• CAPITULO 19 •

3.3K 174 19
                                    

A la mañana siguiente Ruggero no era la persona quien me esperaba fuera de mi casa, Sino Agustín, tenía una sudadera puesta con su pelo despeinado que lo hacía ver muy bien

—Agustín...

—Me has dejado Plantado

—No era mi intención, Yo...

—Lo se, se que no era tú intención y la verdad es que me alegro mucho por ti por que tus padres te llevarán a una cena familiar, ¿te parece si lo cambiamos? Podemos ir a cenar cualquiera de los demás días, tú dime cuando puedes...

—Claro, te lo diré luego ¿te parece? Vamos a comenzar los exámenes y necesito estar concentrada, pero en verdad te prometo que saldremos.

—¡Me parece bien! Veo que ya estás lista ¿te llevo a la escuela?

—Ruggero está por llegar, él se ha ofrecido—Y su sonrisa desaparece.

—Ya veo, bien, está bien, entonces nos vemos en el almuerzo ¿si?

—Si.

—...Adiós.

...

—¿Estas segura que ya no sientes nada nadita por Agustín? —Las horas habían pasado, me encontraba ya en una clase con Valentina, y como era de costumbre estábamos hablando.

—No, no me gusta.

—Wow, jamás te habría creído que dijeras eso.

—Seré sincera, me gustó mucho, de hecho siempre se me había hecho el chico más guapo de todo el instituto o al menos de todos los chicos que mis ojos habían visto, pero él es el tipo de chico que se acuesta con medio instituto y que no está acostumbrado a tener una novia formal. Aunque me hubiera muerto por aunque sea me tocase... no es lo que estoy buscando.

—Ruggero era exactamente igual.

—Ruggero es otra cosa, jamás me vi con ese chico, más bien por lo engreído que era, al igual que Agustín tiene a cualquier chica a su Merced, pero debo de reconocer algo de él, y es que ganó mi corazón de a poco.

—¿en verdad? Pues que hizo —me dedicó una de sus típicas miradas coquetas, a lo que yo solo me reí.

—No es lo que estas pensando, él y yo no lo hemos hecho aún.

—¿¡no?! Pero si cuando andabas con Roberto lo hicieron a la semana, e incluso no pararon de hacerlo cada vez que se veían—Pude sentir mis mejillas arder, hablar este tema con Valentina me da algo de vergüenza.

—No, aún no lo hemos hecho, me refiero a que Ruggero me ganó con los pequeños detalles de... no sé... salir a citas... me llevaba al cine... me llevaba a comer... conoció a mis padres... Se los ganó por completo... me presta mucha atención a cada cosa que digo como si lo que estuviese diciendo fuera lo más importante para él... no se, es difícil decirlo con palabras, prácticamente me hizo sentir bien, a gusto y con una confianza única... de a poco me fue ganando a mí y eso me encantó.

Escuché su largo suspiro—Te encanta...

—Demasiado...

—Y lo traes loco, en verdad que lo traes loco, jamás lo vi haciendo el tipo de cosas que hace contigo con la Candelaria esa.

—¡Zenere! ¡Sevilla! —El profesor Wilfrido nos llamó la atención a ambas—¡Si siguen hablando en mi clase las mandaré con el director!

—Perdone, ya nos callamos —Le dije

Y de mala gana mi amiga se quedó callada para que él Profesor no nos dijese nada. Al salir a la hora del almuerzo Valentina habló hasta por los codos, desahogando todo lo que tenía que decir... tomamos unas hamburguesas de la cafetería con unos refrescos y nos fuimos a sentar. A la siguiente hora nos tocaba a ambas la clase De química, la cual tenía el examen. Es muy importante ese examen, ya que ese define si entras a las clases avanzadas, me sentía muy preparada, Ruggero me había hecho aprender casi todo el libro, y se lo agradecí mucho. Él estaba en la clase avanzada de química, así que prácticamente estaríamos juntos en otra materia.

¿Por qué Yo? #1 Où les histoires vivent. Découvrez maintenant