de Max se quiso propasar contigo y que Ruggero inició casi la tercera guerra mundial—Ríe—No tenía idea de que ustedes eran algo.

—Bueno, Es que...—No sabía que decir, no había querido decirle solo porque ella hablaba mucho de él y me sentiría incómoda mencionarlo.

—No importa—Me tranquilizó—Que te parece si vamos a tomar algo de cerveza, en esta camioneta está muy apagada la cosa, ¿Y si vamos con mis otras amigas? Seguro que las chicas se mueren por conocerte—Sin poder responder nada, me jaló con mucho entusiasmo, no es por nada pero ella me recuerda mucho a Valentina.

Caminamos tras muchos autos, hasta llegar donde habían demasiadas chicas bailando sensualmente con chicos, casi no vestían nada de prendas y wow, si que tienen un gran cuerpo. Lo bueno es que no vengo mal vestida, traigo una pequeña falda roja de cuero con una blusa de tirantes blanca, me veía apropiada a la situación creo yo.

—¡Eh! ¡Jennifer!—Las chicas empezaron a gritar gracias a su presencia, nos lanzaron dos cervezas de lata a ambas, la música aquí era electrónica, era como un mini antro.

—¡Miren a quien traigo!

—¡¿Ella es la que inició la pelea?!—Y cuando creí que me abuchearían, al contrario, se acercaron a mi festejando aun mas.

—¡Gracias a ti le han dado su merecido al engreído de Max!

—¡Si Chica! ¡En Hora Buena!

—No creo que haya sido para tanto—Reí nerviosa.

—¿¡Qué no?! ¡Pasquarelli lo mandó al hospital!

—Ya, Ya, Chicas, La van asustar. ¿Porqué no te relajas un poco Karol? ¡Baila! ¡Disfruta! ¡Festeja!—Se podría decir que su felicidad me relajó un poco.

(...)

Tras media hora de bailar al ritmo de la música electronica con las chicas, siento unas manos posarse en mi cintura por detrás, rápido me alejo de la persona con el ceño fruncido.

—¿¡Qué te pasa imbécil?!—Le grité, pero era Ruggero quien me miraba con una sonrisa coqueta.

—Así me gusta que trates a los que no soy yo preciosa—Volvió a caminar hacia mi, posando de nuevo las manos en mi cintura.

—Me asustaste—Rodé mis brazos en su cuello para alcanzar sus labios.

—Por un momento te me perdiste, pero luego me dijeron que estabas con las chicas, he estado viendo como meneas ese redondo culo tan sabroso.

¿Por qué Yo? #1 Where stories live. Discover now