The Evil Consort Above An Evil King - Spanish Version [8]

177. La Ira del Señor

Lan Fei de repente encontró su visión borrosa. ¡Antes de que pudiera reaccionar, su cuerpo fue expulsado por una fuerza que se asemejaba a la de un molino de viento!

"¡Maldita sea!" ¡y chocó contra un árbol! Se sentía como si Marte chocara contra la Tierra. El tronco del árbol se rompió con un fuerte sonido y cayó con estrépito.

El Kung Fu de Lan Fei estaba entre los mejores del mundo de las sirenas. Por lo general, incluso cien personas no lograrían acercarse a él, ¡pero esta vez el asalto fue demasiado rápido y poderoso que ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar!

Cuando finalmente se puso de pie, su cuerpo había cojeado debajo del enorme árbol. Sus órganos estaban fuera de posición y le dolía tanto que vio sombras de oscuridad que se cernían ante sus ojos. Cuando finalmente pudo recuperarse, vio grumos de chispas que se extendían por su cuerpo. Vio a un hombre de blanco parado junto a Gu Xijiu.

Su cara plateada era horrible. El hombre tenía un par de ojos tan profundos como el cielo nocturno. Las estrellas en esos ojos estaban a punto de arder.

El prado inicialmente estaba un poco fresco, pero ahora estaba lleno de calor, con olas ardientes que rugían. El prado verde parecía que iba a ser quemado, seco y rizado.

Lan Fei estaba sudando profusamente. Estaba aterrorizado y dolorido. El hombre que tenía delante era alguien con quien estaba bastante familiarizado... ¡El Señor!

Había aparecido el maestro nacional más misterioso de la tierra de las sirenas y su gobernante real. Aunque no visitaba a menudo la tierra de las sirenas, su apariencia significaba que algo grande estaba sucediendo o estaba a punto de suceder. Ya sea encontrando enemigos desde el exterior o discordia desde adentro; usaría un método contundente para revolver y corregir todo con prisa.

Era el santo patrón de las sirenas. Lan Fei una vez lo vio desde lejos. Tenía una presencia tan poderosa que había estado arraigado en la mente de Lan Fei desde que lo vio por primera vez.

Por el momento, parecía ser un Dios omnisciente mientras se volvía loco. Su aura majestuosa se precipitaba hacia Lan Fei, y podía sentir una sensación de hormigueo subiendo por su columna vertebral y extendiéndose a otras partes de su cuerpo. Todo su cuerpo se puso rígido como si estuviera siendo comprimido por un objeto pesado. ¡Sus dos piernas se debilitaron e inmediatamente se arrodilló!

Quería gritar de ira, pero fue reprimido por la fuerza de su oponente, haciéndolo incapaz de hablar. ¡En algún momento, casi pensó que su oponente estaba a punto de matarlo! ¡El sudor frío rodó inmediatamente de los lados de su frente!

Afortunadamente, el sonido ensordecedor hizo que Gu Xijiu se moviera un poco. La poderosa presencia de Di Fuyi parecía haberla hecho sentir tan incómoda que sus cejas estaban fruncidas en un nudo.

Incluso el más mínimo movimiento fue suficiente para alertar al Señor, quien volvió a ser racional. Se giró para mirarla y logró ver que sus pestañas temblaban un poco. Sus ojos cansados ​​estaban a punto de abrirse.

Una vez que estuvieron abiertos, no pudo ver claramente a la persona ante sus ojos. Di Fuyi se levantó las mangas y Gu Xijiu volvió a quedarse dormido.

El tronco del árbol contra el que se apoyaba era bastante delgado. Mientras se movía un poco, su cuerpo no estaba demasiado recto contra el tronco, y estaba a punto de acostarse en el suelo. De hecho, debajo de ella había algunas astillas de madera. Definitivamente estaría herida si se hubiera acostado.

Cuando su cuerpo casi cayó al suelo, cayó en el abrazo de una persona. Dentro del abrazo había un olor bastante débil. Gu Xijiu, que había estado durmiendo profundamente, frunció el ceño un poco. Era como si rechazara el olor. Volvió a mover un poco su cuerpo, luchando y protestando incluso en sueños.

Su lucha, mientras estaba borracha, fue demasiado trivial para Di Fuyi. Él la miró como si no esperara que luchara tanto incluso cuando usó su técnica de hipnotización contra ella.

Era evidente que ella era, de hecho, escéptica sobre todos ahora, como si tuviera uno de sus ojos abiertos incluso cuando estaba borracha.