• CAPÍTULO 24 •

3.3K 153 34
                                    

Ruggero Pasquarelli

—Lo de Karol y yo es complicado.

—Eres un hijo de puta.

—¡No demostrabas si quiera que la querías! ¡Te seguías acostado con todas las que te cruzaban por enfrente! ¡Eso no fue mi problema!

—¡No quería que nuestra amistad se dañara! ¡Por eso nunca mostré interés! ¡Por miedo! ¡Pero diablos! ¡Te lo conté a tí porque creí que eras mi amigo!

—A mí me gustó mucho antes de que me lo contarás.

—¡Claro que no! ¡No la tolerabas! Decías que era una niña mimada y caprichosa.

—Es complicado explicar lo que tenemos ella y yo.

—¡Deja de decir eso! ¡Maldita sea! ¡Eres un increíble hijo de puta! ¡Un mal amigo!

—No. No tenemos que meter nuestra amistad solo por una chica, así no funcionan las amistades...

—Termina con ella.

—No.

—Entonces no somos amigos.

—Si lo somos Agustín, tú eres mi amigo, no podemos pelearnos por algo absurdo... Hay más chicas, seguro que hay alguna que te interese.

—Desde que tengo uso de razón. Me ha gustado solo una. Una castaña de ojos verdes que está durmiendo en mi casa ahora mismo. Pero la has cagado, y la cagaste fuerte. Te detesto, espero que te pudras imbécil. Espero que lo de ustedes no dure, me caes mal. ¡Te odio! —Sus ojos se empezaron a cristalizar, para luego derramar pequeñas lágrimas— ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio Ruggero! —Se deja caer al suelo para sentarse, mirando al suelo pensado alguna cosa. Me senté justamente a su lado. —Pero ella parece tan feliz. Feliz cuando te ve. Feliz cuando te abraza. Cuando te besa... ¡¿Sabes lo feo que sentí cuando corrió en el campo para abrazarte?! ¿¡Sabes lo feo que sentí cuando no tenía ni puta idea de porque estaba feliz?! ¡¿De porque fue la razón por la cual te besó frente a todo el campo como una película de enamorados?! Le tuve que preguntar a Valentina, ella me informó que había pasado la materia de química. ¡Joder! ¡Hubiera matado por yo ser tú en ese instante!—No sabía que decirle, obviamente me desagrada que esté diciendo esas cosas de mi novia, me desagrada mucho. Pero Agustín fue el primer chico que fue mi amigo al llegar al instituto, también siento un gran aprecio por él, y aunque no lo parezca, me siento mal por haberle quitado a su chica. Pero mi historia con Karol comenzó desde el Chicago, eso no se lo puedo decir.

—Hermano...

Gira a verme con lágrimas en los ojos—Hazla feliz siempre, no te portes como un idiota con ella... Respetala porfavor. Ella no es cualquier chica con la que puedes jugar con sus sentimientos, ella es diferente. Porfavor. No seas un cabron como lo eras con candelaria.

—Te prometo que no será así.

—Bien—Su mirada se clava en el suelo de nuevo, quedando en silencio por un momento hasta que vuelve a hablar. —Pero te advierto algo.

—Que cosa.

—aprovecharé cualquier oportunidad que tenga para bajartela. ¿Me escuchaste? —apreté los puños— Si la haces sufrir, la haces llorar, la lastimas... No dudes en que yo voy a estar para Ella, porque al final de cuentas. La conozco a la perfección. Amigo.—Miré al suelo, no puedo golpearlo, no puedo golpear a mi amigo, está ebrio, aunque siempre dicen que los borrachos dicen la verdad— Tal vez mañana no me acuerde de lo que te Estoy diciendo, tal vez si. Pero lo digo en serio. Hay que jugar limpio, a la buena. Hay que seguir siendo amigos. Así que tratala bien, porque no te va a gustar ver que con quién sonríe al igual que sonreía contigo... Será conmigo.

¿Por qué Yo? #1 Where stories live. Discover now