C075 - Las bestias caídas eufóricas

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―¿Pisoteaste mis frutas? ―Al ver las garras de Reynolds aún ligeramente mojadas por la pulpa de la fruta, Jones se enfadó muchísimo. Extendió una mano y agarró la oreja de Reynolds.

Reynolds bajó la cabeza y emitió un pequeño quejido mientras dejaba de mover la cola y la dejaba caer; su apariencia era la de alguien que admite su error. Se había sentido muy regocijado cuando había pisado las escamas junto con las frutas, pero ahora...  

Reconoció esta fruta; parecía ser un producto local especial de cierto planeta, y la producción era muy pequeña. Así que, aunque quisiera compensar la pérdida de Jones reponiendo aquellas frutas, no había ningún lugar donde pudiera ir a buscarlas....

Mientras Reynolds miraba lastimosamente a Jones, descubrió que en esa posición en la que Jones le agarraba la oreja, las dos pequeñas judías rojas del pecho de Jones estaban justo delante de él. No pudo evitar sacar la lengua y dar una lamida.

Después de dar una lamida, Reynolds se quedó inmóvil, por miedo a que Jones se enojara.

Al parecer, Jones sí estaba enojado. La mano que le agarraba la oreja se tensó de repente, y Reynolds no se atrevió a mover un músculo, pensando en dejar que Jones descargara su ira arrugándole la oreja; de todos modos, podía decirse que contra sus formas de bestia, la fuerza de un sub-bestia era completamente insustancial.

Sólo de pensar así, Reynolds vio de repente a Jones ante sus ojos caer de cabeza hacia él.

Sólo después de extender instintivamente sus dos patas para atrapar a Jones, Reynolds descubrió que, en realidad, Jones se había desmayado.

Al ver al inconsciente Jones con los ojos cerrados, el cuerpo quemado por el sol en todo el cuerpo y también muy delgado, Reynolds entró inmediatamente en pánico y empezó a aullar.

Las bestias caídas ya no podían hablar en lenguaje humano, pero habían estado en contacto entre ellas durante mucho tiempo y por eso eran capaces de comunicarse. El aullido de Reynolds hizo que Jesse fuera a examinar a Jones.

Jesse había sido médico antes de convertirse en una bestia caída. Normalmente buscaban a Jesse para que les ayudara a examinarlos cuando tenían alguna enfermedad leve.

El león Jesse llegó al lado de Reynolds y dirigió su vista hacia Jones, pero el sub-bestia estaba casi completamente bloqueado por su jefe, hasta el punto de que sólo podía ver una cara.

Afortunadamente, no pensaba realizar una inspección detallada del sub-bestia delante de su hombre bestia... Jesse miró al jefe a los ojos y dijo: ―Jefe, debe haber sufrido un golpe de calor o deshidratación.

La piel de este sub-bestia estaba toda agrietada y descamada, lo que demostraba que estaba definitivamente deshidratado. En cuanto a desmayarse, tal vez tenía algo que ver con estar asustado, pero esto era mejor no decirlo, o de lo contrario Bruno sería golpeado de nuevo.

―¡Rápido, trae agua! ―Reynolds ordenó de inmediato. Sólo cuando terminó de hablar recordó que también llevaba agua encima, así como un tipo de fruta que tomaban como bebida. Se apresuró a sacar una fruta redonda del tamaño de la cabeza de un sub-bestia del botón espacial que llevaba atado a la muñeca. Hizo un pequeño agujero en la parte superior e inferior de la fruta con sus garras y, sosteniéndola con ambas patas, la colocó en la boca de Jones.

La fruta contenía un jugo claro y dulce que goteaba en la boca de Jones desde el pequeño agujero. Jones tragó por reflejo, pero gran parte salió al exterior.

Reynolds sacó la lengua y lamió el jugo derramado, y luego observó a Jones en silencio.

Las bestias caídas de alrededor también observaban a Jones en silencio, con ojos llenos de envidia. Al principio, sentían mucha envidia de que hubiera un sub-bestia que enviara cosas a su jefe todos los años. Este año, ese hombre no envió nada, y se sintieron indeciblemente decepcionados y desesperanzados.

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