-Sabe que quiero lo mejor para ti, espero que algún puedas entenderme, cuando seas madre quizás – dice él mirándome ahora.

Niego con la cabeza en mis planes esta que nunca sería madre, no quería tener que ser responsable por otro ser humano que no fuera yo.

-Sabes que no quiero ser madre – le recuerdo.

Él sonríe de medio lado.

-Entonces cámbiate en estos momentos porque vamos a desayunar, necesito pedirte un favor – pide.

Quería preguntarle de qué iba aquel favor, pero él no me dejo ni intentarlo.

-No preguntes de qué se trata, solo sal de esa cama y arréglate, que es tarde – me indica.

No me dejo decirle algo o reprocharle porque se fue sin decir más nada, espero que ese favor no fuera una locura de su parte, aunque no lo crean mi lado rebelde, se lo debo a él.

«· ·»

Nos encontramos en mi café favorito de New York, Café Grumpy, es el mejor café recién hecho en toda la ciudad, James se me encuentra tomando un sorbo de su café negro y comiendo de su croissant.

-Vamos suéltalo – lo animo.

Él me mira encarnando una ceja, eso hace que sonría.

-El favor, papa, lo que me ibas a pedir – le recuerdo.

Papa hace como el que no se acordaba, pero sabía que a él no se le olvidan las cosas tan fácilmente.

-Los Darling esta mañana fueron al departamento, bueno Fiorella Darling fue – empieza.

Oh vaya, los Darling fueron a la casa y no me entere, ellos son una de las familias más adinerada e importante de New York, siempre están saliendo en la prensa por cualquier cosa realmente.

-Aja, sigue.

-Sabes como soy el comisionado, por ende, unas de las figuras públicas importantes de la ciudad, me han invitado a un baile o un evento como les quiera llamar, de la inauguración de su nueva torre empresarial – sigue contándome.

Lo miro un poco seria, los bailes o fiestas de la alta sociedad no eran muy de lo mío, no me gustaban casi, pero algo me decía que papa me iba a pedir que lo acompañara.

- ¿Quieres que te acompañe? – me adelanto por él.

Papa me mira sorprendido.

-S-i, sí – se traba un poco – No tengo con quien más ir, desde que tu mamá y yo nos separamos no he tenido más parejas, Fiorella me pidió que fuera y me quedara un rato.

James está en lo cierto, desde que él y mama se separaron hace años luego de mi primer año, él no ha tenido más nadie, solo a mí. Siempre hemos sido padre e hija para todo y eso espero que nunca cambie.

-Me notifico que Robert y Zeth irán al baile sus dos hijos, seguro has oído hablar de ellos – dice.

Claro que, si he oído sobre ellos, Zeth el chico malo que a toda mujer le encanta y Robert el novio ideal para cualquiera, pero sin duda no estoy interesada en ninguno, ya que tengo a mi propio hombre esperándome en uno de los hoteles más caro de New York, pero eso James nunca se va a enterar.

-Sí, sabes que no son mi tipo de hombre – comento.

Él asiente con la cabeza.

-Ginger irá – me dice – El baile es el tres de marzo.

Ginger es mi mejor amiga la única que sé, no me va a traicionar, por ende, si ella va al evento Darling debo ir yo también para así estar juntas en todo el trayecto.

-Bueno, creo que tocara ir de compras con Ginger para buscar mi vestido ideal – comento.

Él solo ríe y yo me rio con él. Esperaba que este baile fuera interesante.

«· ·»

Le pedí a James que me dejara a unas cuadras del hotel para que no sospechara nada, saco de mi bolso una gorra, bufanda y lentes para que nadie me reconozca, no quiero salir en los medios de comunicación entrando al el cual es considerado un hotel sumamente caro.

Cuando entro al lobby del hotel que por cierto es sumamente elegante y veo a mucha gente con traje y fina caminando de un lado para otro. Camino hasta la recepción donde se encuentra una señora de quizás unos 35 o 40 años aproximadamente, porta el uniforme de empleada del lugar. Con mi mejor sonrisa me acerco para preguntarle donde en que habitación se encuentra el hombre que me espera.

Me dejo un mensaje en mí, iPhone diciendo que preguntara que hoy me quería dar una sorpresa en donde se hospedaría en el hotel. Carraspeo un poco mi garganta y acomodo mis brazos en el mesón que divide a la empleada de mí.

-Buenas tardes- imito un acento español de España para que no sea tan reconocible mi voz – Busco al joven Jonás Gómez.

La señora asiente y teclea en su computadora el nombre falso que le acabo de dejar.

-Se encuentra en el Penthouse del hotel – notifica – El dejo un mensaje que una chica vendría ¿Usted es Viviana Colmenares? – pregunta.

Me rio mentalmente por la gran película que nos montamos siempre él y yo, pero así son las aventuras clandestinas que toca vivirlas a escondidas gracias a que ambos formamos parte de un mundo donde las apariencias son más importante que cualquier otra cosa.

-Si soy Viviana – afirmo.

La mujer vuelve a teclear algo, se tarda varios segundos de los cuales noto que hace una llamada telefónica la cual no dura mucho, después de varios segundos pasa a mirarme con una sonrisa pequeña en sus labios.

-Ya puede subir, el señor Gómez la espera – notifica.

Asiento con una sonrisa, camino hasta el ascensor, la tarde de hoy promete mucho porque ya no es la primera vez que me veo con este hombre. Tenemos rato manteniendo esta relación muy oculta, lo cual me encanta mucho y me da mil años de vida más. 

 

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Dulce error #1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora